/ sábado 23 de noviembre de 2024

Vino naranja y copiar al otro

Dicen por ahí que el vino naranja es un vino blanco, pero con alma de tinto. De antemano le platico que el vino naranja ni se hace con naranjas ni es para hacer mimosas.

Como ya le he contado, querido vinófilo/vinófila, la maceración es el proceso en el que se quedan juntos el hollejo de la uva y el jugo y con ello resulta el vino tinto. Pero los vinos blancos comunes no tienen maceración, es decir, la uva verde pasa por la prensa, se exprime y se obtiene un jugo transparente que se fermenta.

Sin embargo, para que el vino, de uva verde, quede naranja, necesitamos el proceso de la maceración. Es decir, dejar el hollejo con el jugo, por largos días, cosa que hará que se matice naranja. Además, por el efecto de la afamada, ilustre y excelsa maceración, el vino naranja, será más intenso en aromas y sabores que un vino blanco. La maceración es como una convivencia larga con otro ser humano, tanto así que uno termina hablando como el otro, comiendo como el otro, gastando como el otro y, a lo peor, juzgando el mundo como el otro.

Yo, por ejemplo, a lo largo de mi existencia, he juzgado el mundo dependiendo de la onda que traigo, cuando iba al psicólogo opinaba que todo mundo debía vomitar lo que traía, en el asiento del terapeuta. Luego me hice yogui vegetariana y recomendé, sin que nadie me hiciera caso, pararse de cabeza y no comer carne, porque los carnívoros matan para comer, y por chícharos, calabacitas y zanahorias nadie pelea. Y entonces llegó el budismo a adornar mi vida, no le puedo compartir esos preceptos, porque sería ego. Finalmente, se me atravesó el mundo del vino, de los viñedos, de las vendimias, de las catas, del maridaje, y ahora sí que con toda autoridad le recomiendo a usted que si trae una bronca pues se tome una copita de vino o dos, con sus amigos, con el psicólogo, con los vegetarianos, con los budistas, y verá que el mundo cambia, inmediatamente, de perspectiva. Para seguir vibrando alto jamás se exceda.

Pero, ¿a qué sabe el vino naranja? Son intensos como un tinto, pero conservan la acidez y el frescor del blanco, curiosamente, puede tener notas de ralladura de naranja, especias como el azafrán, y sabores cítricos. Se pueden maridar con salmón, atún, róbalo, y una bonita cita de amor con besos sabor mandarina.


Sígame en mi página de Facebook: Del vino y otros amores.

SILVIA GONZALEZ DELGADO

Dicen por ahí que el vino naranja es un vino blanco, pero con alma de tinto. De antemano le platico que el vino naranja ni se hace con naranjas ni es para hacer mimosas.

Como ya le he contado, querido vinófilo/vinófila, la maceración es el proceso en el que se quedan juntos el hollejo de la uva y el jugo y con ello resulta el vino tinto. Pero los vinos blancos comunes no tienen maceración, es decir, la uva verde pasa por la prensa, se exprime y se obtiene un jugo transparente que se fermenta.

Sin embargo, para que el vino, de uva verde, quede naranja, necesitamos el proceso de la maceración. Es decir, dejar el hollejo con el jugo, por largos días, cosa que hará que se matice naranja. Además, por el efecto de la afamada, ilustre y excelsa maceración, el vino naranja, será más intenso en aromas y sabores que un vino blanco. La maceración es como una convivencia larga con otro ser humano, tanto así que uno termina hablando como el otro, comiendo como el otro, gastando como el otro y, a lo peor, juzgando el mundo como el otro.

Yo, por ejemplo, a lo largo de mi existencia, he juzgado el mundo dependiendo de la onda que traigo, cuando iba al psicólogo opinaba que todo mundo debía vomitar lo que traía, en el asiento del terapeuta. Luego me hice yogui vegetariana y recomendé, sin que nadie me hiciera caso, pararse de cabeza y no comer carne, porque los carnívoros matan para comer, y por chícharos, calabacitas y zanahorias nadie pelea. Y entonces llegó el budismo a adornar mi vida, no le puedo compartir esos preceptos, porque sería ego. Finalmente, se me atravesó el mundo del vino, de los viñedos, de las vendimias, de las catas, del maridaje, y ahora sí que con toda autoridad le recomiendo a usted que si trae una bronca pues se tome una copita de vino o dos, con sus amigos, con el psicólogo, con los vegetarianos, con los budistas, y verá que el mundo cambia, inmediatamente, de perspectiva. Para seguir vibrando alto jamás se exceda.

Pero, ¿a qué sabe el vino naranja? Son intensos como un tinto, pero conservan la acidez y el frescor del blanco, curiosamente, puede tener notas de ralladura de naranja, especias como el azafrán, y sabores cítricos. Se pueden maridar con salmón, atún, róbalo, y una bonita cita de amor con besos sabor mandarina.


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SILVIA GONZALEZ DELGADO