/ martes 19 de noviembre de 2024

Perfil humano / Las piedras en la aplicación de los derechos humanos

La reelección de Rosario Piedra Ibarra como encargada de la CNDH demuestra la poca o casi nula acción de la clase gobernante en la defensa de los derechos humanos.

Esta funcionaria ha sido tal vez la más inepta que ha ocupado este cargo desde su creación en el gobierno de Salinas de Gortari. En su gestión ha sido más conocida por sus preferencias culinarias que por su eficacia para resolver las denuncias ya que el 98 por ciento de ellas fueron desestimadas o rechazadas.

A pesar de ocupar el último lugar de la lista de 15 candidatos no solo fue incluida en la terna finalista sino electa por la bancada de senadores de la 4T. Algunos de estos legisladores habían opinado que no votarían por ella, como Javier Corral, pero a fin de cuentas lo hicieron cuando su pastor Adán Augusto López les ordenó tachar el nombre de Rosario.

Una vez más los senadores demuestran quien los manda y su ficticia autonomía ética. En el caso del chihuahuense es obvio que prefirió acatar sumisamente la consigna que arriesgarse a perder su fuero y tener que enfrentarse a la justicia de su estado.

Por cierto que los judas veracruzanos Yunes tardíamente fueron expulsados del PAN pero de inmediato los invitó el pastor de los senadores de la 4T para que se afiliaran a Morena. Algunos diarios capitalinos hicieron alusión al apellido de la reelecta ironizando que de nuevo se colocaba una piedra en la CNDH, aunque desafortunadamente no es la única en el país.

Además de la anodina Piedra Ibarra hay otras piedras que obstaculizan la aplicación de los derechos humanos en México. Ahí está la repudiada reforma judicial que será una seria amenaza pues someterá al poder judicial al ejecutivo, que ya controla al legislativo.

Los ciudadanos no tendrán a quien recurrir legalmente pues obviamente las decisiones de los jueces se inclinarán a favor de quien les otorgó sus cargos.

La reforma judicial no respeta los derechos humanos de los actuales funcionarios jurídicos ni de los mexicanos por lo que dos ministros ya interpusieron la demanda correspondiente ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos. En el país y el mundo quienes más sufren la violación constante de sus derechos humanos son los inmigrantes ilegales.

Son constantes las denuncias que hacen inútilmente a las autoridades pues buena parte de las acciones inhumanas en su contra proviene de las mismas.

Durante su larga y accidentada migración sufren constantemente el asedio no solo de las bandas criminales sino también de las policías y fuerzas armadas. Sin protección legal son víctimas fáciles de estos depredadores y una buena parte de ellos declara que es en nuestro país donde son objeto de más extorsiones y vejaciones.

Por si no fuera suficiente su precaria y peligrosa condición, el año entrante se complicará más con otra enorme piedra que agravará su condición humana: la reelección de Donald Trump.

El republicano ya designó al mismo funcionario encargado de la migración en su anterior gobierno, el cual se destacó por separar a los menores inmigrantes de sus padres. Al preguntarle los periodistas si volvería a esta inhumana práctica contestó que no pues ahora iba a deportar a las familias completas.

La otra piedra que impide la protección de los derechos humanos es desde luego el crimen organizado pues atenta impunemente contra la vida y las pertenencias de los ciudadanos. Estas son solo algunas de las piedras que son un obstáculo para que sean respetados los derechos humanos en México y el resto del mundo.


Dr. en Comunicación. Docente en la Facultad de Filosofía de la UACh.

efernandezarmendariz@gmail.com