Vendedores de comida en la vía pública se confiesan desesperados debido la caída de las ventas que desde que inició la contingencia sanitaria a la fecha tienen pérdidas de más del 50 por ciento en clientes y por lo tanto, la ganancia es mínima.
De sur a norte y de este a oeste de la ciudad se encuentran instalados los establecimientos de comida que van desde los típicos burritos, tortas, tacos o montados que según este sector de trabajadores no asalariados, son consumidos en su mayoría por personas que día a día salen a trabajar y ahora, muchas de ellas están en su casa, por lo tanto, las ventas son casi nulas.
Los considerados por el Inegi como preparadores de comida rápido ascienden a 1.6 millones en el país según cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que en el 2017 destacó que la edad promedio de esta ocupación oscila en 41.9 años siendo el 57% mujeres y el 43% hombres.
Según la ENOE, quienes desempeñan este oficio se encargan de múltiples actividades para poder cumplir con eficiencia sus labores, las cuales comienzan con la adquisición de los alimentos que posteriormente transforman en venta de comidas rápidas.
Debido a la emergencia sanitaria, los que tenían empleados eventuales les dieron descanso por no alcanzar el dinero para pagarles y por si fuera poco, afirman ahora los productos son más caros, “todo subió en el mercado” y deben invertir en cubrebocas, mayor desembolso en artículos de limpieza y el imprescindible gel antibacterial.
Estadísticas oficiales arrojan que en promedio laboran 39.1 horas a la semana y antes de la pandemia obtenían una ganancia de 32 pesos por hora trabajada; hoy en día dicen que apenas si alcanzan a vender un promedio de $1,200 a $1,500 a la semana y con esta suma también hay que “volver a surtir”.
De acuerdo con el Inegi, de cada 1,000 personas con un empleo remunerado en México, 30 se dedican a esta actividad, unos en lugares establecidos y otros más de forma ambulante agregando que algunos de estos son “negocios familiares”, por lo que entrevistados comentan, “toda la familia está sufriendo por la falta de ingresos” pues no cuentan con salario fijo ni servicio médico.
La venta ha disminuido mucho, todo subió y se vende menos y se gasta más, además por ser negocio familiar, lo poco que hay de ganancia, hay que repartirlo.
Luisa Quintana
Por la pandemia tenemos menos venta y ésta sólo es para llevar ya que no podemos tener gente en el comedor, trato de economizar lo más que puedo, para sobrevivir.
Daniel
Ha bajado mucho la venta, más porque muchos negocios cerraron y no hay trabajadores en la calle; la economía nos está afectando porque han subido mucho los productos, la carne y los insumos. Apenas saco para los pagos y sobrevivir.
Ahora está más cara la materia prima, estoy sacando poco más de 1,200 pesos diarios de los cuales tengo que comprar los productos, pagar renta y gasolina.
Bajó la venta más del 50%; anteriormente vendía $4,500 y ahora menos de $1,500 diarios, que es con lo que compro productos.