Trabajar en las ventas por catálogo no ha sido fácil desde que inició la pandemia, dicen “vendedoras” para quienes el éxito del negocio radica en relaciones interpersonales; el aislamiento provocó que sus ingresos disminuyeran hasta en un 80 por ciento, pues afirman que en los últimos meses no tuvieron ventas, y recibieron sólo el 30% de “abonos” por parte de las deudoras.
Agregan que si antes la virtualidad era una opción ahora parece ser el camino para la reinvención de la actividad que desarrollan, ya que tuvieron que plantearse estrategias para seguir comercializando sus productos; el Covid-19 las obligó a dejar espacios públicos y adentrarse a distintas herramientas tecnológicas para mantenerse a flote.
Mientras que las vendedoras de calzado por catálogo, o quienes se dedican a la venta de ropa americana afirman que sus ingresos disminuyeron considerablemente, consultoras de belleza destacan que la crisis sanitaria no afectó los pedidos ya que aún estando en home office las clientas realizaron pedidos, pues “tenían que estar presentables para las videoconferencias”.
Cabe destacar que la venta directa es algo cotidiano en la sociedad mexicana, se ha convertido en una manera de generar ingresos cuando hay falta de empleo y también es vista como un complemento de los ingresos proporcionados por un trabajo formal.
Quienes realizan esta actividad son, en su mayoría, mujeres que han encontrado en esta opción una forma de autoemplearse para ayudar en los gastos del hogar.
La venta por catálogo es un modelo que se encuentra arraigado en el estilo de vida de compradoras y vendedoras. Es un formato conocido para ellas, ya que lo han visto y experimentado durante toda su vida.
En México existe una gran diversidad de categorías que emplean el modelo de venta por catálogo, algunos ejemplos son: zapatos, ropa, artículos del hogar, suplementos alimenticios, joyería o maquillaje, entre otros.
DATO:
Chihuahua representa el 8.3 por ciento de personas dedicas a esta actividad en el país según Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) con cifras de Asociación Mexicana de Ventas Directas (AMVD)
“Para realizar el pedido a la empresa lo hago por mensaje de WhatsApp, teléfono o por internet, para recoger los productos sí tengo que salir y las clientas pasan a mi domicilio por lo que encargaron.
“Durante tres meses no trabajé, desde que comenzó la pandemia, no se podían hacer pedidos y mucho menos surtir a las clientas; si pedía algo tenía que pagar mensajero para que lo recogiera y si había devolución había que llenar una fórmula vía internet y pagar otro mensajero para el cambio.
“Tuve hasta un 70% de pérdidas en ventas porque no pude ver a clientes para mostrarles los catálogos y que me compraran más productos”.
“El negocio no se detuvo, continué a través de redes sociales, Instagram, WhatsApp, Facebook o vía telefónica.
“Los pedidos se realizan por internet y llegan a mi domicilio a través de una aplicación específica. Trabajo mucho con el celular, les llamo, les mando folleto nuevo, les mando promociones.
“Las clientas siguen en sus domicilios trabajando y requieren estar presentables aunque sea de la cintura hacia arriba”.
“Ha sido muy difícil ya que no puedo visitar a mis clientas y/o que pasen al negocio a ver la ropa, disminuyó la venta hasta un 80%.
“Vendo ropa americana y ahora que cerraron las fronteras no he podido traer más productos para poder vender, así que el negocio ha sido muy difícil. Se quedó mucha ropa de temporada sin ventas”.
“Va subir el dólar y me afecta en el negocio porque aumenta el pasaje y los productos.
“He tenido mucha pérdida porque no he podido cobrarle a todas mis clientas por la contingencia y las clientas que tengo me realizan sus pagos por transferencia salgo a cobrar con todas las medidas de precaución y encuentro poca gente”.
Graciela Domínguez
“Actualmente estoy vendiendo el límite, ya que por la contingencia disminuyeron las ventas porque no podemos mostrar los catálogos o visitar clientas.
“Se realizan los pedidos por internet, nos dan una fecha de entrega, pero por la pandemia se atrasan los productos.
“Antes de la contingencia se vendía mucho más y ahora disminuyó hasta 80%, ya van dos campañas que me devuelven los libros sin pedir algún artículo, porque también hay personas que se quedaron sin trabajo, o están trabajando medio tiempo y no se pueden comprometer a pedir cosas que no pueden pagar”.