“Si disculpas una falta, animas a que se cometan muchas más”, Siro -

Estamos a unos días de que finalice el periodo de Andrés Manuel López Obrador como el presidente número 79 de nuestro golpeado México. Si el político tabasqueño pensó en pasar a la historia como un primer mandatario que sería bien recordado y como el hombre que transformara a la nación, simple y sencillamente falló en su intento; claro que para sus fanáticos seguidores estamos hablando del mejor gobernante posiblemente hasta del mundo entero, pero la realidad, la preocupante realidad, jamás se podrá ocultar y los verdaderos datos permanecerán presentes para recordarlo, aunque él tenga, como siempre, otros datos, mismos que nunca salieron a relucir.

En el tema educativo (el más importante de todos) la administración de Manuel Andrés se caracterizó por una constante incertidumbre, tres fueron los titulares de la SEP y al que pudiéramos considerar como el de mejores credenciales lo mandaron de embajador en Estados Unidos. Los resultados del programa para la evaluación internacional de alumnos de la OCDE (prueba PISA) cuyo enfoque se centra en la lectura, las matemáticas y las ciencias pusieron al descubierto un retroceso de decenas de años en la educación básica del país. La respuesta del señor de las mañaneras ante este declive educativo fue culpar al periodo neoliberal del pasado, la salida más fácil para no aceptar su responsabilidad. Dejaremos el beneficio de la duda para el próximo sexenio en Educación Pública cuyo titular ya tuvo sus primeros desencuentros antes de llegar. Por las vísperas…….

En materia de empleo, un terreno al que tanto hace alarde Manuel Andrés, se crearon en su mandato 2 millones de ocupaciones formales, cifra que queda muy por debajo del sexenio priista de Enrique Peña Nieto con 3 millones 700 mil y hasta del de su acérrimo enemigo, el panista Felipe Calderón Hinojosa con casi 2 millones 200 mil y aunque en el papel se haya dado un aumento en el salario mínimo, en la verdadera capacidad de compra del mexicano nomás no. Seguimos esperando el litro de gasolina a 10 pesitos.

En el tema de la libertad de expresión sin lugar a dudas fue un sexenio que golpeó y fuerte a los comunicadores que criticaron las acciones de gobierno, los violentaron, amenazaron, investigaron y hasta fueron expuestos al publicar lo que, según el primer mandatario, ganaban como sueldo, importándole poco que se tratara de un trabajo de naturaleza privada. Por otro lado, los lacayos aplaudidores que se dicen periodistas siempre recibieron las mieles del poder con todo lo que ello implica, olvidándoseles que la dignidad debe ejercerse siempre, de manera firme pero especialmente consigo mismo.

La salud fue, por mucho, la asignatura pendiente, el convertir a nuestro sistema de salud mejor que el de Dinamarca fueron palabras que cayeron en el terreno de la burla, la desaparición del seguro popular vino acompañada de una preocupante escasez de medicinas; el pésimo manejo de la pandemia del covid trajo como consecuencia un mayor número de decesos de mexicanos que no fueron debidamente atendidos; la mega farmacia fue un loable proyecto, desde luego, pero la eficacia del mismo brillo por su ausencia.

El espacio se agota para seguir enumerando los pendientes de un gobierno que, si bien, ganó en las urnas en aquel 2018, hoy muchos suplican que ya termine. La gran duda es ¿seguirá el nuevo gobierno por el mismo camino? Veremos pues.

Maestro en Finanzas y en Administración de Recursos Humanos. Presidente de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua

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