No podemos encontrar el lado positivo de la pandemia, pero es el momento para producir y consumir un periodismo de calidad, pues la sociedad ha reavivado su interés en los medios tradicionales.
Sin embargo, el periodismo, como muchas profesiones se ha visto seriamente dañado por la crisis económica y la pandemia de la desinformación o fake-news. La pregunta obligada es cómo combatir el mal y salir victorioso.
Es prioritario hacer de este oficio una buena herramienta para atacar la información falsa, además la inclusión de profesionales del periodismo que logre la investigación y la verificación (fact-cheking) de la información.
La desinformación no es el único problema grave, los medios atraviesan por severa crisis económica, por lo que se los gobiernos y los órganos empresariales deben apoyar el rescate de la prensa baluarte de la democracia.
El virus es el causante de un raro fenómeno en materia mediática, pues mientras que la prensa, radio y televisión rompen récord en lectores y audiencias, se ha registrado una estrepitosa caída en ventas, principalmente publicidad a causa de la paralización de la economía. Y es que en estos tiempos de crisis, los gobiernos y el sector privado no tienen como prioridad apoyar el periodismo.
Hay medios escritos que tardaron mucho tiempo en diversificar su trabajo para obtener ganancias ante la pérdida de lectores y anunciantes, es decir migraron a los servicios digitales, pero el covid- 19 fracturo los proyectos.
La crisis económica ha puesto en muchos medios en vías de extinción e incluso los grandes periódicos como el Washington Post y el New York Times, que tienen fuertes entradas de dinero por las suscripciones, se han visto en la necesidad de ejecutar planes de sobre vivencia, como reestructuración de deuda y aceptación de nuevos socios.
El pasado 22 de marzo, los diarios tradicionales de España mandaron un mensaje de auxilio al gobierno a fin de sortear la crisis. Estas empresas forman parte de la Asociación de Medios de Información, pero además se agregaron a la petición a las radios comerciales (AERC) y de las televisiones privadas (UTECA) seriamente afectadas durante una década y sin proyectos claros parar la reconversión digital.
Los medios tradicionales españoles, calificaron la situación financiera como “un tsunami para el sector", "tragedia para la democracia", "desplome de ingresos", "crisis de liquidez" y "cierres inminentes" en caso de que el gobierno y la empresa privada no den respuestas inmediatas. Situación de la que no escapan los medios mexicanos.
Informaron que los ingresos han caído a la mitad, la plantilla se ha reducido en un 40% y la venta de ejemplares ha bajado más de un 60%. En pocas palabras, los impresos no tienen la fuerza financiera de última década, lo que ha motivado que caiga la calidad de los productos periodísticos, sobre todo por el recorte de su planta laboral.
Es imposible cuantificar el impacto económico a causa de la pandemia en la empresa periodística. Ante ello, los editores deben tener planes de ajuste duros para la etapa pos coronavirus. El gobierno y el sector privado deben apoyar con publicidad y créditos blandos.
También es importante que los periodistas y empresarios escuchen las necesidades de la sociedad para crear nuevos servicios informativos. Un medio no puede cerrase y dejar los espacios a gobiernos totalitarios. Todos tenemos la obligación de salvar el periodismo.
El día 5 de mayo, la UNESCO fue tajante al señalar que hay intentos por controlar la información o de suprimir el acceso a la información por diversos mecanismos, afirmación que ratificó el jefe de la Sección de Libertad de Expresión y Seguridad de Periodistas de la UNESCO, Guilherme Canela, durante el seminario digital “Pandemia, democracia y derechos humanos: nuevos retos en el periodismo”, en el contexto del Día Mundial de la Libertad de Prensa,
Asimismo, dijo que medios, sobre todo los locales y comunitarios, se encuentran en riesgo de cerrar o de ser capturados por intereses particulares ante la falta de recursos para su subsistencia, afectando así a un entorno mediático libre y plural, por lo que convocó a reconocer la función del periodismo para las sociedades y a apoyarlo.
Uno de los principales escritores del periodismo moderno, Ryszard Kapuscinki autor del libro “Los cínicos no sirven para este oficio” señalaba que para ser un buen reportero, era necesario desarrollar los cinco sentidos del periodismo: "Estar, ver, oír, compartir y sentir", pero debemos verificar el hecho noticioso, sobre todo con el enorme crecimiento de las redes sociales.
Kapuściński, nació en Polonia en 1932 y murió en el año 2007. Fue corresponsal en 27 revoluciones, soportó 40 arrestos y 4 sentencias de muerte. Estuvo en México, donde afianzó su amistad con Gabriel García Márquez. Ambos afirmaban que la escritura era una forma más de encontrar la libertad.
El polaco, decía continuamente que su trabajo no consistía en “pisar cucarachas, sino en prender la luz para que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse”. Bajo esa idea, el oficio del periodista era tan disfrutable como necesario
El lector también es coparticipe de la creciente desinformación, sobre todo a través de las redes sociales, ya que son propagadores de las fake news. La pandemia ha causado mucho daño al ser humano, por lo que urge evitar que muera el buen periodismo.
Terminamos este artículo con una profunda reflexión de Kapuściński sobre la participación del hombre en el periodismo: "Se puede se escéptico, pero no cínico: el cinismo te aleja de la gente; los cínicos no sirven para este oficio. El periodismo es un acto de creación"…
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