Con un paisaje de fondo sacado de un cuento de hadas fue como una pareja chihuahuense celebró su unión de amor teniendo como testigo la Sierra Tarahumara, sellando su matrimonio en un sitio tan bello que recordarán el resto de sus vidas.
Una publicación de Facebook mostró a los enamorados y rápidamente comenzó a compartirse entre usuarios debido a la belleza de la ceremonia; y es que el paisaje y los novios relucían juntos en complemento, viviendo así su propio y verdadero cuento de hadas.
Adriána Armendáriz y Saeed Rouhani de 25 años se casaron el pasado fin de semana en Kokoyome en el municipio de Guachochi en el que la joven pareja expresó que su unión es un regalo y celebración a la vida por lo que buscan juntos compartir el milagro de estar vivos.
Te puede interesar: Mujer es invitada a boda 'sin niños'; su bebé llora en la ceremonia y la llaman grosera
Para los novios la conexión con la naturaleza era indispensable para su boda ya que ambos manifestaron que "Dios no está separado de nuestra naturaleza".
La pareja compartió a El Heraldo de Chihuahua su historia de amor y la experiencia de vivir su boda en uno de los paraísos de la Sierra Tarahumara.
Adriana originaria de Guachochi y Saeed de la ciudad de Chihuahua decidieron unir sus vidas en matrimonio en Kokoyome debido a que querían recordar por siempre su vínculo entre ambos y la naturaleza.
La pareja se conoció en 2016 en Xilitla, en la Huasteca Potosina durante un viaje escolar, desde entonces han estado juntos en el que su complicidad se acompaña en la profesión de ambos ya que Adriana es diseñadora gráfica y Saeed se especializó en fotografía y video.
Te puede interesar: Tiktoker busca romper récord de matrimonios entre parejas del mismo sexo en un día
Una boda única en Kokoyome
La conexión con la naturaleza fue el punto clave para la boda de Adriana y Saeed, ya que querían compartir junto a sus seres queridos un momento único.
Por lo que Kokoyome fue el escenario que los inspiró para casarse y dejar en claro que los paisajes de Chihuahua son los mejores.
En cuanto a la decoración eligieron un color de base, el tono terracota y de ahí partieron para decorar de manera sencilla para enaltecer la belleza del lugar y convertirlo en uno solo.
Al tratarse de una boda, Adriana declaró que la planeación se llevó a cabo entre ambas familias y fue una celebración pequeña y privada, sin embargo, Kokoyome es para ellos un pedazo de Edén que les recuerda el valor de esta experiencia.
Vestido y traje, piezas únicas y artesanales
El vestido de Adriana y el traje de Saeed fueron hechos a la medida y gusto de ellos por costureros artesanales, enmarcando su propia historia y estilo de cada uno, bajo la inspiración de las manos de sus modistas.
El vestido de Adriana en la parte de la falda, (de material tul) fue hecha a mano por una persona de Guachochi de la marca Vanhie, mientras que otros elementos como la corona de flores y su bustier fueron agregados por ella misma. El vestuario de Saeed consistió en un traje de corte oriental con iconografía de Paquimé y fue hecho por un artesano chihuahuense llamado: enoch saisoj, mientras que su calzado consistió en la marca mexicana calavera_sneakers.
La joven pareja dejó plasmado su origen, su gusto y amor por ser chihuahuenses tanto en su vestuario y en el lugar que decidieron sellar su amor.