La evolución de la rendición de cuentas en México refleja una lucha constante entre la búsqueda de transparencia y la presencia de estructuras de poder que dificultan la plena responsabilidad de los funcionarios. A lo largo del tiempo, México ha avanzado significativamente en términos de normatividad, creación de instituciones, participación ciudadana y uso de la tecnología para mejorar la rendición de cuentas.
Para conocer un poco del largo camino que han tenido que transitar los mexicanos para que sepan lo que los gobiernos hacen con los recursos públicos, me permito estimado lector compartir un esbozo de lo que ha sido esta lucha histórica.
Durante los primeros años del siglo XX, la rendición de cuentas en México estaba limitada a la supervisión administrativa interna y era controlada por organismos dependientes del gobierno federal.
El caso de la Contaduría Mayor de Hacienda creada en 1824, aunque sin tener un impacto contundente en el control gubernamental, fue el primer intento de formalizar la rendición de cuentas en el país. Pasaron muchas décadas, para iniciar con un período de institucionalización de la rendición de cuentas. Es a partir de 1970 cuando la administración pública mexicana empezó a establecer organismos de control y auditoría, aunque seguía habiendo poca transparencia y autonomía en estos órganos.
Fue hasta el año de 1990, cuando se inicia un período de constitucionalización de la transparencia y creación de órganos autónomos, donde México comenzó a adoptar mecanismos más sólidos y transparentes de rendición de cuentas. Las reformas democráticas impulsaron el fortalecimiento de órganos autónomos y se inició el reconocimiento del derecho a la información pública.
Finalmente, en el año de 2002, México aprobó la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, un hito en la rendición de cuentas. Esta ley permite a cualquier ciudadano solicitar información sobre el manejo de recursos públicos y obligó a las instituciones a hacer públicos sus datos.
Hace menos de una década, en el año de 2015, se inicia un período donde se impulsan diversas reformas para la rendición de cuentas en la era digital y creación del Sistema Nacional Anticorrupción lo que marcó una transformación en la lucha contra la corrupción y la rendición de cuentas. El principal objetivo de estas reformas ha sido fortalecer la transparencia a través del uso de plataformas digitales además de crearse instituciones para coordinar esfuerzos anticorrupción.
En los últimos años, México ha promovido la participación ciudadana a través de mecanismos como las auditorías sociales y los presupuestos participativos. A nivel local, varios municipios han implementado proyectos de participación en la asignación y uso de los recursos públicos.
La evolución de la rendición de cuentas en México ha sido compleja y enfrenta desafíos importantes, como la corrupción y la impunidad por lo que la participación ciudadana, es y será el mejor contrapeso para que se continúe avanzando en la rendición de cuentas más sólida y efectiva.
Maestra en Periodismo de Investigación. Vocera del Ichitaip.