/ viernes 16 de febrero de 2018

¿Quién está atrás de AMLO?

Después de la Revolución, que por cierto quienes fueron sus principales protagonistas, los campesinos, nunca vieron ningún beneficio y de pobres pasaron a miserables, nunca se había presentado un proceso electoral tan especial, no se puede decir competido, como este donde la premisa popular de que vale más ser persistente que inteligente se podría ratificar, si la mayoría de los mexicanos caen en el engaño,  el próximo primero de julio.

Claro que no hay duda que el pueblo podrá tener facturas pendientes y las quiera cobrar en un solo evento, en este proceso electoral, pero es aquí donde se debe demostrar la inteligencia y planear la sobrevivencia de nuestros hijos, no se puede nada más por venganzas arriesgar el futuro de México.

Esto no quiere decir que se ponga la fe en tal o cual candidato, ni por lástima ni por esperanza, sino que sin tapujos se debe hacer un claro análisis y una verdadera evaluación de lo que más nos conviene, si se quiere no a nosotros, insisto sino a nuestros hijos, clarificar el país que les queremos dejar.

Y ese análisis podría incluir una clara y minuciosa revisión, incluso hasta con consecuencias penales de las últimas administraciones gubernamentales, sin que esto quiera decir que los preceptos e ideología que los llevaron al poder sean malos.

Las nuevas reglas de la comunicación, pero principalmente las redes sociales, han transformado completamente a la humanidad y ha servido para que hackers, o delincuentes cibernéticos, atendiendo intereses ajenos al verdadero desarrollo del país, están prestos para señalar errores de la administración gubernamental y cachar principalmente equivocaciones del presidente de la república para exhibirlo a través de los llamados memes, hasta como un nefasto funcionario cuando lo más que hizo fue equivocarse en una palabra o hacer mal una suma o multiplicación pequeña. Pero los caminos para lograr el poder son infinitos y sobre todo sin escrúpulos.

Claro que hay errores humanos, incluso malos funcionarios y hasta malandros, estos últimos que no se han podido erradicar porque la misma comunidad lo ha consentido, pero de eso a que han convertido nuestro país en un infierno, es muy diferente. Aquí no trabaja y no come quien no quiere y hay puntos claros de desarrollo que ninguna nación latinoamericana ha alcanzado en el último lustro.

Lo más grave es el envolvimiento que se hace de las masas, el lavado de cerebro, dirían quienes fueron mis compañeros de preparatoria, porque nadie va a decir que por ejemplo el ahora benevolente y circunspecto abanderado de Morena es una excelencia de estadista, cuando difícilmente hila un párrafo completo, cuando no está plenamente clarificado el desarrollo de su carrera universitaria, no se sabe si es abogado o veterinario y cuando se ve que a duras penas contiene su carácter, probablemente por indicaciones de su marketing político, para no desaforar todo el proyecto que verdaderamente quién sabe quién esté atrás de todo; cuando como Dios terrenal recoge a todo el descarriado y les perdona todos sus pecados políticos e ideológicos,  porque desde que le idearon el nombre de Movimiento de Regeneración Nacional, para consolidarlo en Morena y que al inicio de este proyecto por marketing y no casualidad se aparecía dentro del cuadro de foto o video una imagen de la Virgen de Guadalupe, desde ahí empezaron quién sabe quién, a jugar con los sentimientos de la gente a través de López Obrador, a quien ahora quieren tener en la Presidencia de la República.

Es bueno pues ir conociendo a fondo las cualidades que nos ofrecen los candidatos, los oficiales de las alianzas, más los independientes que se acumulen con sus ambiciones a cuestas.

Veremos de dónde viene Ricardo Anaya y desde luego también José Antonio Meade, quien aparentemente está bailando con la más fea.