/ viernes 16 de octubre de 2020

Sarah Hamui lanza iniciativa en apoyo a tejedoras indígenas

Ingresos dignos, acceso a los derechos laborales y de salud son algunos de los objetivos de la iniciativa Maestras Artesanas que apoya a creativos mexicanos

La diseñadora textil Sarah Hamui ha creado una iniciativa con la que logra apoyar a comunidades de tejedoras indígenas mexicanas para que su trabajo sea bien remunerado y se atesore el origen de sus tradiciones.

Se trata de Maestras Artesanas, un proyecto colaborativo que pretende fortalecer las capacidades de las artesanas a fin de rescatar su identidad cultural, diseños y conocimientos a través de estrategias para que nuevas generaciones continúen con la tradición y proponer nuevos diseños.

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"Todo comenzó con un proyecto de vinculación como parte de mi servicio social como estudiante de Diseño Textil en la Universidad Iberoamericana. Fue un programa en el que participaba la Ibero y la Organización Semillas pro derecho de la mujer y dos cooperativas: Corazón de María y Jolom Mayaetik. En el servicio de verano estuvimos trabajando con las cooperativas de Chiapas y ahí fue que me enamoré de lo que hacían, entendí la complejidad de los textiles, el significado que llevan y de lo bonito que es el proceso de tejer, el cual es una técnica prehispánica vinculada a sus creencias", dice Hamui.

La creativa habla de toda la riqueza histórica que descubrió, misma que los artesanos portan hasta en sus prendas. "En sus huipiles llevan toda la tradición de su pueblo, en ellos se habla de sus creencias, de su cosmovisión".

Fue así como Sarah decidió unirse al talento de las tejedoras y trabajar en conjunto. "Estoy muy comprometida al diseño colaborativo que significa yo aportar mis conocimientos en el diseño y ellas sus técnicas, tradiciones e historia en cuanto a la fabricación de textiles.

"Así creamos productos a través de un modelo de conversión; pagamos por las horas de trabajo y por cada uno de los productos, los cuales lleva generalmente una semana y media en hacer, como el caso de los cojines que están hechos en telar de cintura y proceso de brocado. Lo que estamos haciendo es empoderar a las maestras artesanas de los Altos de Chiapas y ayudarles a tener un ingreso mayor vendiendo sus artesanías".

Maestras Artesanas,  un proyecto colaborativo que pretende fortalecer las capacidades de las artesanas

Parte de su labor fue apoyar a las artesanas de mayor edad que tenían problemas de la vista por estar tejiendo desde muy chicas y que enseñaran a sus descendientes a seguir con el trabajo sin que perder su remuneración.

"Con este programa conseguimos recursos para que las mujeres más adultas tuvieran una beca mensual que les permitiera dar clases a las más jóvenes. Les dijimos que dieran clases a sobrinas e hijas, pero nos comentaron que si lo hacían, perderían ganancias y encontramos la manera de que ese tiempo fuera remunerado para que no estuvieran sacrificando tiempo productivo por estar dando clases".

La pandemia significó todo un reto para Sarah, ya que las comunidades limitaron sus accesos con el exterior y algunas fronteras, como las Guatemala de donde importaban hilos, fueron cerradas.

"Fue todo un reto, tuvimos que detener la producción y nos adaptamos a crear nueva variedad de hilos y colores porque no contábamos con los suficientes. Poco a poco nos estamos recuperando y ya abrimos las tiendas tres tiendas de la Ciudad de México".

A través de la página maestrasartesanas.com, que funciona a su vez como un ecommerce, el público puede tener acceso a la compra de los productos que van desde cojines, pies de cama, manteles individuales y diferentes artículos para casa.

Maestras Artesanas ya cuenta con cinco años desde su creación y actualmente colabora con comunidades de los estados de Chiapas, Estado de México, Michoacán, Hidalgo y Puebla. En el proyecto también participan junto con Sarah Hamui, las diseñadoras y emprendedoras Edith Calderón, Ana Iza Castro y Marla Gutiérrez.

"Todos somos capaces de tejer un mundo mejor, ser más responsables a la hora de comprar y amables con el planeta. Estos son productos hechos a mano y que van a aguantar años. Las artesanas mexicanas representan la población más vulnerable del país, ni siquiera hablan el idioma y mucha gente se aprovecha de eso. Hay que apoyarlas para que tanto ellas como sus familias tengan un ingreso digno y que puedan acceder a una plataforma de derechos humanos y laborales para que éste sea un país más equitativo para todos".





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La diseñadora textil Sarah Hamui ha creado una iniciativa con la que logra apoyar a comunidades de tejedoras indígenas mexicanas para que su trabajo sea bien remunerado y se atesore el origen de sus tradiciones.

Se trata de Maestras Artesanas, un proyecto colaborativo que pretende fortalecer las capacidades de las artesanas a fin de rescatar su identidad cultural, diseños y conocimientos a través de estrategias para que nuevas generaciones continúen con la tradición y proponer nuevos diseños.

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"Todo comenzó con un proyecto de vinculación como parte de mi servicio social como estudiante de Diseño Textil en la Universidad Iberoamericana. Fue un programa en el que participaba la Ibero y la Organización Semillas pro derecho de la mujer y dos cooperativas: Corazón de María y Jolom Mayaetik. En el servicio de verano estuvimos trabajando con las cooperativas de Chiapas y ahí fue que me enamoré de lo que hacían, entendí la complejidad de los textiles, el significado que llevan y de lo bonito que es el proceso de tejer, el cual es una técnica prehispánica vinculada a sus creencias", dice Hamui.

La creativa habla de toda la riqueza histórica que descubrió, misma que los artesanos portan hasta en sus prendas. "En sus huipiles llevan toda la tradición de su pueblo, en ellos se habla de sus creencias, de su cosmovisión".

Fue así como Sarah decidió unirse al talento de las tejedoras y trabajar en conjunto. "Estoy muy comprometida al diseño colaborativo que significa yo aportar mis conocimientos en el diseño y ellas sus técnicas, tradiciones e historia en cuanto a la fabricación de textiles.

"Así creamos productos a través de un modelo de conversión; pagamos por las horas de trabajo y por cada uno de los productos, los cuales lleva generalmente una semana y media en hacer, como el caso de los cojines que están hechos en telar de cintura y proceso de brocado. Lo que estamos haciendo es empoderar a las maestras artesanas de los Altos de Chiapas y ayudarles a tener un ingreso mayor vendiendo sus artesanías".

Maestras Artesanas,  un proyecto colaborativo que pretende fortalecer las capacidades de las artesanas

Parte de su labor fue apoyar a las artesanas de mayor edad que tenían problemas de la vista por estar tejiendo desde muy chicas y que enseñaran a sus descendientes a seguir con el trabajo sin que perder su remuneración.

"Con este programa conseguimos recursos para que las mujeres más adultas tuvieran una beca mensual que les permitiera dar clases a las más jóvenes. Les dijimos que dieran clases a sobrinas e hijas, pero nos comentaron que si lo hacían, perderían ganancias y encontramos la manera de que ese tiempo fuera remunerado para que no estuvieran sacrificando tiempo productivo por estar dando clases".

La pandemia significó todo un reto para Sarah, ya que las comunidades limitaron sus accesos con el exterior y algunas fronteras, como las Guatemala de donde importaban hilos, fueron cerradas.

"Fue todo un reto, tuvimos que detener la producción y nos adaptamos a crear nueva variedad de hilos y colores porque no contábamos con los suficientes. Poco a poco nos estamos recuperando y ya abrimos las tiendas tres tiendas de la Ciudad de México".

A través de la página maestrasartesanas.com, que funciona a su vez como un ecommerce, el público puede tener acceso a la compra de los productos que van desde cojines, pies de cama, manteles individuales y diferentes artículos para casa.

Maestras Artesanas ya cuenta con cinco años desde su creación y actualmente colabora con comunidades de los estados de Chiapas, Estado de México, Michoacán, Hidalgo y Puebla. En el proyecto también participan junto con Sarah Hamui, las diseñadoras y emprendedoras Edith Calderón, Ana Iza Castro y Marla Gutiérrez.

"Todos somos capaces de tejer un mundo mejor, ser más responsables a la hora de comprar y amables con el planeta. Estos son productos hechos a mano y que van a aguantar años. Las artesanas mexicanas representan la población más vulnerable del país, ni siquiera hablan el idioma y mucha gente se aprovecha de eso. Hay que apoyarlas para que tanto ellas como sus familias tengan un ingreso digno y que puedan acceder a una plataforma de derechos humanos y laborales para que éste sea un país más equitativo para todos".





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