Especialistas en salud destacan que después de la pandemia nada volverá a ser igual, la forma de saludar y la convivencia humana en general será diferente, incluyendo el cambio en el comercio internacional, la movilidad, los sistemas educativos y de salud, las modalidades en el trabajo y la vida cotidiana, las personas se irán adaptando poco a poco a esta “nueva normalidad”.
La semaforización sanitaria empezó a cambiar y poco a poco las actividades vuelven a retornar, si bien, aún es temprano para saber lo que ocurrirá en términos de sociedad, la cuarentena ha dejado diferentes aprendizajes para el ser humano que se enfrentó a una de las más difíciles crisis personales que haya vivido.
Hubo factores que identificaron los efectos del aislamiento social, desde valorar, la libertad que dicen chihuahuenses se daba por sentada, pero a la vez se minimizaba, extrañar cosas tan simples como salir a comer al lugar favorito, reunirse con los amigos, abrazar a los seres queridos o dejar las cosas para después.
Las generaciones actuales quedarán marcadas por el sentimiento de vulnerabilidad generado por la pandemia, afirman sicólogos, que dicen se vivirá con la sensación permanente de que esto vuelva a pasar y se agrega el sentido de solidaridad, ¿es necesario una crisis para ayudar?, no, comentan, hay que ser generosos siempre, visitar y apoyar más a los adultos mayores, cuidarse entre sí y no posponer nada, porque el futuro, es y siempre será incierto, puntualizan.
Reflexionar y ser agradecida con Dios por la salud, alimentos y el hogar que nos brinda. Pasar más tiempo de calidad con mi familia y prestarle más atención a la estimulación de mis hijas. Ser solidaria y apoyar a la gente que se vio afectada económicamente; retomar la lectura; ahorrar y no malgastar el dinero; ser más responsable al cumplir con las labores de mi empleo y del hogar, además de cumplir con las medidas preventivas para no propagar el virus; valorar y reconocer las acciones que realizan las personas sin esperar nada a cambio.
No hay familia perfecta. Todas discutimos y peleamos. En ocasiones incluso dejamos de hablarnos, pero al final, la familia es la familia y el amor siempre estará ahí.
Por una parte gracias al Covid la familia se ha unido un poco más, pero también es un poco estresante porque no podemos estar todos juntos ni un abrazo, ni convivir o salir a dar la vuelta. Esperemos que se acabe pronto, pues ya no queremos más muertes.
Compartir tiempo de calidad con la familia, ser más tolerantes y solidarios.
Con situaciones como las que nos está tocando vivir nos damos cuenta de las cosas realmente importantes en la vida y al ver más cerca que nunca tenemos nada seguro, estamos aprendiendo a disfrutar cada instante al lado de nuestros seres queridos y a demostrarnos día con día el amor que nos tenemos… no perdamos la fe nunca.
Pocas veces valoramos la libertad, la vida, el simple hecho de respirar sin una máscara, cuando esto termine valoraré cada respiro y abrazaré con mucha fuerza a mis seres queridos.
Pues más que todo valorar la vida, la familia, la salud, el trabajo; es lo que nos deja esta contingencia y el ser agradecidos con los que tenemos.
La lección de vida que nos deja esta pandemia es que disfrutemos cada día como si fuera el último y que disfrutemos a nuestros abuelitos y a nuestros seres queridos, porque es muy difícil estar lejos de las personas que quieres.