/ martes 3 de diciembre de 2024

México para los mexicanos 

Por Alex Batista

Ante las recientes amenazas de aranceles y una "invasión militar suave" emitidas por el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, hacia México, es fundamental recurrir a la historia para analizar sobre la importancia de la habilidad política en los tiempos adversos que enfrentamos hoy en las relaciones bilaterales.


La relación entre México y Estados Unidos ha sido históricamente compleja y llena de matices. Porfirio Díaz describió acertadamente este vínculo político con la frase: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”.

Un ejemplo claro de estas tensiones ocurrió entre 1915 y 1916, en medio del conflicto global de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Mexicana. Durante ese período, representantes estadounidenses se acercaron a Pancho Villa con una oferta: el reconocimiento como presidente de México a cambio de la Península de Baja California. Villa, de manera contundente, rechazó la propuesta.

Tras la negativa de Villa, los estadounidenses ofrecieron la misma propuesta a Venustiano Carranza, esta vez con la amenaza latente de tomar por la fuerza el estado de Baja California si no aceptaba. Es aquí donde entra en juego un elemento clave de esta historia: el telegrama Zimmerman.

En dicho telegrama, el Kaiser alemán ofrecía a Venustiano Carranza apoyo militar en caso de un ataque por parte de los norteamericanos. La propuesta incluía el envío de armas, municiones y asesores militares, con el objetivo de formar un ejército lo suficientemente fuerte como para que México atacara a Estados Unidos y recuperara los territorios de California, Nuevo México y Texas.

Sin embargo, la línea de comunicación utilizada por los alemanes fue interceptada. Así, al mismo tiempo que Venustiano Carranza leía el telegrama en México, el presidente de Estados Unidos también estaba al tanto del contenido.

Ante esta situación, el mandatario norteamericano, a través de su embajador, se comunicó con Carranza para preguntarle si aceptaría la oferta alemana. Con gran habilidad política, Carranza respondió: “Es una oferta que me están haciendo, yo no he contestado nada, pero es una oferta que me están haciendo”.

Carranza manejó sus cartas con gran astucia, demostrando quién lo respaldaba y logrando disuadir a los estadounidenses de escalar el conflicto debido al temor de una posible intervención alemana en favor de México. Esta estrategia llevó a los norteamericanos a retirar sus tropas del territorio mexicano y abandonar sus intenciones de tomar Baja California.


Este ejemplo como otros muchos, refleja la complejidad de las relaciones entre ambos países y cómo, incluso en momentos de tensión extrema, la habilidad política puede cambiar el curso de los acontecimientos.

Como bien dice el dicho: “Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla”. Por lo mismo, es una contradicción que algún mexicano defienda los intereses extranjeros antes que los propios, especialmente con Estados Unidos, un país que tiene antecedentes de, si se le abre la puerta de tu casa, entrar hasta la cocina y quedarse en tu cuarto.

En una reinterpretación de la Doctrina Monroe: México es para los mexicanos. Más allá de las grandes diferencias que pueda tener con el gobierno de MORENA, sostengo firmemente el ideal de que nuestro país debe ser gobernado en función de nuestros propios intereses, y nuestros problemas deben ser resueltos por nosotros mismos.

En el contexto actual, bien lo mencionó la presidenta Claudia Sheinbaum en su carta dirigida a Trump: “…se requiere de cooperación y entendimiento recíproco ante los grandes desafíos”.

El mismo diálogo que buscamos establecer en el exterior debe replicarse en el interior, especialmente con la oposición. No se puede ser “candil de la calle y oscuridad de la casa”. No se puede pedir diálogo y cooperación hacia fuera mientras se mantiene un ambiente de imposición y autoritarismo hacia dentro.

Asimismo, se debe ser coherente entre lo que se dice y lo que se hace. No se puede poner en riesgo los intereses de los mexicanos con el juego narrativo de MORENA, en el cual, por un lado, se solicita mantener a México dentro del T-MEC, mientras que, por otro, se impulsan reformas como la energética, la judicial y la eliminación de organismos autónomos, que van en contra del acuerdo comercial.

La relevancia no es menor. Si se rompe un tratado de tal magnitud, nuestro país enfrentaría una crisis económica severa. Para ponerlo en perspectiva, más del 80% de las exportaciones mexicanas se dirigen a Estados Unidos, mientras que las exportaciones estadounidenses hacia México representan solo el 15%. Bajo este esquema, debemos cuestionarnos: ¿Quién perdería más en un conflicto económico directo, ellos o nosotros?

Se requiere habilidad y honestidad política para reconocer que, nos guste o no, la cercanía geográfica con los norteamericanos siempre nos ha obligado a compartir historia, relaciones económicas, políticas, culturales y sociales.


Estos momentos nos exigen recordar a nuestros gobernantes la necesidad de actuar con la misma habilidad y astucia que demostró el presidente Carranza, priorizando la defensa de los intereses nacionales por encima de cualquier narrativa partidista que pueda desencadenar una potencial crisis en el país.


@alexbatista0