Los transeúntes del Centro Histórico de la ciudad a partir de este 25 de julio tienen la oportunidad de disfrutar de diversas obras del chihuahuense Alfredo Espinosa que comparte en su exposición “Sillas Mágicas” que se encuentra en la Plaza de Armas y está conformada por 10 sillas que llevan por nombre: Autorretrato, Gala Luna, Girasol, Gatojo, Corazón Florido, Benito Jirafa, Girasol Grande, Klimt, Mano y Perro Chihuahueño.
Dicha exhibición estará disponible hasta el 15 de septiembre, la cual ha estado cautivando a las personas que transitan por el lugar y llama su atención, que ha sido desde su apertura casi parada oficial de los ciudadanos que circulan por la zona quienes aprovechan la ocasión para sentarse en dichas sillas y tomarse la foto del recuerdo junto a estas obras.
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Las figuras se encuentra arriba de una plataforma las cuales están sobre la calle Victoria y Libertad, siendo una obra, como el mismo autor indica, en movimiento con líneas primitivas y surrealista del figurativismo fantasmal, con expresiones espontáneas que surgen de los planos burdos, creados por el azar y de la forma intencionada de su pincel en el dibujo, que asemeja caras, y que en cada expresión observa diferentes perceptivas.
Cada una de las piezas presenta una extraordinaria mezcla de surrealismo y expresión figurativa, transformando el entorno urbano en un espacio artístico que invita a la reflexión, la contemplación y la interacción con las obras, donde cada efigie está diseñada para inspirar y evocar emociones, invitando a los espectadores a sumergirse en un mundo de fantasía y creatividad.
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Cabe destacar que el trabajo que hasta ahora ha realizado este artista se ha mantenido de lleno, deja el cuerpo y el alma, busca ser él y no llegar a consecuencias nunca buscadas, sino todo lo contrario plasma su manera de vivir y de ver reflejado al ser humano, ese animal pensante que anda por las calles y que no sabe el rumbo que debe seguir y que incluso este artista le da vida y lo ingresa a su futuro.
Mencionó el artista que las Sillas Mágicas son animales coloridos, esculturas públicas, arte libre, un tropiezo con lo insólito, ornato y funcionalidad, sobresalto en la cotidianidad, pausa para los cansados, una naturaleza fantástica, sillas de tacto y contacto para ser vistas y abrazadas; listas para el "feis". Una silla bajo la sombra fresca ofrece una versión de la felicidad.
Sobre este reciente trabajo, Alfredo Espinosa señala: “Quiero sacar mi casa de mi casa, los museos de los museos y exhibirlos en la calle, para que esos objetivos artísticos los toquen y los utilicen y para que transforme atmósferas y pinten un rasgo luminoso en el rostro habitualmente sombrío de las ciudades.
“El arte callejero es un buen monitor que determina el grado de civilidad que poseen los ciudadanos, es mayor cuando, en vez de vandalizarlo lo respetan, lo cuidan y disfrutan. La atmósfera artística, donde lo encuentres, expresa por sí misma, salud social y una comunidad que tiene ganas de florecer”, indica.