/ viernes 3 de mayo de 2024

Vida, libertad y verdad

Los derechos más importantes que tenemos por el solo hecho de ser personas son la vida y la libertad, y otro derecho no menos importante es el derecho a la verdad, todos ellos reconocidos y consagrados en la carta magna. Lamentablemente hemos perdido la capacidad de asombro cuando se violenta alguno de estos derechos. Dada su importancia, son también los postulados de campaña de la candidata presidencial de Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez.

La vida es el principal de los derechos, de donde se derivan todos los demás, sin vida no hay ningún otro derecho. Anteriormente por lo general, las campañas para la defensa de la vida, eran contra el aborto y la eutanasia, por lo que los reclamos exigían el respeto de la misma, desde la concepción hasta la muerte natural, no obstante, hoy se priva de la vida sin importar edades ni sexos; Actualmente son alarmantes las cifras de los homicidios dolosos, más de ochenta ejecutados diariamente en México y la mayoría de las personas privadas de la vida son jóvenes entre los 15 y los 44 años, según datos del INEGI los asesinatos violentos se han convertido en la primer causa de muerte de jóvenes, quedando en la impunidad gran parte de éstos terribles delitos.

La responsabilidad de garantizar la seguridad es de las autoridades, a quienes se le ha dado la facultad de ejercer violencia para la prevención, sanción y disminución de los delitos, por lo que nos están fallando gravemente, ya que en lugar de disminuir las ejecuciones, se incrementan. Haciendo una comparación, en Dinamarca las muertes violentas no llegan a 60 al año, muchas menos de las que se registran en México en un solo día.

La libertad, como decía don Quijote a Sancho Panza, “es uno de los dones más grandes que los cielos han dado al hombre, por la libertad y por la honra se debe aventurar la vida”, paulatinamente y sin darnos cuenta, la libertad en México también está en peligro, y es amenazada cuando no podemos salir de nuestras casas por miedo a ser víctimas de algún delito, se amenaza la libertad de expresión cuándo se han asesinado impunemente a varios periodistas por decir la verdad, se amenaza la libertad cuándo desde las aulas se quieren imponer ideologías contrarias a nuestra idiosincrasia, se amenaza también la libertad cuándo los servidores de la nación entregan los recursos de los programas sociales con la condición de que se vote por los candidatos de Morena, etc.

Y por lo que respecta a la verdad, como buenos Mexicanos exigimos transparencia en el manejo de recursos por parte de las autoridades, ya basta de las simulaciones y de que las costosas obras del gobierno federal se nos oculten bajo el pretexto de ser reservadas por motivos de “ seguridad nacional”. Nuestro derecho a conocer a la información, y a conocer la verdad lo reconoce y se consagra en el artículo 6º de la carta magna. Permitir que las autoridades no garanticen el ejercicio de nuestros derechos depende de nosotros como ciudadanos. Es nuestro derecho votar con responsabilidad, no por los menos peores, sino por las y los mejores.


Los derechos más importantes que tenemos por el solo hecho de ser personas son la vida y la libertad, y otro derecho no menos importante es el derecho a la verdad, todos ellos reconocidos y consagrados en la carta magna. Lamentablemente hemos perdido la capacidad de asombro cuando se violenta alguno de estos derechos. Dada su importancia, son también los postulados de campaña de la candidata presidencial de Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez.

La vida es el principal de los derechos, de donde se derivan todos los demás, sin vida no hay ningún otro derecho. Anteriormente por lo general, las campañas para la defensa de la vida, eran contra el aborto y la eutanasia, por lo que los reclamos exigían el respeto de la misma, desde la concepción hasta la muerte natural, no obstante, hoy se priva de la vida sin importar edades ni sexos; Actualmente son alarmantes las cifras de los homicidios dolosos, más de ochenta ejecutados diariamente en México y la mayoría de las personas privadas de la vida son jóvenes entre los 15 y los 44 años, según datos del INEGI los asesinatos violentos se han convertido en la primer causa de muerte de jóvenes, quedando en la impunidad gran parte de éstos terribles delitos.

La responsabilidad de garantizar la seguridad es de las autoridades, a quienes se le ha dado la facultad de ejercer violencia para la prevención, sanción y disminución de los delitos, por lo que nos están fallando gravemente, ya que en lugar de disminuir las ejecuciones, se incrementan. Haciendo una comparación, en Dinamarca las muertes violentas no llegan a 60 al año, muchas menos de las que se registran en México en un solo día.

La libertad, como decía don Quijote a Sancho Panza, “es uno de los dones más grandes que los cielos han dado al hombre, por la libertad y por la honra se debe aventurar la vida”, paulatinamente y sin darnos cuenta, la libertad en México también está en peligro, y es amenazada cuando no podemos salir de nuestras casas por miedo a ser víctimas de algún delito, se amenaza la libertad de expresión cuándo se han asesinado impunemente a varios periodistas por decir la verdad, se amenaza la libertad cuándo desde las aulas se quieren imponer ideologías contrarias a nuestra idiosincrasia, se amenaza también la libertad cuándo los servidores de la nación entregan los recursos de los programas sociales con la condición de que se vote por los candidatos de Morena, etc.

Y por lo que respecta a la verdad, como buenos Mexicanos exigimos transparencia en el manejo de recursos por parte de las autoridades, ya basta de las simulaciones y de que las costosas obras del gobierno federal se nos oculten bajo el pretexto de ser reservadas por motivos de “ seguridad nacional”. Nuestro derecho a conocer a la información, y a conocer la verdad lo reconoce y se consagra en el artículo 6º de la carta magna. Permitir que las autoridades no garanticen el ejercicio de nuestros derechos depende de nosotros como ciudadanos. Es nuestro derecho votar con responsabilidad, no por los menos peores, sino por las y los mejores.