/ martes 2 de julio de 2024

Qué mal andamos

Un inquilino del Palacio Nacional, a punto de irse, les ordena a sus sirvientes, llamados diputados federales, que le aprueben su nueva ley para desaparecer la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Instituto Federal Electoral, IFE, y eso sí, sin quitarle, ni ponerle un punto o una coma, es decir que el Poder Legislativo no existe para el inquilino de palacio, ya que sólo se callan y obedecen. ¿No tendrán un poquito de vergüenza los diputados?

Por otro lado, tenemos a una candidata, que todavía no es ni siquiera presidenta electa, porque el IFE no le ha dado su constancia de mayoría, como debe de ser, ya que hay muchos recursos interpuestos por toda la elección, donde se cometió un mega fraude, como no tengamos memoria, pero la señora ya está nombrando su gabinete sin ser oficialmente más que una candidata, ¿Cómo se le puede llamar a eso? Agandalle, no me interesa lo que la autoridad electoral tenga que decir, yo voy derecho y no me quito, porque cuento con el apoyo de mi padrino, el inquilino de palacio, que así ha actuado toda su vida, violentando las leyes y así lo manifiesta: “No me vengan a mí que la ley es la ley”, sólo le falta decir que la ley soy yo.

Pero no sólo en México andamos muy mal, también nuestros principal socio y vecino, con quien tenemos nuestro principal intercambio comercial, cultural, familiar, religioso, etc, los Estados Unidos, tuvieron un debate entre los dos aspirantes, que ni candidatos son todavía, que la verdad dieron pena ajena los dos ancianos, que pretenden gobernar el país más poderoso del mundo o uno de los más poderosos, porque ya ven que China viene avanzando a una velocidad increíble invadiendo el mundo con muchos productos, entre ellos los automóviles, de bastante buena calidad y mejor precio que los americanos y japoneses. 40 marcas chinas se encuentran ya en nuestro país, de las 118 marcas que existen de automóviles en China. México sin una política industrial que ponga orden a la entrada de estos automóviles, cada quien entra y se instala donde quiere y pone los precios que quiere, con garantías de hasta 10 años, que no sabemos si lo van a cumplir.

Un presidente Joe Biden que ya se le iba el avión y de repente no sabía qué contestar, entró caminando como un viejito, lento y arrastrando los pies, sus respuestas eran lentas, como ya sabes quién y hasta el traductor tenía tiempo para traducir por la lentitud. Donald Trump no cantó mal las rancheras, su caminar al entrar también fue lento, de un anciano y por más que quiso aparentar fortaleza, no lo logró, porque sus respuestas y sus ataques eran también lentos y tibios.

Los aspirantes a gobernar los Estados Unidos, se la pasaron atacándose uno al otro, no hicieron propuestas de qué debe hacer el próximo presidente para sacar adelante su país, que se encuentra económicamente muy endeudado, con alta inflación y con una invasión de inmigrantes que por miles están llegando a sus fronteras, a través de México, y la incontrolable entrada de fentanilo, droga que está acabando con algunas poblaciones.

Urge un cambio de aspirantes en Estados Unidos.

Qué mal andamos.


Un inquilino del Palacio Nacional, a punto de irse, les ordena a sus sirvientes, llamados diputados federales, que le aprueben su nueva ley para desaparecer la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Instituto Federal Electoral, IFE, y eso sí, sin quitarle, ni ponerle un punto o una coma, es decir que el Poder Legislativo no existe para el inquilino de palacio, ya que sólo se callan y obedecen. ¿No tendrán un poquito de vergüenza los diputados?

Por otro lado, tenemos a una candidata, que todavía no es ni siquiera presidenta electa, porque el IFE no le ha dado su constancia de mayoría, como debe de ser, ya que hay muchos recursos interpuestos por toda la elección, donde se cometió un mega fraude, como no tengamos memoria, pero la señora ya está nombrando su gabinete sin ser oficialmente más que una candidata, ¿Cómo se le puede llamar a eso? Agandalle, no me interesa lo que la autoridad electoral tenga que decir, yo voy derecho y no me quito, porque cuento con el apoyo de mi padrino, el inquilino de palacio, que así ha actuado toda su vida, violentando las leyes y así lo manifiesta: “No me vengan a mí que la ley es la ley”, sólo le falta decir que la ley soy yo.

Pero no sólo en México andamos muy mal, también nuestros principal socio y vecino, con quien tenemos nuestro principal intercambio comercial, cultural, familiar, religioso, etc, los Estados Unidos, tuvieron un debate entre los dos aspirantes, que ni candidatos son todavía, que la verdad dieron pena ajena los dos ancianos, que pretenden gobernar el país más poderoso del mundo o uno de los más poderosos, porque ya ven que China viene avanzando a una velocidad increíble invadiendo el mundo con muchos productos, entre ellos los automóviles, de bastante buena calidad y mejor precio que los americanos y japoneses. 40 marcas chinas se encuentran ya en nuestro país, de las 118 marcas que existen de automóviles en China. México sin una política industrial que ponga orden a la entrada de estos automóviles, cada quien entra y se instala donde quiere y pone los precios que quiere, con garantías de hasta 10 años, que no sabemos si lo van a cumplir.

Un presidente Joe Biden que ya se le iba el avión y de repente no sabía qué contestar, entró caminando como un viejito, lento y arrastrando los pies, sus respuestas eran lentas, como ya sabes quién y hasta el traductor tenía tiempo para traducir por la lentitud. Donald Trump no cantó mal las rancheras, su caminar al entrar también fue lento, de un anciano y por más que quiso aparentar fortaleza, no lo logró, porque sus respuestas y sus ataques eran también lentos y tibios.

Los aspirantes a gobernar los Estados Unidos, se la pasaron atacándose uno al otro, no hicieron propuestas de qué debe hacer el próximo presidente para sacar adelante su país, que se encuentra económicamente muy endeudado, con alta inflación y con una invasión de inmigrantes que por miles están llegando a sus fronteras, a través de México, y la incontrolable entrada de fentanilo, droga que está acabando con algunas poblaciones.

Urge un cambio de aspirantes en Estados Unidos.

Qué mal andamos.