Con las olas del mar, la arena y el rojo atardecer de Acapulco como testigos, fue como Hugo Carrera y Tania Moore unieron sus vidas y almas en matrimonio ante los ojos de Dios "hasta que la muerte los separe".
El exclusivo jardín 7.17, ubicado en la zona Diamante del puerto, fue la recepción del enlace matrimonial de la joven pareja, en donde se dieron cita importantes representantes de la sociedad mexicana, entre los que destacaron amigos y familiares de los hoy recién casados.
"Prometo serte fiel, amarte y respetarte todos los días de mi vida", fueron los votos de amor expresados mientras se colocaban los anillos el uno al otro, frente al altar adornado con bellas flores blancas que resaltaron el esplendor vespertino del ambiente tropical y la suave brisa del océano.
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Como parte de la ceremonia religiosa, los esposados recibieron a Jesucristo a través de la comunión de rodillas frente a la playa, y al hacer una reverencia tomaron el pan y el vino en representación del cuerpo y la sangre de Cristo.
Una lluvia de fuegos artificiales engalanó la entrada triunfal de la pareja al recinto después de la ceremonia, para después ofrecer palabras de bienvenida, en donde los novios agradecieron la presencia de todos y cada uno de los que en su boda se dieron cita, dando un realce a la velada perfecta, en la que elevando las copas en alto todos pidieron por la felicidad de los recién casados.
Luego de saludar mesa por mesa a los asistentes, fueron servidos los alimentos, los cuales estuvieron a cargo de los prestigiados banquetes Karina Alonso.
Al ritmo de Perfect Symphony llegó el momento cumbre de la noche, el primer baile de Tania y Hugo como esposos, en donde se reafirmaron el amor y la confianza para iniciar una historia juntos, una historia que pretenden llegar hasta la eternidad.