/ viernes 25 de octubre de 2024

No me quiero acostumbrar

Nuevamente ante este teclado, me dirijo a mi lector para hacer una reflexión sobre grandes temas que suceden hoy en México, iniciaré con dos temas económicos importantes, en temas económicos, el Fondo Monetario Internacional está semana, baja la expectativa de crecimiento económico para nuestro país, muy lejos de lo que se dice al arranque del nuevo gobierno, la expectativa es contraria, también crece en la segunda quincena de octubre la inflación, dos temas que pegan directamente en el bolsillo de todos los mexicanos.


Pero pasaré a los temas que más dañan a todo ser humano, la pérdida de libertades, esa lleva, a que todos los días veamos conductas que deberían escandalizar a todo ser humano, y a lo que no me quiero acostumbrar.


No me quiero acostumbrar a tener miedo de transitar por las carreteras de mi país, los motivos del miedo son perfectamente justificables, todos los días, las autoridades extorsionan ciudadanos, les piden mordidas. Las personas del crimen organizado asaltan, quitan vehículos a mano armada, y ni hablar de las condiciones de los caminos y carreteras, hasta las autopistas, parecen pasajes lunares, pensar en nuevos proyectos, ni de chiste.


No me quiero acostumbrar en vivir en guerra constante, ¿ya hiciste cuentas, cuantos días tiene Culiacán con balaceras, levantones, cierres de escuelas, restaurantes, comercios?, los carteles peleando el dominio de las plazas.


No me quiero acostumbrar a que maten sacerdotes, alcaldes, legisladores. Es increíble que sucedan cosas tan dramáticas como que, el asesinato de un alcalde sea decapitado, es tremendo, porque no solo le pasa al alcalde, le pasa a muchos ciudadanos, le sucede al ciudadano común, es increíble que asesinen a un sacerdote saliendo del templo frente a sus feligreses, eso es pérdida de libertades en grado extremo.


No me quiero acostumbrar a que en plena vía pública existan balaceras, es increíble que en pleno centro de la CDMX, en una de las calles más concurridas, hermosas y turísticas, balasen a una diputada, pero así como a ella, le puede suceder a cualquiera de nosotros, alejamos la inversión y el turismo, alejamos las fuentes de empleo.


No me quiero acostumbrar a las mentiras y la soberbia del gobierno, no puedo asimilar que cuenten mentiras una y otra vez, que hablen ante un micrófono y frente a las cámaras con una soltura impresionante y no sepan, ni el impacto de sus palabras, esas palabras que destruyen la confianza, la certidumbre, el estado de derecho, esas palabras que dinamitan un país.


No me puedo acostumbrar a que los medios callen, que el comunicador crítico lo amenacen, lo destituyan y lo manden a la banca, que en pocas y resumidas palabras, si al poder no le gusta lo que dice el comunicador lo exhiben como que hubiera ofendido al altísimo.

No me quiero acostumbrar a permanecer callado, encerrado… quiero vivir en un México de libertad.