/ martes 5 de noviembre de 2024

Una llamada a la acción

En Chihuahua, la identidad de la comunidad está marcada por valores como la familia, el respeto y el orgullo por el desarrollo de la ciudad. Sin embargo, persiste una problemática grave que afecta a todos sus habitantes: la seguridad vial. Según datos del INEGI de 2023, Chihuahua ocupa el cuarto lugar en accidentes viales en el país, con un promedio alarmante de 30 accidentes diarios. Además, se posiciona como el segundo municipio con más defunciones por accidentes de tránsito, registrando 76 víctimas mortales en el año pasado.

Estas cifras reflejan un problema que va más allá de la educación vial o la cultura cívica. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el abordaje del problema vial no debe limitarse a la concientización; es fundamental adoptar un enfoque sistémico que considere las múltiples variables que inciden en la ocurrencia de accidentes. En Chihuahua, las investigaciones del Consejo Consultivo de Vialidad señalan que el 50% de los accidentes mortales suceden en solo 10 vialidades principales, mientras que el 35% de las muertes son peatones, y el 22% involucra a motociclistas. Sorprendentemente, en el 65% de los casos, las víctimas no eran los conductores responsables del accidente.

Factores como el exceso de velocidad y las distracciones, como el uso del celular al volante, son causas recurrentes en estos siniestros. La velocidad incrementa exponencialmente el riesgo de muerte: a más de 50 km/h, la probabilidad de que un peatón sobreviva a un atropello cae por debajo del 20%, según el manual de seguridad vial de la OMS. Esta situación, sumada a la falta de señalización adecuada y el mal estado de algunos semáforos, ha contribuido a que las carreteras de Chihuahua se conviertan en escenarios peligrosos para la comunidad.

La solución a esta problemática requiere de un esfuerzo conjunto entre sociedad y autoridades. Por un lado, es fundamental que la Subsecretaría de Movilidad disponga de recursos y tecnología adecuados para atender las zonas de mayor incidencia. Asimismo, es imperativo actualizar las leyes y hacerlas cumplir, incluyendo sanciones estrictas para infracciones como el exceso de velocidad y el uso de distractores. Finalmente, los ciudadanos deben adoptar una conducta de respeto al reglamento de tránsito y exigir a sus representantes políticas efectivas para mitigar los accidentes viales.

Es momento de actuar. Con una media de casi siete víctimas mortales al mes, cada vida perdida en nuestras vialidades representa una tragedia evitable. El compromiso de convertir a Chihuahua en un modelo de movilidad sustentable y seguridad vial exige la participación activa de todos, no solo para protegernos a nosotros mismos, sino para asegurar un futuro seguro para nuestras familias y la comunidad en general.


En Chihuahua, la identidad de la comunidad está marcada por valores como la familia, el respeto y el orgullo por el desarrollo de la ciudad. Sin embargo, persiste una problemática grave que afecta a todos sus habitantes: la seguridad vial. Según datos del INEGI de 2023, Chihuahua ocupa el cuarto lugar en accidentes viales en el país, con un promedio alarmante de 30 accidentes diarios. Además, se posiciona como el segundo municipio con más defunciones por accidentes de tránsito, registrando 76 víctimas mortales en el año pasado.

Estas cifras reflejan un problema que va más allá de la educación vial o la cultura cívica. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el abordaje del problema vial no debe limitarse a la concientización; es fundamental adoptar un enfoque sistémico que considere las múltiples variables que inciden en la ocurrencia de accidentes. En Chihuahua, las investigaciones del Consejo Consultivo de Vialidad señalan que el 50% de los accidentes mortales suceden en solo 10 vialidades principales, mientras que el 35% de las muertes son peatones, y el 22% involucra a motociclistas. Sorprendentemente, en el 65% de los casos, las víctimas no eran los conductores responsables del accidente.

Factores como el exceso de velocidad y las distracciones, como el uso del celular al volante, son causas recurrentes en estos siniestros. La velocidad incrementa exponencialmente el riesgo de muerte: a más de 50 km/h, la probabilidad de que un peatón sobreviva a un atropello cae por debajo del 20%, según el manual de seguridad vial de la OMS. Esta situación, sumada a la falta de señalización adecuada y el mal estado de algunos semáforos, ha contribuido a que las carreteras de Chihuahua se conviertan en escenarios peligrosos para la comunidad.

La solución a esta problemática requiere de un esfuerzo conjunto entre sociedad y autoridades. Por un lado, es fundamental que la Subsecretaría de Movilidad disponga de recursos y tecnología adecuados para atender las zonas de mayor incidencia. Asimismo, es imperativo actualizar las leyes y hacerlas cumplir, incluyendo sanciones estrictas para infracciones como el exceso de velocidad y el uso de distractores. Finalmente, los ciudadanos deben adoptar una conducta de respeto al reglamento de tránsito y exigir a sus representantes políticas efectivas para mitigar los accidentes viales.

Es momento de actuar. Con una media de casi siete víctimas mortales al mes, cada vida perdida en nuestras vialidades representa una tragedia evitable. El compromiso de convertir a Chihuahua en un modelo de movilidad sustentable y seguridad vial exige la participación activa de todos, no solo para protegernos a nosotros mismos, sino para asegurar un futuro seguro para nuestras familias y la comunidad en general.