El arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann celebró el XXVI Aniversario de Ordenación Episcopal por lo que en comunión con la feligresía elevó una plegaria para a él, presbíteros y diáconos Cristo le otorgue las gracias, que le permitan seguir trabajando por la construcción de la paz y la unidad de toda la iglesia.
El jerarca de la Iglesia Católica enfatizó que en Jesús se abre la comunión de vida y amor, “En la comunicación con Cristo se calma el hambre, como la sed de vida, hay que darle gracias a Jesús por ser el pan de vida que nos alimenta en cada misa para fortalecernos en el camino hacia la casa del Padre”.
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En su homilía mencionó que a toda persona se le aparece el desierto, es decir, una situación crítica, donde no encuentra solución para sobrevivir, tal y como al pueblo de Israel a quienes les sirvió ese desierto para que pudieran ver cómo Dios ayuda a los que en él confían.
En el desierto al pueblo le falta todo, aprende a experimentar la condición de pobre, de necesitado de todo, de sentir la urgencia de recurrir a Dios, “Ello será útil para el crecimiento de su fe y la esperanza para llegar a la plenitud”.
El arzobispo mencionó que en el evangelio de San Juan se habla del pan de vida, que el verdadero pan del cielo no es el maná, sino el cuerpo de Cristo que fue instituido en la eucaristía.
“Jesús quiere llevarlos a la comprensión de su persona, para que puedan recibir el verdadero alimento, para hacer esto en necesario trabajar y procurar por un alimento que no se acaba, es reconocer la necesidad que se tiene de él”.
Ante la feligresía dijo que es necesario acudir a Jesús en los momentos de mayor tribulación, en ese desierto porque sólo él calmará la necesidad.
Este domingo, en la oración comunitaria pidieron por la ordenación como obispo de monseñor Constancio Miranda; por los hermanos que donan su vida al servicio de los pobres, enfermos y ancianos, para que se pongan al servicio de quien sufre; por el retorno de los extraviados y el consuelo de sus familias, para que como iglesia se exija la paz de la patria; y por todos los reunidos por las necesidades y suplican para que siempre se acuerden de los que más sufren.
Al culminar la celebración eucarística, los asistentes a la Catedral Metropolitana de Chihuahua entonaron Las Mañanitas para el arzobispo, quien agradeció el gesto de su grey.
Al ser el primer domingo del mes de agosto alentó a los miembros de los grupos con expresión diocesana a seguir unidos a Jesús y haciendo vida los mandamientos, entre los grupos estuvieron la Adoración Nocturna Mexicana, Adoradores Laicos, Agrupación de Esposas Cristianas, Apostolado Mundial de Fátima, Cáritas Diocesana, Caballeros de Colón, Centro San José, Colegio Biblico Apostolico, Coro Diocesano, Movimiento de Cursillos de Cristiandad.
Además de Encuentro Matrimonial Mundial, Enfermeras de la Acción Católica, Escuela de la Cruz, Movimiento Fe y Luz, Grupo de Oración Reina de la Paz, Guardia de Honor del Sagrado Corazón de Jesús, Legión de María, Movimiento de Renovación de Vida Matrimonial, Movimiento de Schoenstatt, Movimiento Familiar Cristano, Mujeres al pie de la Cruz, Pastoral Diocesana de Música, Retrobay, Talleres de Oración y Vida, Asociación del Santísimo de la Divina Providencia, Familias Unidas en Cristo y Asociación Mexicana para la Superación Integral de la Familia.