Está ocasión fue el turno del cerro del Caballo, un ícono natural de Chihuahua, ha sido devastado por la expansión descontrolada de desarrollos inmobiliarios. Este espacio natural, antes un refugio para distintas especies y pulmón verde de la ciudad, enfrenta ahora una amenaza inminente que afecta la biodiversidad y la calidad de vida de los habitantes.
La creciente urbanización en Chihuahua ha sido promovida por un grupo conocido como el "cártel inmobiliario", compuesto por desarrolladores y autoridades. Mediante prácticas ilegales como la manipulación de zonificaciones y sobornos, han permitido proyectos en áreas protegidas sin cumplir con estándares ambientales. La construcción de fraccionamientos en el cerro del Caballo ha resultado en la destrucción masiva de hábitats y su biodiversidad. Además, la urbanización elimina áreas recreativas, impactando la salud mental y física de los habitantes.
La falta de planificación en estos desarrollos ha llevado a la construcción de fraccionamientos sin servicios básicos, como agua potable, drenaje y electricidad. Además, el incremento poblacional en estas áreas ha exacerbado problemas de tráfico y contaminación del aire, afectando la productividad y bienestar de las personas.
En respuesta a esta situación, el colectivo Salvemos los Cerros de Chihuahua ha emergido como una fuerza movilizadora. Este grupo de activistas ha organizado diversas acciones para denunciar la destrucción ambiental y exigir medidas concretas para proteger el cerro. Entre sus esfuerzos destacan protestas y marchas, incluyendo una toma del Congreso del Estado, bajo el lema "¡No más fraccionamientos en nuestros cerros!" y campañas de concienciación para involucrar a la comunidad y presionar a las autoridades.
Para equilibrar el desarrollo urbano con la conservación del medio ambiente, es esencial implementar políticas más estrictas y transparentes. Algunas medidas incluyen realizar estudios de impacto ambiental rigurosos antes de aprobar cualquier proyecto, garantizar la conservación de espacios verdes, sancionar a quienes violen las normativas ambientales y fomentar la responsabilidad ambiental entre desarrolladores y ciudadanos.
La devastación del cerro del Caballo es un recordatorio de la necesidad de armonizar el progreso con la preservación del medio ambiente. Solo mediante una planificación urbana sostenible y la participación activa de la comunidad, se puede asegurar un futuro donde la naturaleza y el desarrollo coexistan en equilibrio. Es vital que las voces que abogan por la protección del medio ambiente sean escuchadas, para preservar este invaluable recurso natural para las futuras generaciones. La situación del cerro del Caballo es un llamado urgente a la acción y la reflexión sobre nuestras prioridades como sociedad.
La lucha entre el progreso y la conservación es evidente en este caso. Mientras el cártel inmobiliario presiona por más desarrollos, es imperativo que se escuchen y tomen en cuenta las voces que abogan por la protección del medio ambiente. Solo así se podrá preservar este invaluable recurso natural para las futuras generaciones, asegurando un futuro donde la naturaleza y el progreso coexistan armoniosamente.
Lic. en Derecho y litigación oral, Forma Parte del Colectivo La Caja (Herramientas Ciudadanas)
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