/ sábado 12 de octubre de 2024

Salud mental y suicidio: una enorme tarea pendiente que nos involucra a todas las personas


El pasado jueves 10 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental. Tristemente las estadísticas refieren que el Estado de Chihuahua es el de mayor prevalencia de suicidio a nivel nacional, sobre todo en hombres jóvenes. De 2017 al 2022, la tasa de suicidio fue de 11.2 por cada 100 mil habitantes, cerca del doble del promedio nacional, principalmente en hombres jóvenes y con mayor prevalencia en Ciudad Juárez.

De acuerdo con el artículo “Juventud y suicidio en la región fronteriza norte de México: un estudio de caso desde la Teoría Ecológica de Bronfenbrenner” publicado por los Profesores de la UACJ, César Octavio Acosta Gutiérrez y Alfredo Limas Hernández (Hernández, 2024), establecen que el suicidio es un acto autoinfligido, en el que se tiene el deseo de morir y cuyo resultado es la consecución de la propia muerte (Baader et al., 2011; UNICEF, 2017) que puede contener una evidencia ya sea implícita o explícita de la intencionalidad de provocarse la muerte (Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, 2011).

Así mismo, artículo de la revista Journal of Clinical Medicine revela que el maltrato infantil aumenta algunos factores de riesgo que son determinantes en las conductas suicidas en jóvenes. Así, las personas que han sufrido maltrato infantil tienen una mayor predisposición a mostrar rasgos de personalidad relacionados con la ira intensa, la impulsividad y la desregulación emocional. Además, tienden a experimentar más situaciones estresantes a lo largo de su vida. Todos estos nuevos estresores y la desregulación emocional serían los factores que finalmente podrían desencadenar los comportamientos suicidas en la población más joven.

Sí bien los esfuerzos públicos en la materia han aumentado, como la aprobación el 12 de agosto de la Ley de Prevención del suicidio para el Estado de Chihuahua así como el trabajo de instituciones como Instituto Chihuahuense de salud mental (ICHISAM) así como la intensa labor de prevención, atención y contención del Instituto Municipal de Prevención y Atención a la Salud (IMPAS), (ejemplo la campaña “Grítalo, sácalo, háblalo”) y la línea de atención 24 horas, 365 días del año: las cifras dan cuenta que no es suficiente, sino que todos debemos involucrarnos.

Seamos parte de la construcción de un mundo humano, amoroso, esperanzador y solidario que no deja a nadie atrás. Detrás de los transtornos mentales y el suicidio, todos tenemos acciones a desplegar.

Vivimos en la era de mayor comunicación pero de mayor aislamiento y de relaciones “líquidas”. Conexión inmediata de un WhatsApp pero desunión y poco conocimiento profundo de los demás, incluyendo a nuestras familias. Trabajamos más que nunca pero nuestras ansias de consumismo no parecen satisfacerse. Violencia y bullying normalizado. El amor incondicional (y su expresión), la aceptación, la desestigmatización, la empatía para que nadie se quede atrás, porque no hay vidas reemplazables: todos nos hacen falta. Construir una vida donde estemos unos para otros, bajo un manto de esperanza para quien ha perdido el amor a la vida y busca una salida para calmar su sufrimiento. Los esfuerzos institucionales son encomiables, pero se requiere de lo que todos podemos hacer. No hay amor que sobre, no hay prevención y atención que estorbe.


1- Disponible en: https://revistas.proeditio.com/ehquidad/article/view/4960/5756

2- Disponible en: https://www.cibersam.es/noticias/el-maltrato-infantil-aumenta-los-factores-de-riesgo-asociados-al-comportamiento-suicida-juvenil


El pasado jueves 10 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental. Tristemente las estadísticas refieren que el Estado de Chihuahua es el de mayor prevalencia de suicidio a nivel nacional, sobre todo en hombres jóvenes. De 2017 al 2022, la tasa de suicidio fue de 11.2 por cada 100 mil habitantes, cerca del doble del promedio nacional, principalmente en hombres jóvenes y con mayor prevalencia en Ciudad Juárez.

De acuerdo con el artículo “Juventud y suicidio en la región fronteriza norte de México: un estudio de caso desde la Teoría Ecológica de Bronfenbrenner” publicado por los Profesores de la UACJ, César Octavio Acosta Gutiérrez y Alfredo Limas Hernández (Hernández, 2024), establecen que el suicidio es un acto autoinfligido, en el que se tiene el deseo de morir y cuyo resultado es la consecución de la propia muerte (Baader et al., 2011; UNICEF, 2017) que puede contener una evidencia ya sea implícita o explícita de la intencionalidad de provocarse la muerte (Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, 2011).

Así mismo, artículo de la revista Journal of Clinical Medicine revela que el maltrato infantil aumenta algunos factores de riesgo que son determinantes en las conductas suicidas en jóvenes. Así, las personas que han sufrido maltrato infantil tienen una mayor predisposición a mostrar rasgos de personalidad relacionados con la ira intensa, la impulsividad y la desregulación emocional. Además, tienden a experimentar más situaciones estresantes a lo largo de su vida. Todos estos nuevos estresores y la desregulación emocional serían los factores que finalmente podrían desencadenar los comportamientos suicidas en la población más joven.

Sí bien los esfuerzos públicos en la materia han aumentado, como la aprobación el 12 de agosto de la Ley de Prevención del suicidio para el Estado de Chihuahua así como el trabajo de instituciones como Instituto Chihuahuense de salud mental (ICHISAM) así como la intensa labor de prevención, atención y contención del Instituto Municipal de Prevención y Atención a la Salud (IMPAS), (ejemplo la campaña “Grítalo, sácalo, háblalo”) y la línea de atención 24 horas, 365 días del año: las cifras dan cuenta que no es suficiente, sino que todos debemos involucrarnos.

Seamos parte de la construcción de un mundo humano, amoroso, esperanzador y solidario que no deja a nadie atrás. Detrás de los transtornos mentales y el suicidio, todos tenemos acciones a desplegar.

Vivimos en la era de mayor comunicación pero de mayor aislamiento y de relaciones “líquidas”. Conexión inmediata de un WhatsApp pero desunión y poco conocimiento profundo de los demás, incluyendo a nuestras familias. Trabajamos más que nunca pero nuestras ansias de consumismo no parecen satisfacerse. Violencia y bullying normalizado. El amor incondicional (y su expresión), la aceptación, la desestigmatización, la empatía para que nadie se quede atrás, porque no hay vidas reemplazables: todos nos hacen falta. Construir una vida donde estemos unos para otros, bajo un manto de esperanza para quien ha perdido el amor a la vida y busca una salida para calmar su sufrimiento. Los esfuerzos institucionales son encomiables, pero se requiere de lo que todos podemos hacer. No hay amor que sobre, no hay prevención y atención que estorbe.


1- Disponible en: https://revistas.proeditio.com/ehquidad/article/view/4960/5756

2- Disponible en: https://www.cibersam.es/noticias/el-maltrato-infantil-aumenta-los-factores-de-riesgo-asociados-al-comportamiento-suicida-juvenil