Chihuahua celebra su 315 aniversario ¿Cómo fueron los primeros años de la ciudad?

Aunque la población crecía en Santa Eulalia, se tenía que decidir dónde colocar la cabecera, pues no sólo se buscaba que estuviera cerca del mineral, sino también que contara con las condiciones adecuadas

Lizeth Quintana / Archivo General del Estado de Chihuahua

  · domingo 13 de octubre de 2024

Catedral de Chihuahua Siglo XVIII. Foto: Mediateca Inah

Memorias de Chihuahua

Los primeros años de la ciudad de Chihuahua

La ciudad de Chihuahua está cumpliendo 315 años, su fundación estuvo relacionada con la expansión de la minería en la región conocida como la Nueva Vizcaya. Chihuahua, luego del crecimiento minero, en lugares como Parral y Santa Bárbara, se llevó a cabo el primer denuncio minero en Santa Eulalia, en 1707, lo que daría inicio a la idea de establecer una cabecera donde pudieran alojarse los funcionarios del estado y la iglesia.

El aprovechamiento de estas nuevas minas atrajo personas dedicadas a este ramo provenientes de otras partes de la Nueva Vizcaya, haciéndose notar los que llegaban de Parral y Cusihuiriachi, además de los grandes mineros, arribaron también trabajadores dedicados a realizar diferentes oficios en el mineral, estos se encargaron de poblar la zona.

Aunque la población crecía en Santa Eulalia, se tenía que decidir dónde colocar la cabecera, pues no sólo se buscaba que estuviera cerca del mineral, sino también que contara con las condiciones adecuadas. Esta decisión llevó a que se disputara entre establecer la cabecera en el mineral o en San Francisco de Cuellar, un asentamiento que ya existía y que contaba con varias ventajas, ya que estaba ubicada junto a los ríos Sacramento y Chuvíscar, y además era parte del camino real, que unía a la Nueva Vizcaya con Nuevo México.

Foto: Archivo General del Estado de Chihuahua


Para tomar la decisión, se contempló la opinión de los mineros, militares y los vecinos más importantes, pero esta votación no fue suficiente, ya que había un empate de opiniones, así que Antonio Deza y Ulloa, quien era gobernador de la Nueva Vizcaya, acudió a resolver el problema, y tras inspeccionar aquellos territorios decidió que la cabecera debería estar en la junta de los ríos, respondiendo a las ordenanzas reales, donde se decía que las ciudades debían fundarse en una geografía con agua abundante.

El decreto de la fundación de la cabecera en San Francisco de Cuéllar se expidió el 12 de octubre de 1709, pero fue hasta 1718 que se le reconoció con la categoría de villa y la cual cambiaría su nombre a San Felipe del Real. Es por eso que en la plaza de armas de la ciudad vemos el monumento de Deza y Ulloa, señalando el lugar donde floreció un centro de población, que hoy es la capital del estado.

Pero ¿cómo era la vida en la recién fundada población? Existen diferentes documentos y libros que nos permiten conocer cómo fueron los años posteriores a la fundación. Uno de estos textos es de Salvador Treviño Castro, quien menciona que, aunque se había elegido fundar la ciudad en la junta de los ríos y no en Santa Eulalia, el crecimiento de estos dos poblados iría de la mano, pues el comercio y otras actividades en San Francisco de Cuellar estaban relacionadas con la minería.

La población estaba compuesta por indígenas en mayor medida, seguido de españoles, mestizos y mulatos. Las ocupaciones principales de los habitantes de la cabecera eran la minería, el comercio, la agricultura, la artesanía, y ser servidores, unos libres y otros esclavos.

La actividad económica más importante era la minería seguida del comercio, entre las objetos que se comerciaban en abundancia estaba la leña y el carbón, ya que la minería necesitaba de estas materias primas para llevar a cabo sus tareas diarias. Otras actividades comerciales que se practicaban era la renta de mulas (a las personas dedicadas a esta ocupación se les llamaba muleros); también existía el servicio de transportar personas en carros de mulas y otros negocios notables eran la carpintería, herrería y cerrajería.

Foto: Archivo General del Estado de Chihuahua


Había en la ciudad barberos que se encargaban de sacar muelas y poner sanguijuelas como método de curación; vendedores de adobes, sastre, entre otros. Había negocios como tiendas, tendejones, panaderías y mesillas públicas donde se vendía comida y forrajes para animales, también existían los negocios de venta de alcohol. Entre estos comercios, se desarrollaba la vida cotidiana de los habitantes de la cabecera.

Se menciona que había abundancia de acequias, aguajes, tanques y otras presencias acuáticas, los vecinos hacían peticiones para tener huertas con árboles frutales. Tal vez hoy nos parezca raro que se haya fundado la ciudad en esta zona, pensando en la abundancia del agua, no obstante en la actualidad convivimos con un río sacramento y un río Chuvíscar con escasez de agua y una ciudad que percibimos más bien como árida, pero en ese momento era diferente.

Aunque estas son sólo unas algunas características de los primeros años de la ciudad de Chihuahua, queda imaginar mucho más de lo descrito por diversos investigadores, como un centro de la ciudad con pocas edificaciones, un llano donde hoy se ubica la plaza de armas, una plaza real con apenas pocas casas a su alrededor.

Fuentes:
Aboites, Luis. Breve historia de Chihuahua, Fideicomiso Historia de las Américas.1994
Salvador Treviño Castro. El real de minas de San Francisco de Cuéllar de Chihuahua 1709 - 1718. Imagen de una sociedad en crecimiento.
Cheryl English Martin. Gobierno y Sociedad en el México Colonial Chihuahua en el siglo XVIII. Secretaría de Educación Cultura y Deporte del Estado de Chihuahua, 2004.
Imágenes tomadas de:
Cheryl English Martin. Gobierno y Sociedad en el México Colonial Chihuahua en el siglo XVIII. Secretaría de Educación Cultura y Deporte del Estado de Chihuahua, 2004.