La Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados dio un gran paso para avanzar hacia la justicia social que México merece. El presente gobierno y el entrante, continuará poniendo los cimientos de un “piso parejo” para las y los mexicanos, disminuyendo las brechas de desigualdad, porque eso es lo que siempre hemos necesitado, tener las mismas oportunidades para nosotras encargamos del resto, y eso es lo que viene.
La semana pasada, con apoyo de todas las fuerzas parlamentarias se aprobaron varias de las reformas que el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó en febrero pasado. Y esta sesión fue apenas la primera de por lo menos dos más que vienen para analizar y en su caso, aprobar estas reformas y pasen al Senado, donde muy seguramente, correrán con la misma suerte.
En primera instancia aprobamos el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, con el cual, de acuerdo con el INEGI, las personas egresadas tuvieron 2.7 veces mayor probabilidad de encontrar un empleo, es decir seis de cada 10 jóvenes fueron contratados en el mismo centro de trabajo donde hicieron su capacitación. Este apoyo de poco más de 7 mil pesos, ya lo será a contentillo de los gobernantes, pues al adquirir el rango constitucional, será obligatorio. La importancia de brindar estas oportunidades a los jóvenes, les da a ellas y ellos más posibilidades de desarrollarse profesionalmente, al tiempo que la economía continúa moviéndose.
La otra gran reforma aprobada es la del sistema de pensiones. Desde la reforma de 1997 hecha en el periodo neoliberal y sigue la dinámica de moda de esa época, rompió con las pensiones solidarias y entraron las cuentas individuales, dejando pensiones de 4 o 5 mil pesos que obviamente no sirven de nada. La presente reforma busca que la clase trabajadora reciba el equivalente a su último salario, siempre y cuando no rebase el monto del salario promedio registrado en el Instituto Mexicano del Seguro Social, que sería, para este año, de 17 mil pesos.
La otra importante reforma aprobada es la que dispone que el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) se convierta en constructor de vivienda, y una más es que este Instituto ponga en renta viviendas para los trabajadores a precios controlados, ajenos a los costos del mercado inmobiliario. En materia de vivienda, estas reformas cambiarán completamente este rubro en México. Existen hoy muchos vivienderos que dejaron de construir vivienda social, esa que sea accesible y verdaderamente constituya un derecho para las personas. El que el Infonavit lo haga de ahora en adelante, garantiza este punto y con ello, asegura y provee uno de los derechos más preciados: un hogar.
Educación, seguridad social y vivienda, son esos los rubros que ganan con estas reformas. Es importante, vaya, es imprescindible que estos derechos estén avalados por la Constitución, pero lo más importante es que la “maquinaria” para garantizarles, ya está en marcha.