Hemos escuchado recientemente, una gran andanada de comentarios donde se argumenta respecto a la posición del electo presidente Trump, sobre todo respecto a nuestro país.
Muchos no creen que podamos llegar al punto crítico de los aranceles, del cierre de frontera, etc. Al no cumplir las peticiones del controvertido personaje. Y otras de las acciones que no deseamos o vemos peligrosas para el desarrollo de México.
Dentro de la 4T, hemos visto, el intento de desafuero del peje en los 2000s, parecido a las denuncias que enfrenta nuestro personaje americano por diferentes causas, unas de orden civil, otras como de traición por uso indebido de atribuciones y tomar documentos secretos.
Se vio ahora, un triunfo de un personaje que parecía en algún momento no lo iba a lograr, y de manera repentina, se volvió una tendencia irreversible, aun a pesar de pensar que sus creencias y propuestas no fueran lo mejor para los norteamericanos. Como cuando López era un peligro para México antes del 2018.
Trump, hizo un increíble manejo de los medios y su mercadotecnia, después de tener un perdido debate contra la VP Harris, y luego de que su equipo se refirió a minorías y a Puerto Rico de manera despectiva y por demás ofensiva. Así en México, los hechos demostrados de uso indebido de recursos por parte del gobierno federal a favor de sus candidatos, y las indebidas contribuciones grabadas y demostradas de actos ilegales, que las mañaneras se convertían en el medio de dar impunidad a los involucrados y negar la ilegalidad.
Recordemos las tomas de Av. Reforma durante semanas por parte de los perdedores de la elección del 2006, que desquicio al DF, y por otro lado la toma del capitolio de 2020, mostrando cómo la irracionalidad e incapacidad de soportar el perder se convierte en venganza. Los hijos del presidente de México tomaban decisiones, decidían quien obtenía contratos y definían jugadores, como ahora el hijo del próximo presidente norteamericano manda un mensaje a Ucrania, donde les expresa como será el futuro de los apoyos a su guerra, como si fueran apéndices decisores de los mandatarios.
Y ahora, escuchamos una gran cantidad de acciones que se compromete el próximo primer mandatario estadounidense, donde en el orden internacional hará cambios radicales a las conflagraciones mundiales de gran trascendencia para la humanidad en general.
Además, internamente, hará cambios a leyes (suena otro paralelismo), a las leyes que su antecesor promulgó, que, fuera de controversias, ahora bajo el nuevo poder, serán sus reglas las que rijan.
Volviendo a la relación entre México y Estados Unidos. La presión para que actuemos de manera efectiva a combatir el crimen organizado, sea o no sea una doble moral, o aparente contradicción; es una definitiva presión, que no podemos dudar podrán existir consecuencias de no acatarse sus peticiones, basados en experiencia; sabemos serán un hecho consumado.
Al tener el resultado de nuestras elecciones, algunos de manera inocente, pensamos que a lo mejor habría moderación, acciones que suavizarían lo extremo del sexenio anterior. Un gran amigo y mentor de un servidor expresaría: “¡Si es pasión, que se te borre!” No tuvimos tanta suerte, por el contrario, hemos visto la avalancha de una irregular mayoría del congreso, que avala iniciativas retrógradas y totalitarias del ejecutivo. Y ahora, algunos funcionarios, dicen que no sucederá lo radical de las medidas prometidas por Trump, ¿Cómo podemos dudar, si somos la muestra clara de cómo eso mismo sucede en nuestro propio terruño? ¡Es claro y evidente! Un futuro complicado, donde habremos de sufrir la manera de decidir autoritaria y sin miramientos de otro personaje como lo practica nuestro propio gobierno, pero ahora desde fuera. Nuestro Gobierno federal, enfrentará, decisiones absolutistas y que no admiten nada en contra, tal y como ahora él mismo destroza al poder judicial y a los órganos autónomos, sin tocarse el corazón.