El secretario de Hacienda presentó el paquete económico para el 2025. Ramírez de la O hizo cuentas alegres y declaró que el año entrante aumentará el PIB entre un 2 y 3 por ciento.
La diferencia en el crecimiento del país del uno por ciento es demasiada y ya pone en duda los pronósticos oficiales.
Tal porcentaje está alejado del realizado por organismos internacionales que vaticinan un PIB mexicano del 1.2 y 1.3 por ciento.
En este año se había pronosticado que México aumentaría su PIB en un 2.4 % pero ya lo han disminuido las calificadoras a un 1.5%.
La tendencia actual es que se ha detenido el crecimiento de la economía nacional por lo que se desconoce en qué se basaron los funcionarios de la SHyCP para calcular que sería en promedio de un 2.5 por ciento en el 2025.
De oscilar el aumento del PIB entre el 1.2% y el 1.5% en el 2025, entonces los ingresos serían menos a los pronosticados.
Al haber menos ingresos y más egresos la diferencia tendría que ser cubierta con más impuestos o más deuda pues el gobierno no genera recursos propios más que los negativos de sus empresas paraestatales como Pemex y la CFE.
Ahora bien, Ramírez de la O promete que el déficit en el gasto público bajará del 5.9% al 3.9%, lo cual parece inverosímil pues éste será el año entrante de 9.2 billones de pesos.
Igual que el anterior gobierno el actual afirma que no subirá los impuestos, aunque ya algunos legisladores han comentado que están preparando una reforma fiscal.
El problema desde siempre es que se recauda menos de lo estipulado debido a que persiste la evasión fiscal y sobre todo la economía informal.
Las grandes empresas y los multimillonarios, como en otros países, tienen despachos de expertos que aprovechan las deficiencias fiscales para pagar menos de lo que deberían por lo que se necesita una revisión y mejorar la recaudación.
Si los grandes evasores eluden el pago de impuestos en cambio el SAT no perdona a los pequeños y medianos empresarios, así como a los profesionistas que laboran en el sector privado.
Y si la cuestión de los ingresos está en veremos la distribución de los mismos también no es equitativa pues algunos estados reciben menos de lo que aportan, como lo declaró el gobernador de Jalisco.
Entre ellos está también Chihuahua, Nuevo León y otros que son productivos, pero a los cuales el gobierno federal mantiene desde hace décadas olvidados para destinar más recursos a sus entidades preferidas políticamente.
En el proyecto del gasto público para el 2025 se redujeron los presupuestos de la UNAM y otras universidades, lo cual fue corregido de inmediato pues lo menos que desean es un conflicto con la comunidad estudiantil.
Los recortes presupuestales a sectores como educación, salud y seguridad se llevaron a cabo cuando éstos deberían ser prioritarios.
En cambio se continúa invirtiendo en el tren Maya al que se destinarán otros 40 mil millones de pesos a pesar de que el anterior presidente lo inauguró varias veces.
También se tendrán que seguir subsidiando las obras del sexenio anterior como el AIFA, la aerolínea Mexicana y otras debido a que aún no son redituables.
El paquete presentado por la SHyCP es un proyecto que podría ser revisado y modificado por los diputados federales, lo cual no es probable debido a que la mayoría oficialista ha demostrado su sumisión para aprobar todo sin modificar ni una coma.
El presupuesto del 2025 prioriza el gasto público para continuar con la ficción de que nuestra economía está bien, aunque la terca realidad demuestre lo contrario.