/ viernes 20 de septiembre de 2024

Sistema de salud mexicano: ¿mejor que el de Dinamarca?

En el Sexto y último Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se afirmó que el sistema de salud pública en México es mejor que el de Dinamarca. Fuera de tomarse como recurso retórico para distraer a la opinión pública de los temas más apremiantes, como las consecuencias de la reforma judicial del oficialismo, debería movernos a recordar que las políticas públicas del partido oficial y sus aliados parecen encaminarse más en aumentar su poder, que por el bien de las personas, bajo el ropaje de una ideología que piensa en los pobres.

No piensan, ni de lejos, en hacer ricos a los pobres, sino hacerlos víctimas permanentes de un pasado de injusticias que nunca terminan por resolverse, y que seguirán afectándolos indefinidamente por la simple conveniencia política, aunque las antiguas y nuevas oligarquías aún cometan injusticias con impunidad. Y estas injusticias de las que hoy siguen siendo víctimas todos los que, por necesidad, trabajan o atienden sus padecimientos en el sistema público de salud, deberían ser el contraargumento de que, no sólo estamos mejor que en Dinamarca, sino peor que antes:

Subejercicio de presupuestos para el sector salud y reducción de la cobertura para los que no cotizan. Esta insensibilidad que antepone los votos al bienestar de la gente, si no conduce a mantener la popularidad del partido oficial, comprando el favor del votante con dinero, se muestra en hechos y estadísticas de lo que será capaz la izquierda cuando se le acaben el dinero y los culpables del pasado. Recordemos el vendaval mortal de contagios decembrinos a enero del 2021 que el gobierno no evitó por no cambiar el semáforo epidemiológico en rojo en la ciudad de México.

Desde finales del 2020 ya se sabía que la principal vía de transmisión del COVID-19 eran los aerosoles respiratorios, pero se politizó el uso de cubrebocas. Todavía las páginas oficiales decían en febrero de 2022 que “es una enfermedad que las propias defensas del organismo, el sistema inmune logra eliminar”, según la Dra. Laurie Ann Ximenez-Fyvie. Este mensaje se difunde después de vacunar a la población y de que han muerto 696 855 personas. Así es como se protege a los ciudadanos. ¿Por qué no informar a la gente sobre medidas efectivas como el uso del cubrebocas y el oxímetro?

¿Por qué, después de un año y medio de saberse que la detección temprana de la infección es clave para salvar vidas, seguían promoviendo en 2022 un mensaje tan letal como: “acude al médico solo en urgencia”? ¿Cuál es la excusa para no cambiar de estrategia? México es el país que ha pagado uno de los precios más altos en pérdida de vidas humanas. El mismo Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informa en octubre del 2020 que 8 de cada 10 pacientes intubados con ventilación mecánica en sus centros de salud, murieron. En la ciudad de México esta cifra mortal llegó al 91.1%.

El 70% que murió de COVID-19 en hospitales públicos nunca fue intubada. Como comparación, en los hospitales privados de la capital la sobrevivencia llega a ser lo opuesto, con un 89%. Para colmo, cuando en enero del 2021 se empezó a vacunar al personal de salud del sector público, se excluyó al personal hospitalario que trabajaba en el sector privado hasta que le tocara por rango de edad. El resultado: a agosto de 2020 Amnistía Internacional señalaba que en México habían muerto más trabajadores de la salud que en cualquier otro país y hubo más muertos comparado a China.


La realidad pura y dura es que Dinamarca no desea ser como nosotros.