Que no nos quede duda, los mexicanos nos enfrentamos ya el día de hoy, a las intenciones y acciones de un grupo conformado por Morena y sus secuaces, además de grupos ilegales y radicales de terroristas, básicamente marxistas-leninistas, quienes a pesar de hablar de los pobres, de libertad, de justicia social y de derechos humanos, su intención inequívoca, es establecer un régimen totalitario, cuyo significado es la pérdida progresiva de todos los derechos y libertades que poseemos actualmente. En realidad ya somos un “copy paste” de Venezuela sin un solo cambio ni de comas ni de puntos.
Las expectativas son claras. Podemos concluirlas por la izquierda radical que se ha adueñado del poder en la forma más cínica y descarada posible.
La violencia, elemento esencial en su programa para apoderarse de nuestras vidas, ya es evidente. No se trata de solucionar los problemas reales que existen en otros estados más pobres que el nuestro. Tampoco de quitar un gobernador, ni de no dejar llegar al poder al presidente que la mayoría de nosotros no elegimos. Todos son caminos o estrategias para desestabilizar a la gente trabajadora, y abusar del poder Las expectativas reales, de seguírseles permitiendo el libertinaje, la anarquía, la agresión, los actos terroristas y dejárseles llegar al poder vía acciones ilegales, son las siguientes:
Una supresión gradual de la libertad de expresión hasta que sea completamente eliminada. Esto es a través de la censura de los medios de comunicación, así como de hostigamiento físico, destrucción de la propiedad privada, amenazas de muerte y asesinato de periodistas independientes y de dueños de estaciones de radio privadas.
Un abatimiento del pluralismo político, el cual apenas estábamos obteniendo. Las turbas para aterrorizar y aleccionar a los contrarios han sido evidentes en Cuba, Venezuela y la Nicaragua sandinista. Las vimos y las sentimos aquí en Chihuahua a través del CDP hace unos años. Luego por las Feminazis. Nada diferente a “las camisas negras” de Mussolini.
Un control gradual de la población, hasta llegar a un absoluto control. Se utilizarán los sindicatos existentes para luego crear el propio sindicato “gubernamental”, dirigido por el dictador en turno. Los espías de barrio son comunes en Venezuela y Cuba, copia de las “checas” en tiempos de los soviéticos. En Nicaragua eran llamados “los ojos y oídos de la revolución”
Un incremento en los ataques, desafíos y burla a las diferentes iglesias y representantes del clero. Las Iglesias Cristianas serán, eventualmente, todavía más perseguidas que la Católica.
El Estado y el partido, volverán a ser uno.
Bajo mil excusas, las elecciones democráticas serán suprimidas. Las que se den, serán una copia de las realizadas en Cuba, o en Venezuela.
La creación de los “juicios del pueblo”, donde “el pueblo” pueda juzgar a los opositores ‘contrarrevolucionarios’.
Una unión ideológica y económica con países afines. Actualmente: Diaz Canel, Maduro, Petro, Lula, Evo....
México no quiere ni se merece esto. Está en nuestras manos solucionarlo.