En un mundo donde la sostenibilidad no es sólo un ideal, sino una necesidad apremiante, las ciudades sustentables se posicionan como faros de esperanza y ejemplos a seguir.
Al día de hoy, el futuro de nuestras ciudades depende de su capacidad en convertirse en ciudades sustentables. Aquellas que mantienen a flote sus temas socioeconómicos al mismo ritmo que reducen el impacto ambiental de sus actividades.
En esencia, la sustentabilidad de un país, estado o municipio, depende de su capacidad de satisfacer las necesidades presentes sin comprometer las generaciones futuras. Esto implica el uso responsable de los recursos naturales, el fomento de economías circulares, la promoción de energías limpias y la construcción de comunidades inclusivas y resilientes.
Hoy más que nunca estoy convencido que debemos dar pasos firmes hacia un futuro más verde. En mi caso, acercar a Delicias a un modelo de ciudad más sostenible e innovador. Por eso a inicios de este mes tuve el honor de encabezar una delegación y en equipo la iniciativa público-privada y el Instituto de Desarrollo Económico (IDEA), asistimos al Smart City Expo & World Congress en Barcelona.
Este evento, reunió a más de 25,000 expertos y líderes globales, ofreció un espacio invaluable para conocer los avances tecnológicos y modelos de colaboración en la gestión de ciudades inteligentes. En el marco de esta experiencia, reafirmamos nuestro compromiso con la construcción de un Delicias y un Chihuahua verdaderamente sustentables.
La exposición en Barcelona subrayó la importancia de la innovación en la planificación urbana, desde el uso eficiente de recursos hasta la integración de modelos económicos circulares. En este sentido, el Instituto Municipal de Planeación será clave para analizar los productos y residuos de nuestra región y encontrar maneras de darles valor agregado. Un objetivo alineado con la meta global de descarbonización para 2030, establecida por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Como todo cambio, empieza en casa, por eso en Delicias buscamos el cómo sí, creando planes que nos permitan, primero concientizar, para después incentivar a nuestros productores y empresas a adoptar mejores prácticas.
Desde un inicio lo he dicho, hay que buscar qué hay en el mundo para traer a Delicias. En esta ocasión, tuvimos conocimos iniciativas que nos servirán como modelo a seguir. Como Alcarras Bioproductors, empresa ganadera que produce biogás a partir de biomasa agrícola y desechos orgánicos, promoviendo la economía circular y generando energía renovable; Griñó compañía que procesa 150,000 toneladas anuales de residuos animales para producir electricidad limpia, modelo que podríamos adoptar para aprovechar nuestros desechos agrícolas y pecuarios; y Simbios y, parque industrial que produce combustibles verdes, hidrógeno, oxígeno y biogás a partir de desechos, demostrando cómo integrar una cadena de suministro verde desde su diseño.
En nuestra región, la posibilidad de replicar estas iniciativas es tangible. Empezando por uno de los productos más representativos de Delicias: la nuez.
Tenemos ante nosotros oportunidades claves como la posibilidad de convertir nuestras 30,000 hectáreas de podas de nogales en materia prima para biocombustibles o fertilizantes orgánicos; o formar alianzas estratégicas con empresas dedicadas a la comercialización para el mercado europeo. No basta únicamente con implementar políticas públicas responsables con el medioambiente, hay que ver más allá. La visión de transformar a Delicias en un referente de sostenibilidad es ambiciosa, pero alcanzable; con programas que permitan tener un beneficio a largo plazo, tanto para el ecosistema empresarial, como para nuestra gente.
En lo que a mí toca, seguiré trabajando para potenciar a nuestro municipio como el polo productivo más avanzado y responsable en sustentabilidad. Estoy convencido que haremos un mejor Delicias, un Delicias verdaderamente sustentable.