Hemos estado viviendo, en las últimas semanas, eventos, que como se sabe, vienen unidos unos a otros y además son consecuencias de decisiones, palabras, acciones y actos políticos. En política no hay sorpresas, ni tampoco coincidencias que no sean producto de algo que lo desencadene.
El tema económico, de generación de empleos, de mejora en las condiciones de calidad de vida de los ciudadanos, está inquieto, y vemos cómo se han puesto alarmas y luces amarillas y rojas en varios aspectos de la estabilidad económica del País.
Tener una “pausa” con el principal socio comercial, cercano a sus elecciones y a la renegociación del TMEC, es un peligroso ingrediente.
El incremento de la violencia, las capturas o entregas de los capos, que desatan o desatarán acomodos de los siguientes mandos, con sus respectivas consecuencias. Un Sur del País con migraciones forzadas, pueblos desolados, como algunos de Zacatecas, autodefensas que aparecen y son a veces vidas perdidas por la inacción de la seguridad pagada con nuestros impuestos, son también sirenas de alerta.
Y agregando el tercer elemento, que bien pudiera ser esto una súper ensalada multisabores, las reformas al poder judicial y a los organismos autónomos creados por buscar eliminar el súper poder, y que si requerían mejoras no era necesario forzosamente ser eliminados, que, con la sobrerrepresentación obtenida de manera turbia, pudiera ser inevitable que sucediera
El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai)
La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece)
El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT)
La Comisión Reguladora de Energía (CRE)
El Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social (Coneval)
La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH)
La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu)
Todos estos temas, forman un piso resbaloso, una incertidumbre, donde ponemos a las empresas con potencial de invertir a hacer más consideraciones de las normales, para pensar en inversiones en México y hasta recular de hacerlo; a pesar del incremento de la IED de 7% en el primer semestre del 2024, tenemos menos del 10% en nuevas inversiones, nada mal, pero delicado.
La inflación no ha cedido, el PIB acumulado será el más bajo de varios sexenios, y aunque suben los salarios, la capacidad de crecimiento no está presente. Valdría la pena mencionar el incremento de la deuda publica, AMLO deja a México “empeñado”: La deuda pública subirá a 49.7% del PIB en 2024, nivel más alto en 4 años – (El Financiero)
Este circo, cerró con frases como que el IMSS bienestar, es el mejor del mundo; faltaría ver si el criterio es igual de todos los que han de hacer uso de la institución o que requiere surtir una receta de este.
Parece una broma. Desafortunadamente no lo es, lo retrógrado que esto se presenta, nos lleva, como dije en mi previa participación, a los 70s y 80s, donde incluso fuimos ricos por unos meses, luego, la aparente bonanza y mal llevada administración del gobierno, soñando que éramos lo mejor del mundo, sin medida ni conciencia, nos enterraron en una de las crisis económicas más terribles que puedo recordar. Y hoy en día, me preocupa ver indicios de condiciones de pistas resbalosas que llevan el mismo destino, y será casi imposible de detenernos de llegar ahí, con el agravante de un totalitarismo gubernamental y gran participación de las fuerzas armadas en las actividades antes propias solo de civiles.
