/ lunes 18 de noviembre de 2024

Sin becas deportivas, ni inclusiones positivas

Desde el momento que la voluntad ciudadana otorga a una persona el alto honor de asumir como alcalde, éste debe dejar atrás el aspecto personal y retomar el beneficio colectivo como una prioridad, y en ello va implícito el hecho de continuar con todas aquellas políticas públicas que los antecesores dejaran sembradas y cuyos resultados hubieran sido positivos.

Uno de esos rubros es fundamental sobre todo para niños y jóvenes cuya prioridad deben ser sus estudios así como un esparcimiento sano a través de las diversas disciplinas deportivas, y es aquí donde durante mi gestión como alcalde brindamos más de 300 becas destinadas a ello.

El nuevo gobierno de la ciudad no solo dejó de brindar dichos apoyos, sino que mediante actitudes impositivas de la encargada del deporte apenas a unos cuantos días de haber asumido el cargo ya se encuentra en el escrutinio de los parralenses.

Y es que “Chabelita” ya es famosa en las redes sociales, gracias a las diversas acciones que ha venido tomando al imponerse de manera personal en este rubro tan importante como el deportivo, ejemplo de ello son algunos deportistas que no fueron aceptados para participar en el desfile del 20 de noviembre con pretextos sumamente infantiles y despectivos.

Asimismo, la administración municipal se ha dado a la tarea de colocar a nuevos funcionarios deportivos sin retirar a los anteriores, lo cual está creando una atmósfera tóxica en el quehacer municipal.

Cuando todavía no se cumplen ni los primeros 100 días de la administración municipal, en el ámbito deportivo ya se aprecia discriminación o beneficios selectivos a conveniencia.

Durante el tiempo que serví como presidente municipal, buscamos destinar recursos que permitieran el desarrollo de las diferentes competencias, generando condiciones para que las distintas actividades deportivas se desarrollaran además en espacios dignos para ello.

Si avanzar en materia de deportes es una de las intenciones del nuevo gobierno, más allá de echar abajo apoyos como las becas e inventar pretextos para no incluir a ciertas instituciones o clubes deportivos en un desfile, se debiera pensar en sumar y no restar.

Parral es semillero de grandes figuras del deporte que han puesto muy en alto el nombre de esta tierra, quienes con su férreo empeño, ímpetu, perseverancia y ahínco han cosechado grandes triunfos, pero si a todo lo anterior se agrega el apoyo del gobierno municipal seguramente los éxitos serán mayores.

Recordemos que cuando los reflectores apuntan a un nuevo funcionario es por una de dos razones; comienza a marcar un parte aguas en la responsabilidad asignada hasta convertirla en un hito, o bien, mostrando desde sus primeras acciones falta de tacto, sensibilidad y actitud incluyente.

Vísperas traen tiempos pero, vale reflexionar que otorgar su lugar dentro del presupuesto público al deporte es crucial para mantener una sociedad saludable, y para ello se requiere más allá de una designación al vapor de quienes dirijan esta dependencia, una minuciosa revisión del aspecto vocacional de esa encargada.


Todo depende pues, de la meta que se avizore alcanzar en el trienio.


Desde el momento que la voluntad ciudadana otorga a una persona el alto honor de asumir como alcalde, éste debe dejar atrás el aspecto personal y retomar el beneficio colectivo como una prioridad, y en ello va implícito el hecho de continuar con todas aquellas políticas públicas que los antecesores dejaran sembradas y cuyos resultados hubieran sido positivos.

Uno de esos rubros es fundamental sobre todo para niños y jóvenes cuya prioridad deben ser sus estudios así como un esparcimiento sano a través de las diversas disciplinas deportivas, y es aquí donde durante mi gestión como alcalde brindamos más de 300 becas destinadas a ello.

El nuevo gobierno de la ciudad no solo dejó de brindar dichos apoyos, sino que mediante actitudes impositivas de la encargada del deporte apenas a unos cuantos días de haber asumido el cargo ya se encuentra en el escrutinio de los parralenses.

Y es que “Chabelita” ya es famosa en las redes sociales, gracias a las diversas acciones que ha venido tomando al imponerse de manera personal en este rubro tan importante como el deportivo, ejemplo de ello son algunos deportistas que no fueron aceptados para participar en el desfile del 20 de noviembre con pretextos sumamente infantiles y despectivos.

Asimismo, la administración municipal se ha dado a la tarea de colocar a nuevos funcionarios deportivos sin retirar a los anteriores, lo cual está creando una atmósfera tóxica en el quehacer municipal.

Cuando todavía no se cumplen ni los primeros 100 días de la administración municipal, en el ámbito deportivo ya se aprecia discriminación o beneficios selectivos a conveniencia.

Durante el tiempo que serví como presidente municipal, buscamos destinar recursos que permitieran el desarrollo de las diferentes competencias, generando condiciones para que las distintas actividades deportivas se desarrollaran además en espacios dignos para ello.

Si avanzar en materia de deportes es una de las intenciones del nuevo gobierno, más allá de echar abajo apoyos como las becas e inventar pretextos para no incluir a ciertas instituciones o clubes deportivos en un desfile, se debiera pensar en sumar y no restar.

Parral es semillero de grandes figuras del deporte que han puesto muy en alto el nombre de esta tierra, quienes con su férreo empeño, ímpetu, perseverancia y ahínco han cosechado grandes triunfos, pero si a todo lo anterior se agrega el apoyo del gobierno municipal seguramente los éxitos serán mayores.

Recordemos que cuando los reflectores apuntan a un nuevo funcionario es por una de dos razones; comienza a marcar un parte aguas en la responsabilidad asignada hasta convertirla en un hito, o bien, mostrando desde sus primeras acciones falta de tacto, sensibilidad y actitud incluyente.

Vísperas traen tiempos pero, vale reflexionar que otorgar su lugar dentro del presupuesto público al deporte es crucial para mantener una sociedad saludable, y para ello se requiere más allá de una designación al vapor de quienes dirijan esta dependencia, una minuciosa revisión del aspecto vocacional de esa encargada.


Todo depende pues, de la meta que se avizore alcanzar en el trienio.