/ viernes 14 de junio de 2024

Una filosofía para vivir mejor

«Vana es la palabra del filósofo que no remedia ningún sufrimiento del ser humano.» Epicuro, IV a.C.

Los seres humanos vivimos motivados por deseos, y los deseos que tenemos son los que dan sentido a nuestra existencia. Existimos porque buscamos satisfactores para nuestros anhelos, no importa la dimensión de estos.

Los filósofos de todos los tiempos han invertido buen esfuerzo intelectual para tratar de encontrar la fórmula (o las fórmulas) para una vida satisfactoria, una vida que al final se vea como un trayecto que valió la pena.

¿Qué es lo que necesita el ser humano para sentirse satisfecho con su empresa de existir, de estar aquí, en un mundo que le plantea desafíos de todo tipo? ¿De qué podemos prescindir en una vida limitada por el tiempo? ¿Cómo evitar el sufrimiento y, en su caso, cómo sobrellevarlo?

Al filósofo Epicuro le preocupaba el sufrimiento, algo a lo que todo ser humano esta expuesto. Sabios de la antigüedad, orientales y occidentales, se esforzaron por comprender las causas del dolor y sostuvieron ideas para evitarlo en lo posible.

Los más pesimistas han afirmado que la vida es sufrimiento y que aceptarlo y soportarlo es la misión de la existencia humana. Algunos llevan su reflexión hasta la idea del “mérito” alcanzado por vivir el sufrimiento, lo cual se premiará con una bienaventuranza después de la vida.

Si se vive, se sufre; no hay de otra. ¿Parece una condena? Unos aseguran que sí; otros nomás advierten una condición. La condición del viviente es la de ser un sufriente. ¿Pero cómo evitar que esa condición sea en sí misma la vida y no un accidente de la misma?

Es imposible imaginar una vida de puro dolor, tampoco es imaginable una vida sin ningún sufrimiento. La filosofía se ha preguntado qué podemos hacer para reducir el sufrimiento en cualquier etapa de nuestra vida.

No es racional desear lo imposible, así que una vida sin sufrimiento es un deseo irracional. Buscar el mínimo sufrimiento parece ser, entonces, el deseo racional. Una filosofía que nos ayude en este sentido debería considerarse como un pensamiento valioso.

Tal fue la filosofía de Epicuro, a quien cité al comienzo. Actualmente, la filosofía de Epicuro es tomada como precursor de la psicoterapia cognitiva, una disciplina que contribuye a que las personas recapaciten en lo que realmente vale la pena y combatan su ansiedad.

La filosofía de Epicuro sugiere que el placer (en un amplio sentido) es la estrategia de combate al sufrimiento. Sostenía que debemos buscar la felicidad a través de la sencillez y la amistad. Daba importancia al conocimiento sobre el mundo porque pensaba que la ignorancia genera temores.

Epicuro sugiere que las frustraciones y contrariedades de la vida pueden ser tratadas con filosofía, cuyas reflexiones contribuyen al enfoque adecuado sobre nuestras inquietudes y ansiedades, las cuales son causa de nuestro sufrimiento. Es la filosofía para vivir mejor.


«Vana es la palabra del filósofo que no remedia ningún sufrimiento del ser humano.» Epicuro, IV a.C.

Los seres humanos vivimos motivados por deseos, y los deseos que tenemos son los que dan sentido a nuestra existencia. Existimos porque buscamos satisfactores para nuestros anhelos, no importa la dimensión de estos.

Los filósofos de todos los tiempos han invertido buen esfuerzo intelectual para tratar de encontrar la fórmula (o las fórmulas) para una vida satisfactoria, una vida que al final se vea como un trayecto que valió la pena.

¿Qué es lo que necesita el ser humano para sentirse satisfecho con su empresa de existir, de estar aquí, en un mundo que le plantea desafíos de todo tipo? ¿De qué podemos prescindir en una vida limitada por el tiempo? ¿Cómo evitar el sufrimiento y, en su caso, cómo sobrellevarlo?

Al filósofo Epicuro le preocupaba el sufrimiento, algo a lo que todo ser humano esta expuesto. Sabios de la antigüedad, orientales y occidentales, se esforzaron por comprender las causas del dolor y sostuvieron ideas para evitarlo en lo posible.

Los más pesimistas han afirmado que la vida es sufrimiento y que aceptarlo y soportarlo es la misión de la existencia humana. Algunos llevan su reflexión hasta la idea del “mérito” alcanzado por vivir el sufrimiento, lo cual se premiará con una bienaventuranza después de la vida.

Si se vive, se sufre; no hay de otra. ¿Parece una condena? Unos aseguran que sí; otros nomás advierten una condición. La condición del viviente es la de ser un sufriente. ¿Pero cómo evitar que esa condición sea en sí misma la vida y no un accidente de la misma?

Es imposible imaginar una vida de puro dolor, tampoco es imaginable una vida sin ningún sufrimiento. La filosofía se ha preguntado qué podemos hacer para reducir el sufrimiento en cualquier etapa de nuestra vida.

No es racional desear lo imposible, así que una vida sin sufrimiento es un deseo irracional. Buscar el mínimo sufrimiento parece ser, entonces, el deseo racional. Una filosofía que nos ayude en este sentido debería considerarse como un pensamiento valioso.

Tal fue la filosofía de Epicuro, a quien cité al comienzo. Actualmente, la filosofía de Epicuro es tomada como precursor de la psicoterapia cognitiva, una disciplina que contribuye a que las personas recapaciten en lo que realmente vale la pena y combatan su ansiedad.

La filosofía de Epicuro sugiere que el placer (en un amplio sentido) es la estrategia de combate al sufrimiento. Sostenía que debemos buscar la felicidad a través de la sencillez y la amistad. Daba importancia al conocimiento sobre el mundo porque pensaba que la ignorancia genera temores.

Epicuro sugiere que las frustraciones y contrariedades de la vida pueden ser tratadas con filosofía, cuyas reflexiones contribuyen al enfoque adecuado sobre nuestras inquietudes y ansiedades, las cuales son causa de nuestro sufrimiento. Es la filosofía para vivir mejor.