/ lunes 12 de agosto de 2024

Terca realidad

La realidad se impone, la convivencia señalada y reiterada del Poder Público con las organizaciones delincuenciales ha quedado de manifiesto esta semana.

Las declaraciones de Ismael “el Mayo” Zambada han dejado claro que existe un hilo conductor, no sabemos a ciencia cierta de que tamaño, pero si un vaso comunicante que con el Gobierno Federal, mismo que, de manera reiterada, ha querido negar.

No es posible que un hombre mayor de 70 años, con toda una vida en el denominado trasiego de las drogas, no fuera capturado, ni molestado; tal vez, incomodado sí, pero no como sujeto de una aprehensión inminente, escarceos, búsqueda de otros grupos, pero él siempre intocado.

Su historia o historial, lo tienen claro las autoridades, pero pareciera que la omisión o complacencia fue la tónica de hoy y de ayer. Pero, que el Gobierno Federal, no tenga la precisión de ¿dónde salió el avión? ¿Si fue entrega o secuestro? ¿Policías estatales involucrados y desaparecidos? ¿Lugar preciso de la ejecución de algunas personas? Entre otras cosas, habla pues de una descoordinación institucional e internacional, o, lo más grave, de una duda razonable del Gobierno Americano sobre el actuar de las autoridades de investigación, procuración y administración de Justicia del Gobierno de nuestro País.

En lugar de iniciar una reforma al poder judicial como la que se plantea, porque no mejor fortalecer las capacidades institucionales en la investigación y administración de justicia; que lo procesos sean más eficientes contra este tipo de organizaciones; es increíble pensar que este personaje fuera perseguido por Estados Unidos y no tuviera una orden de aprehensión en México.

Puso, la carta del Mayo, de manifiesto una red de complicidades y un manejo del territorio de algunas partes del país; hizo un llamado a la paz, sabiendo que su detención puede propiciar una ola de inseguridad.

No podemos ver de manera aislada esa carta, no menospreciar su contenido como lo hizo el Gobernador de Sinaloa; es preciso el análisis, la aplicación de la ley a quienes en complicidad brindaron respaldo institucional y no una labor de inteligencia que permitiera la captura en el territorio nacional.

Este capítulo promete más información, que esperamos sea veraz y nos lleve a una ruta de combate a la criminalidad, pero generando paz entre los ciudadanos.

ALEX DOMINGUEZ

Maestro en Administración Pública, Presidente del Comité Directivo Estatal Del PRI

dominguezd@hotmail.com

La realidad se impone, la convivencia señalada y reiterada del Poder Público con las organizaciones delincuenciales ha quedado de manifiesto esta semana.

Las declaraciones de Ismael “el Mayo” Zambada han dejado claro que existe un hilo conductor, no sabemos a ciencia cierta de que tamaño, pero si un vaso comunicante que con el Gobierno Federal, mismo que, de manera reiterada, ha querido negar.

No es posible que un hombre mayor de 70 años, con toda una vida en el denominado trasiego de las drogas, no fuera capturado, ni molestado; tal vez, incomodado sí, pero no como sujeto de una aprehensión inminente, escarceos, búsqueda de otros grupos, pero él siempre intocado.

Su historia o historial, lo tienen claro las autoridades, pero pareciera que la omisión o complacencia fue la tónica de hoy y de ayer. Pero, que el Gobierno Federal, no tenga la precisión de ¿dónde salió el avión? ¿Si fue entrega o secuestro? ¿Policías estatales involucrados y desaparecidos? ¿Lugar preciso de la ejecución de algunas personas? Entre otras cosas, habla pues de una descoordinación institucional e internacional, o, lo más grave, de una duda razonable del Gobierno Americano sobre el actuar de las autoridades de investigación, procuración y administración de Justicia del Gobierno de nuestro País.

En lugar de iniciar una reforma al poder judicial como la que se plantea, porque no mejor fortalecer las capacidades institucionales en la investigación y administración de justicia; que lo procesos sean más eficientes contra este tipo de organizaciones; es increíble pensar que este personaje fuera perseguido por Estados Unidos y no tuviera una orden de aprehensión en México.

Puso, la carta del Mayo, de manifiesto una red de complicidades y un manejo del territorio de algunas partes del país; hizo un llamado a la paz, sabiendo que su detención puede propiciar una ola de inseguridad.

No podemos ver de manera aislada esa carta, no menospreciar su contenido como lo hizo el Gobernador de Sinaloa; es preciso el análisis, la aplicación de la ley a quienes en complicidad brindaron respaldo institucional y no una labor de inteligencia que permitiera la captura en el territorio nacional.

Este capítulo promete más información, que esperamos sea veraz y nos lleve a una ruta de combate a la criminalidad, pero generando paz entre los ciudadanos.

ALEX DOMINGUEZ

Maestro en Administración Pública, Presidente del Comité Directivo Estatal Del PRI

dominguezd@hotmail.com