/ sábado 16 de noviembre de 2024

Trump quiere considerar al narco como terroristas

Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, toma fuerza la amenaza de considerar a las mafias de México como narcoterroristas y con ello justificar posibles incursiones en nuestro territorio.

El expresidente hizo de la inmigración un tema central de su campaña y se comprometió a llevar a cabo una línea dura, empezando con la expulsión de toda persona que se encuentre de manera ilegal en EU, terminar el muro y “cerrar en definitiva la frontera".

Asimismo incluyó en su discurso el tema de la “guerra” contra los cárteles de la droga como una prioridad para su segundo mandato. Y que pediría al Congreso que garantice que los traficantes de drogas puedan recibir la pena de muerte por sus “actos atroces”, además consideralos como terroristas.

Y por si fuera poco, prometió acabar con los cárteles de la droga imponiendo embargos navales, cortando el acceso a los sistemas financieros globales y utilizando fuerzas especiales dentro del Departamento de Defensa para dañar a los líderes de las organizaciones.

Además, Trump nombró al senador por Florida y de origen cubano Marco Rubio como su secretario de Estado. Es un crítico a los gobiernos de China, Corea del Norte, Venezuela y Cuba. Y fue tajante al decir que durante el gobierno de López Obrador creció el narcotráfico. Esto provocó un enfrentamiento mediático con el expresidente de México.

Con el nuevo mandato de Trump, se espera una relación muy ríspida, sobre todo en los temas de migración, narcotráfico y tratado de libre comercio.

En el país se han registrado muchos atentados, sin que el gobierno mexicano los considere como terrorismo. Únicamente ha dicho que es un conflicto entre grupos de narcotraficantes.

Al hacer un recuento de los hechos violentos, resalta lo ocurrido el pasado 15 de septiembre del 2008 en Michoacán, en la celebración del Grito de Independencia. Dos granadas de fragmentación estallaron en el centro de Morelia, con un saldo de tres personas fallecidas y 132 heridos.

El 15 de julio de 2010 un coche bomba detonó en Ciudad Juárez, dejando sin vida a cuatro ciudadanos, uno de ellos agente de la Policía Federal, dos personas no identificadas y el doctor Guillermo Ortiz, quien acudió a brindar auxilio a un herido.

El 17 de octubre del 2019, fue la sangrienta balacera en Culiacán que se desató tras la captura de Ovidio Guzmán. Se atentó contra la gente inocente.

El 4 de noviembre del 2019 ocurrió la masacre de la familia LeBarón en Sonora, lo que evidenció de nuevo el rumbo equivocado del plan en materia de seguridad del estado mexicano.

Estos son los primeros actos terroristas de su tipo en la historia de México, aunque el gobierno alega que no existe un fin ideológico, como sucede en medio oriente y en América del sur.

El 24 de octubre del presente año, dos automóviles con bombas estallaron en los municipios de Acámbaro y Jerécuaro, en Guanajuato, lo que provocó que tres policías resultaron lesionados y cuantiosos daños materiales. Un bombazo fue en las oficinas de la Secretaría de Seguridad Pública.

El 9 de noviembre hubo 10 muertos y 13 personas heridos tras el ataque armado al bar Los Cantaritos, en Querétaro.

A ello, debemos agregar la falta de prevención, estrategia e inteligencia policial que se ha evidenciado actualmente en Culiacán, Sinaloa. La “guerra” entre chapitos y mayitos ha dejado cientos de muertos y una tremenda crisis económica. Un conflicto sin resolver.

La Real Academia Española de la lengua define terrorismo como “dominación por el terror” o “sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”.

Es grave problema delincuencial, con un severo deterioro de las instituciones de impartición de justicia y por supuesto a todos mexicanos que añoran la paz.

Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, toma fuerza la amenaza de considerar a las mafias de México como narcoterroristas y con ello justificar posibles incursiones en nuestro territorio.

El expresidente hizo de la inmigración un tema central de su campaña y se comprometió a llevar a cabo una línea dura, empezando con la expulsión de toda persona que se encuentre de manera ilegal en EU, terminar el muro y “cerrar en definitiva la frontera".

Asimismo incluyó en su discurso el tema de la “guerra” contra los cárteles de la droga como una prioridad para su segundo mandato. Y que pediría al Congreso que garantice que los traficantes de drogas puedan recibir la pena de muerte por sus “actos atroces”, además consideralos como terroristas.

Y por si fuera poco, prometió acabar con los cárteles de la droga imponiendo embargos navales, cortando el acceso a los sistemas financieros globales y utilizando fuerzas especiales dentro del Departamento de Defensa para dañar a los líderes de las organizaciones.

Además, Trump nombró al senador por Florida y de origen cubano Marco Rubio como su secretario de Estado. Es un crítico a los gobiernos de China, Corea del Norte, Venezuela y Cuba. Y fue tajante al decir que durante el gobierno de López Obrador creció el narcotráfico. Esto provocó un enfrentamiento mediático con el expresidente de México.

Con el nuevo mandato de Trump, se espera una relación muy ríspida, sobre todo en los temas de migración, narcotráfico y tratado de libre comercio.

En el país se han registrado muchos atentados, sin que el gobierno mexicano los considere como terrorismo. Únicamente ha dicho que es un conflicto entre grupos de narcotraficantes.

Al hacer un recuento de los hechos violentos, resalta lo ocurrido el pasado 15 de septiembre del 2008 en Michoacán, en la celebración del Grito de Independencia. Dos granadas de fragmentación estallaron en el centro de Morelia, con un saldo de tres personas fallecidas y 132 heridos.

El 15 de julio de 2010 un coche bomba detonó en Ciudad Juárez, dejando sin vida a cuatro ciudadanos, uno de ellos agente de la Policía Federal, dos personas no identificadas y el doctor Guillermo Ortiz, quien acudió a brindar auxilio a un herido.

El 17 de octubre del 2019, fue la sangrienta balacera en Culiacán que se desató tras la captura de Ovidio Guzmán. Se atentó contra la gente inocente.

El 4 de noviembre del 2019 ocurrió la masacre de la familia LeBarón en Sonora, lo que evidenció de nuevo el rumbo equivocado del plan en materia de seguridad del estado mexicano.

Estos son los primeros actos terroristas de su tipo en la historia de México, aunque el gobierno alega que no existe un fin ideológico, como sucede en medio oriente y en América del sur.

El 24 de octubre del presente año, dos automóviles con bombas estallaron en los municipios de Acámbaro y Jerécuaro, en Guanajuato, lo que provocó que tres policías resultaron lesionados y cuantiosos daños materiales. Un bombazo fue en las oficinas de la Secretaría de Seguridad Pública.

El 9 de noviembre hubo 10 muertos y 13 personas heridos tras el ataque armado al bar Los Cantaritos, en Querétaro.

A ello, debemos agregar la falta de prevención, estrategia e inteligencia policial que se ha evidenciado actualmente en Culiacán, Sinaloa. La “guerra” entre chapitos y mayitos ha dejado cientos de muertos y una tremenda crisis económica. Un conflicto sin resolver.

La Real Academia Española de la lengua define terrorismo como “dominación por el terror” o “sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”.

Es grave problema delincuencial, con un severo deterioro de las instituciones de impartición de justicia y por supuesto a todos mexicanos que añoran la paz.