El próximo 28 de noviembre, a las 19:00 horas, se llevará a cabo la inauguración de la exposición "De lo divino a lo humano", compuesta por pinturas de José de Alcíbar, que forman parte de la colección de arte virreinal en custodia de la Arquidiócesis de Chihuahua. El evento tendrá lugar en Casa Chihuahua Centro de Patrimonio Cultural, dentro de su programa "Jueves de Puertas Abiertas". La entrada es libre, con previa reservación.
El pintor José de Alcíbar fue uno de los artistas más activos y representativos de la escena pictórica de la Ciudad de México durante la segunda mitad del siglo XVIII. Recibió numerosos encargos, principalmente cuadros religiosos para diversas iglesias y retratos de figuras prominentes de la sociedad mexicana, con un estilo personal influenciado por los procesos artísticos desarrollados en la metrópoli.
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La Ciudad de México durante el siglo XVIII vivió un momento de especial importancia cultural, particularmente en el ámbito artístico, con la fundación de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos en 1784. Alcíbar fue uno de sus miembros fundadores y participó activamente en ella hasta su fallecimiento.
A pesar de los éxitos relativos de sus enseñanzas, la Academia impulsó la llegada a México de pintores formados y activos en Madrid, como Ginés Andrés de Aguirre, Cosme de Acuña, José Arias y Antonio González Velázquez, quienes enriquecieron sin duda los horizontes de los artistas locales.
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Dos retratos conservados en el Museo del Prado son característicos de una parte de la producción de Alcíbar, enfocada en la retratística, y evidencian la elegancia y ostentación de su estilo.
Las obras de Alcíbar abarcan desde 1751 hasta 1803. Una de sus piezas destacadas es la hechura de los cinco altares que adornaban la capilla de San Nicolás Tolentino en el Hospital Real de Indios, realizados en 1781. En 1786, pintó dos lienzos para un gallardete de los gallegos cofrades de Santiago, cuyo altar se encontraba en la capilla del Tercer Orden del convento de San Francisco en México.
En la sacristía del templo de San Marcos en Aguascalientes se conserva su obra más famosa: La Adoración de los Reyes, firmada en México en 1775. Otro cuadro de Alcíbar se encuentra en la sacristía del templo de San Cristóbal Ecatepec, fechado en 1799. En el templo de La Profesa se pueden apreciar El Patrocinio de San José y un Retrato del Virrey Bucareli de 1774.
En el Museo Nacional de Historia se encuentran otras de sus obras, como el retrato de Sor María Ignacia de la Sangre de Cristo, el de Fray Juan de Moya (1794), el de Fray Damián Martínez de Galinsoga, Obispo de Sonora, y el de Doña María Josefa Bruno, por mencionar algunos.