/ viernes 3 de mayo de 2024

Sabiduría y riqueza

“Tan difícil es para los sabios adquirir las riquezas como a los ricos adquirir la sabiduría”. Epicteto (35 d.C - 135 d.C.), en “Máximas”.

Es del dominio público que los estudios universitarios en el área de las humanidades suelen ser criticados con afirmaciones como “con eso no ganas bien” o con preguntas como “¿y de qué vas a vivir” y “¿en qué vas a trabajar”.

El estudiante que está por terminar su bachillerato y decide continuar sus estudios en la carrera de Filosofía se enfrenta frecuentemente con la incomprensión de muchas de las personas que le rodean, entre ellas sus familiares y amistades.

Apenas dicho estudiante declara su intención y de inmediato es cuestionado por ello como si esta se tratara de algo equivocado en un mundo que se desarrolla con las leyes del mercado y las aspiraciones utilitarias o redituables.

Quienes estudian Filosofía normalmente son blanco de críticas que vienen de quienes cuestionan la disciplina racional y reflexiva en un marco social que sobrevalora el rendimiento y la ganancia económicos; la Filosofía, en pocas palabras, no es para hacer negocios o riquezas -se dice.

Sin embargo, cuando hay conciencia plena del valor de las humanidades por parte del estudiante, la decisión por los estudios humanísticos -y principalmente por la Filosofía- queda justificada y es tomada con toda determinación.

Efectivamente: la Facultad de Filosofía no es una escuela de negocios; los valores de la Filosofía no son los valores de quienes luchan por destacar en el mundo de las inversiones y las metas capitalistas. De aquí la supuesta dificultad a la que se refiere Epicteto.

Lo anterior no significa que los valores filosóficos no puedan ser aprovechados en ciertas estrategias de negocios, pero dichos valores no se generan propiamente para ello. Muchos hombres y mujeres exitosos en los negocios a veces reflexionan filosóficamente, pero su misión sigue siendo la renta y no la sabiduría.

Porque la Filosofía, según su etimología, significa una búsqueda racional de la sabiduría, no significa la adquisición segura de la sabiduría, sino que se trata básicamente de una inquietud que nos lleva a cuestionar buscando con preguntas críticas el saber.

La razón de ser de la Filosofía no está en la utilidad, pero se vale que los utilitaristas entregados a las ganancias económicas se den la vuelta de vez en cuando por los terrenos de la reflexión y la crítica racionales. Muchas estrategias de negocio aprovechan la racionalidad provista por la filosofía.

También se vale que los filósofos se den la vuelta de vez en cuando por los terrenos de las aspiraciones no filosóficas y orientadas básicamente por la utilidad y el enriquecimiento económico. Muchos pensadores prominentes así lo han hecho.

La frase de Epicteto citada al inicio, marca la frontera entre quien busca la sabiduría (y que por el solo hecho de buscarla sistemáticamente son filósofos) y quien busca la riqueza económica (y que por el solo hecho de buscarla sistemáticamente les convierte en emprendedores o inversionistas).


“Tan difícil es para los sabios adquirir las riquezas como a los ricos adquirir la sabiduría”. Epicteto (35 d.C - 135 d.C.), en “Máximas”.

Es del dominio público que los estudios universitarios en el área de las humanidades suelen ser criticados con afirmaciones como “con eso no ganas bien” o con preguntas como “¿y de qué vas a vivir” y “¿en qué vas a trabajar”.

El estudiante que está por terminar su bachillerato y decide continuar sus estudios en la carrera de Filosofía se enfrenta frecuentemente con la incomprensión de muchas de las personas que le rodean, entre ellas sus familiares y amistades.

Apenas dicho estudiante declara su intención y de inmediato es cuestionado por ello como si esta se tratara de algo equivocado en un mundo que se desarrolla con las leyes del mercado y las aspiraciones utilitarias o redituables.

Quienes estudian Filosofía normalmente son blanco de críticas que vienen de quienes cuestionan la disciplina racional y reflexiva en un marco social que sobrevalora el rendimiento y la ganancia económicos; la Filosofía, en pocas palabras, no es para hacer negocios o riquezas -se dice.

Sin embargo, cuando hay conciencia plena del valor de las humanidades por parte del estudiante, la decisión por los estudios humanísticos -y principalmente por la Filosofía- queda justificada y es tomada con toda determinación.

Efectivamente: la Facultad de Filosofía no es una escuela de negocios; los valores de la Filosofía no son los valores de quienes luchan por destacar en el mundo de las inversiones y las metas capitalistas. De aquí la supuesta dificultad a la que se refiere Epicteto.

Lo anterior no significa que los valores filosóficos no puedan ser aprovechados en ciertas estrategias de negocios, pero dichos valores no se generan propiamente para ello. Muchos hombres y mujeres exitosos en los negocios a veces reflexionan filosóficamente, pero su misión sigue siendo la renta y no la sabiduría.

Porque la Filosofía, según su etimología, significa una búsqueda racional de la sabiduría, no significa la adquisición segura de la sabiduría, sino que se trata básicamente de una inquietud que nos lleva a cuestionar buscando con preguntas críticas el saber.

La razón de ser de la Filosofía no está en la utilidad, pero se vale que los utilitaristas entregados a las ganancias económicas se den la vuelta de vez en cuando por los terrenos de la reflexión y la crítica racionales. Muchas estrategias de negocio aprovechan la racionalidad provista por la filosofía.

También se vale que los filósofos se den la vuelta de vez en cuando por los terrenos de las aspiraciones no filosóficas y orientadas básicamente por la utilidad y el enriquecimiento económico. Muchos pensadores prominentes así lo han hecho.

La frase de Epicteto citada al inicio, marca la frontera entre quien busca la sabiduría (y que por el solo hecho de buscarla sistemáticamente son filósofos) y quien busca la riqueza económica (y que por el solo hecho de buscarla sistemáticamente les convierte en emprendedores o inversionistas).