Decenas de personas recorrieron lo más profundo del corazón pétreo de Chihuahua, las Grutas de Nombre de Dios, durante esta jornada dominical, en el que los grupos familiares, de amigos y de turistas, se aventuraron a la zona norponiente de la ciudad capital del Estado para vivir una experiencia inmersiva en las profundidades de una de las montañas que forman el sistema de la cordillera oriente.
Desde temprana hora, los grupos de visitantes recorrieron el arbolado camino de la vialidad Sacramento, admirando la Sierra de Nombre de Dios, que en su parte baja, tiene un arbolado de álamos que escoltan a los paseantes hasta un pintoresco puente que cruza el río Sacramento, a la altura de la calle Camino a la Calera, para llegar a la ribera oriente, donde se encuentra la entrada.
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El paisaje chihuahuense, semiárido, con montañas de colores que fluctúan entre rocas naranjas y cafés, se abre un camino hacia la gruta, que es la entrada a la formación de cuevas interiores con formaciones de estalactitas y estalagmitas que se han formado a lo largo de millones de años, con los escurrimientos de humedad y el paso del tiempo.
En el lugar son recibidos por personal que los canaliza para la compra de boletos, que tienen un costo de 60 pesos por persona, y se aceptan visitantes a partir de los seis años de edad. Para entrar es necesario el uso de casco, que para protección e higiene, incluye una malla para el cabello y se sugiere tener cuidado porque en el interior de la montaña el ambiente es húmedo y cálido, por lo que hay pasamanos y barandillas para la seguridad de las personas.
La guía del recorrido explicó que las grutas de Nombre de Dios fueron descubiertas en el años de 1896 y se han formado a lo largo de 5 millones de años. Hace poco más de dos décadas que se habilitó el lugar para recibir turistas y se abrieron a los visitantes en el año 2000.
Su importancia rebasa el aspecto turístico, pues en el ámbito histórico, se tiene la teoría que fue hogar de los primeros habitantes de estas tierras, ya que en el mismo sistema montañoso, en otros lugares de la Sierra de Nombre de Dios, se han encontrado pinturas rupestres, como testimonio de antiguos asentamientos humanos.
El recorrido tiene una duración aproximada de 90 minutos, en un tramo subterráneo de más de un kilómetro, en el que se han estilizado 17 salas, con una temática diferente cada una, en la que las formaciones rocosas han servido de inspiración para bautizarlas, y dar una experiencia llena de emoción y de creatividad a los visitantes.
Entre las más aclamadas, están la sala de la Torre de Pisa, La Palmera, La Cascada, El Altar, El Quijote, El Gran Cañón, El Águila, la Gruta del Corazón, y la sala del Buffet, donde las rocas de gran tamaño, son iluminadas en ángulos que semejan alimentos, como como zanahorias, carne seca elotes, entre otros.
Para finalizar, una inclinada rampa te lleva a la superficie, donde hay un área de descanso para refrescarse del húmedo calor de la gruta, y donde los usuarios y usuarias son transportados en un vehículo al punto de entrada, para terminar de la mejor manera por el recorrido de una de las maravillas naturales más destacadas de la Ciudad de Chihuahua.