¿Te imaginas disfrutar la Semana Santa en un precioso pueblo rodeado de cascadas y hermosos paisajes? Si suena como un destino ideal y además no quieres ir tan lejos de casa, una excelente idea es darse una escapadita a Tónachi. Una idílica comunidad enclavada en la sierra de Chihuahua, donde podrás vivir maravillosas aventuras en contacto con la naturaleza.
¿Cómo llegar a Tónachi?
La comunidad de Tónachi se encuentra a tan sólo 35 kilómetros del municipio de Guachochi, mismo que a su vez, se localiza a aproximadamente 200 kilómetros de Parral. A diferencia de otros sitios turísticos de la Sierra Tarahumara, Tónachi forma parte de la porción más meridional del estado, por lo que, si partimos desde Chihuahua capital, la mejor ruta para llegar hasta ahí, sería arribando primero a la ciudad de Parral, desde la carretera Vía Corta.
Una vez que estamos en Parral, deberemos tomar la salida hacia El Granillo y seguir la Carretera Federal 24, concretamente el tramo Balleza-Guachochi-Puerto Justo, conforme avancemos en el trayecto, notaremos como la vegetación conformada por huizaches y arbustos, poco a poco va dando paso a las coníferas características de la sierra, además de que nos iremos elevando cada vez más entre las montañas.
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Tras conducir por aproximadamente una hora y 15 minutos, estaremos llegando a Balleza, una población famosa por sus ricos quesos rancheros y por haber sido asentamiento de misioneros jesuitas en el año 1640, quienes fundaron ahí la Misión de San Pablo Tepehuanes, que era el antiguo nombre que recibía dicho lugar.
Nos adentramos cada vez más en la Sierra Tarahumara pero aún no llegamos a nuestro destino, aún habremos de pasar por comunidades como Baquiriachi y unas pocas rancherías antes de llegar finalmente a la cabecera municipal de Guachochi, tras una travesía de casi tres horas, una vez llegados a este punto, falta recorrer otra ruta de aproximadamente una hora y 15 minutos por un sendero de terracería para llegar a Tónachi. El camino es algo largo, pero al estar ahí, veremos que todo el viaje ha valido la pena.
¿Qué hay que ver en Tónachi?
El pueblo de Tónachi, cuyo nombre en rarámuri significa “lugar de los pilares”, ofrece un verdadero espectáculo para los amantes de la naturaleza y el paisajismo. Con sus altas montañas llenas de pinos y su enorme cascada, puede cautivar a cualquiera que lo visite.
Sin duda lo más representativo del lugar son sus bellísimas caídas de agua, que se precipitan desde lo alto de los barrancos para caer en los valles, varios metros más abajo, coloreados de un verde intenso durante gran parte del año.
La más famosa de estas cascadas lleva por nombre “El Salto Grande”, la cual es adornada por un andén escalinata empedrada cuyo pasamanos de madera llega hasta un mirador que se encuentra bajo la cascada. También se encuentra su “hermana menor”, nombrada como “El Salto Chico” y varias otras de menor tamaño.
Debido a su altitud y humedad, Tónachi registra un clima templado en verano y bastante frío en invierno, donde llegan a presentarse varios Frentes Fríos a lo largo de la temporada, acompañados de sus respectivas nevadas, así que, si eres del “Team frío”, tal vez deberías planear tu visita para los meses comprendidos entre noviembre y marzo.
De igual manera, el escarpado relieve montañoso y prácticamente inexplorado de Tónachi, se presta para la práctica de deportes al aire libre como caminata, senderismo, rappel o el uso de vehículos todo terreno. Es precisamente por esta razón que cada cierto tiempo se suelen organizar recorridos grupales y “rallys” extremos como el tour “4X4, desafío Guachochi”, que atraen a cientos de visitantes cada año, algunos provenientes de Estados Unidos.
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No obstante, no todo es naturaleza y deporte, ya que Tónachi también tiene su lado cultural, ya que aquí se ubica el templo histórico de Santa Anita, iglesia antigua construida en 1756 por los primeros misioneros jesuitas que arribaron a esta comunidad indígena.
Así mismo, se dice que Tónachi es la capital rarámuri de la Sierra Tarahumara, debido a que, desde hace siglos, es hogar de varias comunidades indígenas locales que aún conservan sus tradiciones y forma de vida. Ejemplo de ello lo podemos encontrar en el pueblo cercano de Satérachi, comunidad puramente indígena formada por cerca de cerca de 20 casas de adobe, madera y láminas.
Finalmente, a siete kilómetros a pie desde Tónachi, se localiza la llamada “Cueva del Diablo”, sitio ideal para hacer senderismo en medio de rocas gigantes y abundante vegetación. Se podría decir que Tónachi es un lugar “semivirgen” ya que aún hay partes que no han sido muy exploradas y además, posee escenarios dignos de una película que esperan pacientemente a ser recorridos, ¿te atreves a explorarlos?