/ martes 23 de julio de 2024

Ni el deporte se salva

Esta semana inician las olimpiadas de Francia.

Estamos en nuestro País, ante un hecho que había tenido algún tinte parecido, ocurrido en 2008, la ahora directora del Comité Olímpico Mexicano, Ana Gabriela Guevara, exploto contra los directivos de la Federación de Atletismo, donde denuncio corrupciones, pidió la destitución del entonces titular, Mariano Lara, y se retiro de las pistas después de no obtener el resultado esperado, más que una suspensión de 4 años al directivo Lara por parte del entonces presidente Calderón.

Quiero mencionar, que el día del anuncio de Ana Gabriela, lo hizo en el Hotel Niko de la ciudad de México, en una conferencia de prensa, yo me encontraba en el mismo lugar y tiempo, y pude toparme con ella en el lobby del hotel, y habiendo escuchado sus palabras y el valor de su denuncia, en ese momento la detuve, salude, y le felicite por su gran acción y congruencia. Una valiosa atleta que había demostrado cualidades sin precedentes en nuestro País era además una defensora de la rectitud, de combate a la corrupción y a los manejos irregulares de los organismos deportivos mexicanos. Me sentí afortunado de haberla visto unos instantes después de su actuación. Iba aun enfurecida, ojos encendidos y voz fuerte y un tanto alterada.

Al fin, había quien se pusiera frente a acciones reprobables, habiendo sido una inigualable e intachable deportista.

¡Oh decepción!, solo 16 años después, la misma persona, pero que, como un cisne, trato de volar sobre el pantano de la política, pero, tristemente, quedo envuelta en el lodo, empantanada, con el plumaje sin muestras de blancura.

Triste es ver, como una gran cantidad de los que serán nuestros representantes en los eventos deportivos mas importantes a nivel internacional, deben buscar sus fondos, son coaccionados y excluidos de las becas deportivas justas a sus esfuerzos y resultados. Amparos, denuncias, declaraciones y un sinfín de desencuentros, pero, además, la soberbia, el desdén, la descalificación y a veces la sorna y denostación de los deportistas por parte de la Guevara, con una memoria ínfima, desleal a los principios que defendía en su época de trincheras, y ahora actúa con tanto y más descaro que los que ella misma criticaba.

Aquí vemos, como los empoderamientos sin medida, los apoyos incondicionales y la falta de contrapesos, de justicia y honestidad, están involucrados en las autoridades, y aquí peor, en un área de desarrollo de las personas, de los deportistas que en el ámbito amateur son tan sufridos y con grandes dificultades puedes desarrollarse en nuestro México, que adolece de una firma infraestructura de gestión de talentos desde edades infantiles. Así, los méritos son, aparte de desempeño deportivo, de tenacidad y aguante para poder avanzar en sus especialidades.

Cuidemos que la sociedad ponga los contrapesos, que no permita el poder absoluto que corrompe de manera absoluta, y ahora las mayorías absolutas que pretenden ganar ilegalmente, desde la elección, ahora en instancias electorales y después, a punta de cañonazos de millones pesos, que probablemente doblaran voluntades frágiles de políticos acomodaticios, que prefieren lo suyo al servicio, contrario al deber ser.

Quisiera poder confiar que estoy equivocado, lastimeramente no puedo, hemos llegado a puntos como el de la corredora, que aprecia lo más auténtico de defensa de lo correcto, a ser la protagonista del escándalo y la injusticia.

Falta cuidar ahora la reforma judicial, requerimos jueces verdaderamente capaces, no populares, si no, tendremos a Cuauhtémoc Blanco sacando su titulo de licenciado como el fiscal de la CDMX, y enjuiciando con lenguaje florido. Así las cosas, el deporte metido en el pantano.