/ viernes 30 de marzo de 2018

Siguen dejando el barco del PRI

Con los registros a las diferentes posiciones de elección popular, sigue dándose el batidero y el revoltijo entre profesionales de la política que habían jurado y perjurado que amaban con todo su corazón las siglas que representaron, algunos hasta por casi cuarenta años, como el caso del profesor Miguel Ángel González, quien después de recorrer todas las posiciones del PRI en 37 años, incluyendo la presidencia por más de una ocasión y haber escalado diferentes posiciones electorales y administrativas, incluso la de secretario particular del gobernador César Duarte, ahora le nace el amor por sus orígenes, que es la educación, un sector vapuleado y maltrecho para el grueso del profesorado, aunque paradisiaco para todos los que de una u otra forma estuvieron y están en la mal llamada dirigencia.

El que avisa no traiciona, diría el profesor Miguel Ángel González, además de pasar la factura de, según él su juventud y años de servicio y militancia en el PRI, pero aquí se ajustaría la pregunta que le hicieron al gran matemático árabe Al Khawanzmi sobre el valor del ser humano, a lo que éste respondió: Si tiene ética, entonces su valor es igual a uno, si además es inteligente, se le agrega un cero y su valor será de 10.

Si también es rico, se le suma otro cero y será de 100. Si por sobre todo eso es además, una bella persona, entonces se le agrega otro cero y su valor será de 1000.

Pero si pierde el 1, que corresponde a la ética, perderá todo su valor pues, únicamente le quedarán los ceros.

Así de sencillo, sin valores éticos y principios sólidos, ya no se diga ideológicos, no queda nada, solamente delincuentes corruptos y malas personas. Así de trágico, como diría Guillermo Terrazas Villanueva: ni más ni menos.

Pero vale la pena creer que no es el caso del profesor Miguel Ángel González, su carrera política, aún dentro de las inconveniencias del manejo autoritario en el PRI, siempre fue clara y se puede decir que hasta productiva a diferencia de la mayoría de los que prácticamente viven de la política, claro que con sus pecadillos que nunca llegaron a más, aunque ahora que se cambia a Nueva Alianza, aunque puedan ser sus orígenes, se asemejó a la vaca que da 50 litros de leche y al final de la ordeña mete la cola en el balde.

En fin, aún nos falta mucho por ver dentro de este proceso electoral que, no atípico sino convertido en un verdadero desma… desde las mismas instituciones reguladoras encabezadas por el INE, aun antes de iniciar oficialmente las campañas.


Con los registros a las diferentes posiciones de elección popular, sigue dándose el batidero y el revoltijo entre profesionales de la política que habían jurado y perjurado que amaban con todo su corazón las siglas que representaron, algunos hasta por casi cuarenta años, como el caso del profesor Miguel Ángel González, quien después de recorrer todas las posiciones del PRI en 37 años, incluyendo la presidencia por más de una ocasión y haber escalado diferentes posiciones electorales y administrativas, incluso la de secretario particular del gobernador César Duarte, ahora le nace el amor por sus orígenes, que es la educación, un sector vapuleado y maltrecho para el grueso del profesorado, aunque paradisiaco para todos los que de una u otra forma estuvieron y están en la mal llamada dirigencia.

El que avisa no traiciona, diría el profesor Miguel Ángel González, además de pasar la factura de, según él su juventud y años de servicio y militancia en el PRI, pero aquí se ajustaría la pregunta que le hicieron al gran matemático árabe Al Khawanzmi sobre el valor del ser humano, a lo que éste respondió: Si tiene ética, entonces su valor es igual a uno, si además es inteligente, se le agrega un cero y su valor será de 10.

Si también es rico, se le suma otro cero y será de 100. Si por sobre todo eso es además, una bella persona, entonces se le agrega otro cero y su valor será de 1000.

Pero si pierde el 1, que corresponde a la ética, perderá todo su valor pues, únicamente le quedarán los ceros.

Así de sencillo, sin valores éticos y principios sólidos, ya no se diga ideológicos, no queda nada, solamente delincuentes corruptos y malas personas. Así de trágico, como diría Guillermo Terrazas Villanueva: ni más ni menos.

Pero vale la pena creer que no es el caso del profesor Miguel Ángel González, su carrera política, aún dentro de las inconveniencias del manejo autoritario en el PRI, siempre fue clara y se puede decir que hasta productiva a diferencia de la mayoría de los que prácticamente viven de la política, claro que con sus pecadillos que nunca llegaron a más, aunque ahora que se cambia a Nueva Alianza, aunque puedan ser sus orígenes, se asemejó a la vaca que da 50 litros de leche y al final de la ordeña mete la cola en el balde.

En fin, aún nos falta mucho por ver dentro de este proceso electoral que, no atípico sino convertido en un verdadero desma… desde las mismas instituciones reguladoras encabezadas por el INE, aun antes de iniciar oficialmente las campañas.