/ viernes 30 de agosto de 2024

Raspones y caídas

Hoy escribiré desde un sentido figurado. Creo que a todos nos pasa, cuando nos caemos, volteamos con rapidez a ver quien nos vio, a eso le damos más importancia que al raspón o al dolor que eso nos produce, hoy por la mañana cuando corría, me tropecé con una piedra y me caí, claro que volteé a ver quien me había visto, era muy temprano y en el parque había poca gente, pero claro que no falto quien me viera, un caballero, se acercó de inmediato y amablemente me preguntó si estaba bien. Se sorprendió al verme porque me conocía, eso nos causo risa, me sacudí, revisé mis raspones y seguí corriendo hasta completar mi rutina.


Así es la vida, nos caemos muchas veces, cuando empezamos a caminar, cuando empezamos un nuevo proyecto, seguro que nos caemos, hay veces que solo nos tropezamos, hay veces que alcanzamos a poner las manos, en ocasiones, nos fracturamos, también hay caídas que nos dejan inmóviles un tiempo, pero las más graves son esas caídas mortales.


Este momento de país algunos lo vemos como gran caída, grandes cosas están sucediendo, cambios de gran trascendencia, hablo de la oposición, estamos, en ese momento donde el tropezón, algunos no los han dejado ni meter las manos, a otros con raspones, a otros con heridas que seguro tendrán cicatriz, pero no quiero imaginar a mi país con una caída mortal.


De todas las caídas aprendemos, porque aun que nos levantemos derechitos, sin cojear, al voltear la esquina, empezamos a sobarnos y a sacudir el polvo, pero cuando ya nadie nos ve. Pero aprendemos que hay que voltear más seguido al piso, poner más atención a las señales y aún que sea un camino que todos los días recorremos, el día menos pensado ya hay un bache, y si cae nuestro pie ahí podemos dar demasiadas vueltas y salir heridos.


Hoy México padece esa falta de atención, esa soberbia, la que no nos deja voltear al suelo y seguro hará tropezar a más de uno.


La división de poderes que aprendimos desde los primeros años en la escuela primaria, poder ejecutivo, legislativo y judicial, hoy los vemos totalmente desdibujados, daré una pequeña explicación al respecto, el poder legislativo con su gran mayoría, al día de hoy se convierte en una oficialía de partes, la discusión de las veinte iniciativas que envió el ejecutivo el día 5 de febrero de esté año, tenían demasiada prisa en aprobarlas, aquí es donde cobra sentido lo comentado en las líneas anteriores, es solo oficialía de partes, porque se aprueba en los términos que se envía del ejecutivo.


¿Pero que pasa con el poder judicial?, totalmente independiente de los otros dos poderes, pues una de las reformas anteriormente referidas, es modificar el poder judicial, con la gran mayoría en el poder legislativo, con una sola fuerza política, pues lo que se ve con enorme claridad es la desaparición de poderes, ¿a que voy con esto?, que lo que sugiere la iniciativa es que los jueces sean electos por los ciudadanos, eso convierte a los juzgadores en políticos, las leyes las construyen los representantes ciudadanos, pero los juzgadores deben ser los interpretes de las leyes, alguien tiene que ser el estudioso de la legislación, pero si los mandamos hacer campaña, difícilmente vamos a tener expertos en la interpretación de las leyes, alguien que sepa que existe una ley para reglar determinada conducta, pero además de existir aplicar y en su caso sancionar.


Difícil el tropezón por el tenemos años cojeando, pero más difícil será levantarnos de la caída que se vislumbra en este momento.


Hoy escribiré desde un sentido figurado. Creo que a todos nos pasa, cuando nos caemos, volteamos con rapidez a ver quien nos vio, a eso le damos más importancia que al raspón o al dolor que eso nos produce, hoy por la mañana cuando corría, me tropecé con una piedra y me caí, claro que volteé a ver quien me había visto, era muy temprano y en el parque había poca gente, pero claro que no falto quien me viera, un caballero, se acercó de inmediato y amablemente me preguntó si estaba bien. Se sorprendió al verme porque me conocía, eso nos causo risa, me sacudí, revisé mis raspones y seguí corriendo hasta completar mi rutina.


Así es la vida, nos caemos muchas veces, cuando empezamos a caminar, cuando empezamos un nuevo proyecto, seguro que nos caemos, hay veces que solo nos tropezamos, hay veces que alcanzamos a poner las manos, en ocasiones, nos fracturamos, también hay caídas que nos dejan inmóviles un tiempo, pero las más graves son esas caídas mortales.


Este momento de país algunos lo vemos como gran caída, grandes cosas están sucediendo, cambios de gran trascendencia, hablo de la oposición, estamos, en ese momento donde el tropezón, algunos no los han dejado ni meter las manos, a otros con raspones, a otros con heridas que seguro tendrán cicatriz, pero no quiero imaginar a mi país con una caída mortal.


De todas las caídas aprendemos, porque aun que nos levantemos derechitos, sin cojear, al voltear la esquina, empezamos a sobarnos y a sacudir el polvo, pero cuando ya nadie nos ve. Pero aprendemos que hay que voltear más seguido al piso, poner más atención a las señales y aún que sea un camino que todos los días recorremos, el día menos pensado ya hay un bache, y si cae nuestro pie ahí podemos dar demasiadas vueltas y salir heridos.


Hoy México padece esa falta de atención, esa soberbia, la que no nos deja voltear al suelo y seguro hará tropezar a más de uno.


La división de poderes que aprendimos desde los primeros años en la escuela primaria, poder ejecutivo, legislativo y judicial, hoy los vemos totalmente desdibujados, daré una pequeña explicación al respecto, el poder legislativo con su gran mayoría, al día de hoy se convierte en una oficialía de partes, la discusión de las veinte iniciativas que envió el ejecutivo el día 5 de febrero de esté año, tenían demasiada prisa en aprobarlas, aquí es donde cobra sentido lo comentado en las líneas anteriores, es solo oficialía de partes, porque se aprueba en los términos que se envía del ejecutivo.


¿Pero que pasa con el poder judicial?, totalmente independiente de los otros dos poderes, pues una de las reformas anteriormente referidas, es modificar el poder judicial, con la gran mayoría en el poder legislativo, con una sola fuerza política, pues lo que se ve con enorme claridad es la desaparición de poderes, ¿a que voy con esto?, que lo que sugiere la iniciativa es que los jueces sean electos por los ciudadanos, eso convierte a los juzgadores en políticos, las leyes las construyen los representantes ciudadanos, pero los juzgadores deben ser los interpretes de las leyes, alguien tiene que ser el estudioso de la legislación, pero si los mandamos hacer campaña, difícilmente vamos a tener expertos en la interpretación de las leyes, alguien que sepa que existe una ley para reglar determinada conducta, pero además de existir aplicar y en su caso sancionar.


Difícil el tropezón por el tenemos años cojeando, pero más difícil será levantarnos de la caída que se vislumbra en este momento.