Memorias de Chihuahua
Hace aproximadamente 1300 años en Casas Grandes se gestó el epicentro del señorío más poderoso y próspero del norte de Mexico, la enigmática Paquimé, que hasta su caída ante el rigor desértico a mediados del siglo XIII d.C. antes de la llegada de los conquistadores españoles. La razón de la desaparición de esta civilización que no dejó rastro aún es un misterio por resolver por los historiadores y arqueólogos.
Si tomamos como cimiento solo las fuentes documentales aportadas por Francisco de Ibarra, un español peninsular que como todo joven con una posición privilegiada tenía la ambición de ser un explorador del Nuevo Mundo, atravesar el océano para encontrarse con míticas ciudades llenas de riquezas que según se decía se encontraban en algún lugar del norte de la Nueva España, en lo que hoy comprende el norte de México y el sur de Estados Unidos.
Para el año 1554, Ibarra ya se encontraba en la Nueva España en donde se le otorgó el nombramiento de capitán en una expedición para colonizar lo que el mismo en el futuro erigiría como el reino de la Nueva Vizcaya.
El capitán Ibarra salió el 15 de abril del mismo año con una clara dirección al norte en una compleja expedición que durante años recorrían los bastos territorios del desierto, aún no sabemos con exactitud la ruta emprendida pero los relatos de los cronistas de la época señalaron que ocho años después en lo alto de una montaña el Capitán Ibarra divisó un gran asentamiento de complejas construcciones de barro.
De inmediato escribió a el virrey, quien a su vez informó al rey que en un viaje de reconocimiento en 1562 había enviado a descubrir lejanas tierras a Francisco de Ibarra, y que en el viaje había descubierto regiones nunca antes exploradas y una deslumbrante ciudad adelantada a su tiempo al punto de comparar sus prominentes construcciones precolombinas con los castillos de España, quizá podría parecer exagerada la descripción de Ibarra pero quizá esto se debe a los opositores de su campaña en la corte quienes habían aconsejado al rey concluir las expediciones del norte de la Nueva España, afortunadamente para Ibarra su descripción logró persuadir al monarca de seguir financiando la expedición y ese mismo año el virrey otorgó a Francisco de Ibarra el nombramiento de gobernador y capitán general de las tierras y gente de la recién fundada Nueva Vizcaya
En 1566, Ibarra volvió nuevamente a la ciudad de Paquimé en donde describe un panorama más sobrio ya sin la necesidad de cautivar a sus superiores. Lo señaló como lugar con casas de mucha grandeza, altura y fortaleza, de seis a siete pisos, con grandes patios engalanados y bien fortificados para su amparo y defensa con grandes piedras que sostiene altos pilares de robusta madera que parecen a ver venido de tan lejos. Profundos fogones en sus casas por temor del frío que de las altas sierras baja, largos caminos y canales empedrados, altos muros colapsando que revelan el deterioro.
Con esta descripción Francisco de Ibarra bautizaría a Paquimé como la región de las Casas Grandes, cien años después en 1660, los franciscanos fundaron la misión de San Antonio de Casas Grandes por lo cual el poblado llevaría ese nombre, en la actualidad es solo Casas Grandes haciendo referencia al señorío de Paquimé, el asentamiento precolombinos más importantes del norte de México que generó cientos de mitos como lo es el caso de las Siete Ciudades de Cibola el cual es el equivalente al mito de El Dorado del sudamérica y aún que la conquista del lado norte de México es menos conocidas no es menos importante que la del sur pero esto se debe a que el norte no fue completamente conquistado sino hasta el 1880 con las últimas incursiones apaches comandadas por el indio apache Victorio, siglos después de la caída de México Tenochtitlán.
Las fuentes documentales de esta convergencia nos ayudan a dimensionar la importancia de esta ciudad de la antigüedad, pero en realidad son los descubrimientos arqueológicos los que continúan arrojando luces dado que muchos documentos históricos de la conquista se han perdido los aún existentes constituyen el acervo más importante de la historia del estado de Chihuahua por sus detalladas descripciones en donde redactan con amplia precisión
El grado de cultura tan avanzado de los paquimenses, superior respecto a los demás señoríos del norte, cambió la perspectiva de los españoles respecto a los habitantes del norte es fácil comprender el grado de impresión que tuvieron los españoles al encontrarse con esta gran ciudad puesto que hasta el momento los descubrimientos de este sitio nombrado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad aún siguen sorprendiendo a investigadores de todo el mundo.
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