Fue el 13 de abril cuando más de 500 voluntarios partieron a las diversas comunidades, donde llevaron a cabo actividades religiosas, como la representación del viacrucis viviente, lavado de pies, la tradicional ceremonia del fuego y la liturgia. En esta ocasión el lema de la fraternidad fue: “Un corazón, un compromiso, una vida”, como recuerdo de la ejemplificación de San Juan Bautista de la Salle, cuando movido por Dios congregó a un grupo de hombres para que juntos dieran respuesta a las necesidades de la juventud humilde y alejada de la salvación.