Tristeza y frustración mostraron las quinceañeras que tenían preparada su fiesta entre los meses de abril y agosto, la cancelación fue inminente, salones de eventos cerraron sus puertas debido a la crisis de salud y en la mayoría de los casos hubo que reagendar, “salvando” algunos de los gastos que ya se habían hecho.
En invitaciones, arreglos florares y productos comestibles osciló la mayor pérdida económica, ya que muchos artículos no se podrán reutilizar para cuando se programó de nueva cuenta la fiesta; la mesa de dulces que muchas tenían preparada podrá guardarse según sea el caso, si no se atrasa mucho el evento, afirman organizadores, de igual forma se habla del vestido “que no pase de moda”.
Si bien la mayoría de las personas que tenían programada fiesta de quince años optaron por cambiar la fecha y no cancelarla, comentan que sí fue difícil aceptar la situación tanto emocional como económicamente.
La fiesta se realizaría el 15 mayo y se pospuso para el 21 de noviembre del presente año. Karla Venzor, mamá de la quinceañera, comenta que su hija se mostró muy triste, la incertidumbre de si se iba a hacer o no la fiesta, hubo momentos en que le comentaba que ya no quería nada, hubo frustración y el día que iba a ser la fiesta lloró mucho. Tuvo que aprender a aceptar las cosas y a estar dispuesta a los cambios.
Tenían preparados la misa, el salón, las invitaciones, pero se alcanzaron a detener, ya se tenía pastel, música, DJ, mesa de dulces, el vestido, las flores, la sesión de fotos casuales sí se alcanzó a tomar antes de que pasara la contingencia y los detalles en color “rose gold”.
No hubo pérdidas económicas, ni subieron cuotas ni cambiaron precios, porque ya estaba más que pagado. Porque todo esto se preparó con un año de anticipación.
La fiesta estaba programa para el 20 de junio, fue un cambio de planes muy drástico, dice la quinceañera, “en el momento que me dijo mi mamá que teníamos que cambiar la fecha fue muy decepcionante”.
Lo que se tenía programado era una fiesta en un salón con mesa de dulces, música, baile sorpresa, cena y torna quince años.
El gasto que se tenía pensado era hasta 130 mil y no hubo pérdidas, solo se cambiaron las fechas, porque todo era por parte del salón.
Tenían la fiesta programada para el 23 de mayo pero el salón aún no nos ha podido reagendar ya que están esperando a que el semáforo esté en verde para decir que haya reuniones de más de 100 personas, no nos pueden dar fecha, y lo que queremos es que no pase de este año.
Comenta Andrea Uvalle, mamá de Fernanda: “Mi hija lloró mucho, se frustró y pensó que la fiesta se iba a cancelar, más bien fue una desilusión”.
Ya se tenía preparado casi todo, como el salón, video, la música, la fotografía, pastel, mesa de dulces, y torna quince años.
La decoración iba a ser de color rosa, centros de mesas con globos, a media fiesta se sacarían unos pasteles de centro de mesa hechos de donas para que la gente pudiera disfrutar y se iba a realizar un baile sorpresa para los invitados.
Reacción de tristeza y frustración tuvieron las quinceañeras, dice su mamá, y agrega que luego de unos momentos entendieron que fue lo más conveniente dadas las circunstancias y que fue una situación que afectó y sigue afectando a nivel mundial.
Prácticamente ya se tenía preparado todo, el evento se canceló dos días previos a su realización, así que ya se tenía todo listo: misa, salón, música, pastel, damas, chambelanes, flores, arreglos, recuerdos, ya tenían sus vestidos y se habían realizado sus pruebas de peinado y maquillaje, todo lo que el evento conlleva.
Se había programado para el 21 de marzo del presente año y la fiesta se reagendó para el 19 de marzo de 2021, fecha en que cumplen 16 años, así que el tema será ahora sus “Sweet Sixteen”.
Se había planeado una gran fiesta y el presupuesto fue alto.
“Se tenía preparado para el 25 de marzo, se sorprendió mucho cuando le comentamos que se cambiaría la fecha por la contingencia; primero se pospuso para el 23 de mayo y se canceló de nuevo, programando para el mes de noviembre.
En la música hubo pérdida de 9 mil pesos, ya que se tuvo que cambiar porque era un grupo de nueve integrantes y ahora sólo siete, en las invitaciones fueron 4 mil pesos y ya se habían entregado, los arreglos florales se tendrán que volver a pedir, el vestido ya estaba listo pero no se sabe si haya pérdida hasta llegando la fecha.
Se había rentado una hacienda y se tenía contemplada limosina, mesa de dulces, banquete, rentado un robot y letras decorativas, puntualiza la mamá de la quinceañera.
Se tenía fecha programada para el 16 de mayo y se reprogramó para el 28 de agosto.
Comenta Elizabeth mamá de Camila: “En el salón estaban tercos a querernos dar la fecha que ellos tuvieran disposición y nos querían agendar para octubre”.
Ya se tenían prácticamente todos –dice- los proveedores pagados, así que no había muchas opciones de cambio. El pago a fotógrafos se perdió por completo. El costo de la música también se perdió.
El gasto que se tenía pensado era entre 100 a 120 mil pesos.
La primera reacción de Daniela fue buena cuando supo que era para octubre, no le causó ninguna molestia, al contrario hasta pensó que no iba a hacer tanto calor, todo iba bien hasta que se dio cuenta que tampoco en octubre, ahí sí su reacción fue caótica, no lo podía creer, comenta la madre.
La fecha programada de los XV años era para el día 12 de junio, se cambió para el 2 de octubre y se volvió a reagendar para el próximo año en mayo.
Sí hubo pérdida económica, el salón subirá precios en el 2021, se había dado anticipo de video que fue mínimo, pero ya no se respeta. Se había presupuestado hasta 100 mil pesos para todo lo de la fiesta.