/ martes 7 de mayo de 2024

Perfil humano | Focos rojos en la economía mexicana

La economía mexicana no está tan bien como la pinta el gobierno federal pues otros indicadores alertan sobre los riesgos de que pueda entrar en una sería crisis si no se toman las medidas pertinentes.

En temporada electoral los candidatos de Morena y anexos alardean de que todo está bien a pesar del malévolo neoliberalismo heredado, el que por cierto en buena medida ha sido el soporte que ha mantenido a flote la incierta y confusa conducción gubernamental.

A simple vista las cosas parecen que no están tan mal con un “superpeso” que se ha mantenido valorado frente al dólar y otras monedas extranjeras.

Continuamente se presume que México ya es el principal socio comercial y exportador de Estados Unidos además de generar “grandes” obras y programas sociales.

La primera señal de alerta que ha pasado casi inadvertida es el planteamiento de Hacienda de reducir en un 12 por ciento el presupuesto oficial para el siguiente año.

La razón obvia de ello es que ha descendido la recaudación por impuestos y derechos, así como la productividad de las empresas estatales mientras que ha aumentado el gasto público.

El mismo gobierno calcula que podría tener un déficit de dos billones de pesos para este año, el cual pasará a engrosar la deuda pública.

Además Pemex y la CFE informaron que disminuyeron sus ingresos en un 92 y 94 por ciento respectivamente en el primer trimestre de este año.

Una de las causas es que Pemex produce menos barriles de petróleo al obtener ahora solo 876 mil barriles diarios cuando en el sexenio de Calderón llegaron a ser tres millones de barriles diarios.

Con todo y que la actual administración federal le ha invertido cientos de miles de millones de pesos las finanzas de esta empresa no mejoran por lo que está en riesgo de caer en la insolvencia, esto es, en la quiebra.

Ni siquiera su venta sería factible pues tiene una deuda de 106 mil millones de dólares, lo cual significa que continúa siendo la compañía petrolera más endeudada del mundo.

La actual situación crítica de Pemex podría convertir a sus acciones en bonos chatarra y afectar seriamente la confiabilidad financiera de todo el país.

La economía de México en la actualidad está calificada como triple B+, pero si cae a simplemente a triple B podría ser considerada como no apta para que las grandes compañías mundiales inviertan en el país.

Así lo advierte el gobernador de Nuevo León en un video que circula en las redes.

Samuel García afirma que la pésima política económica del actual presidente llevaría a las calificadoras a darle esta pésima calificación a la economía mexicana.

Alerta que el resultado sería la fuga de capitales como los 2.2 billones de pesos invertidos y ello acarrearía la devaluación del peso mexicano, entre otras consecuencias.

Independientemente de las acrobacias electorales de este personaje norteño las aseveraciones del mandatario neoleonés tienen sentido sobre todo porque antes era aliado en cierta forma de AMLO.

En este siglo las nuevas generaciones no han experimentado crisis económicas como las que sufrimos en la segunda mitad del siglo pasado.

El gasto excesivo de Echeverría produjo la devaluación del peso de 12.50 a 22 pesos por dólar y después sucedió lo mismo en los sexenios de López Portillo y Salinas de Gortari.

Por consiguiente es cada vez más riesgoso que la actual política populista nos pueda llevar a una nueva crisis económica que tendría altos costos para todos los mexicanos, sea cual sea su afiliación política.


Dr. en Comunicación. Docente en la Facultad de Filosofía de la UACh


La economía mexicana no está tan bien como la pinta el gobierno federal pues otros indicadores alertan sobre los riesgos de que pueda entrar en una sería crisis si no se toman las medidas pertinentes.

En temporada electoral los candidatos de Morena y anexos alardean de que todo está bien a pesar del malévolo neoliberalismo heredado, el que por cierto en buena medida ha sido el soporte que ha mantenido a flote la incierta y confusa conducción gubernamental.

A simple vista las cosas parecen que no están tan mal con un “superpeso” que se ha mantenido valorado frente al dólar y otras monedas extranjeras.

Continuamente se presume que México ya es el principal socio comercial y exportador de Estados Unidos además de generar “grandes” obras y programas sociales.

La primera señal de alerta que ha pasado casi inadvertida es el planteamiento de Hacienda de reducir en un 12 por ciento el presupuesto oficial para el siguiente año.

La razón obvia de ello es que ha descendido la recaudación por impuestos y derechos, así como la productividad de las empresas estatales mientras que ha aumentado el gasto público.

El mismo gobierno calcula que podría tener un déficit de dos billones de pesos para este año, el cual pasará a engrosar la deuda pública.

Además Pemex y la CFE informaron que disminuyeron sus ingresos en un 92 y 94 por ciento respectivamente en el primer trimestre de este año.

Una de las causas es que Pemex produce menos barriles de petróleo al obtener ahora solo 876 mil barriles diarios cuando en el sexenio de Calderón llegaron a ser tres millones de barriles diarios.

Con todo y que la actual administración federal le ha invertido cientos de miles de millones de pesos las finanzas de esta empresa no mejoran por lo que está en riesgo de caer en la insolvencia, esto es, en la quiebra.

Ni siquiera su venta sería factible pues tiene una deuda de 106 mil millones de dólares, lo cual significa que continúa siendo la compañía petrolera más endeudada del mundo.

La actual situación crítica de Pemex podría convertir a sus acciones en bonos chatarra y afectar seriamente la confiabilidad financiera de todo el país.

La economía de México en la actualidad está calificada como triple B+, pero si cae a simplemente a triple B podría ser considerada como no apta para que las grandes compañías mundiales inviertan en el país.

Así lo advierte el gobernador de Nuevo León en un video que circula en las redes.

Samuel García afirma que la pésima política económica del actual presidente llevaría a las calificadoras a darle esta pésima calificación a la economía mexicana.

Alerta que el resultado sería la fuga de capitales como los 2.2 billones de pesos invertidos y ello acarrearía la devaluación del peso mexicano, entre otras consecuencias.

Independientemente de las acrobacias electorales de este personaje norteño las aseveraciones del mandatario neoleonés tienen sentido sobre todo porque antes era aliado en cierta forma de AMLO.

En este siglo las nuevas generaciones no han experimentado crisis económicas como las que sufrimos en la segunda mitad del siglo pasado.

El gasto excesivo de Echeverría produjo la devaluación del peso de 12.50 a 22 pesos por dólar y después sucedió lo mismo en los sexenios de López Portillo y Salinas de Gortari.

Por consiguiente es cada vez más riesgoso que la actual política populista nos pueda llevar a una nueva crisis económica que tendría altos costos para todos los mexicanos, sea cual sea su afiliación política.


Dr. en Comunicación. Docente en la Facultad de Filosofía de la UACh