En espera de que salga a la luz su libro autobiográfico titulado “Pinté fragmentos de ayeres y de sueños” editado por la Universidad Autónoma de Chihuahua, el maestro Luis Y. Aragón pintor y escultor mexicano habla en exclusiva para este medio y aborda pasajes de su trayectoria como muralista monumental, sus proyectos más recientes y planes que última para la apertura de su fundación que tendrá como sede la finca-museo que alberga parte de su trabajo en esta capital y la cual se ubica en la colonia centro.
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“Faltan algunos trámites de realizar para que inicie la fundación,” destaca el maestro Aragón quien en el mencionado centro presentará colecciones de arte de su autoría y será un vínculo entre los distintos actores que participan en el quehacer cultural.
En referencia a sus más recientes trabajos, sobresale el escultomural “Yumari” que se encuentra en el interior del CERESO 1; para este propósito se encargó de la planeación y dirección del mismo, enfatiza que para la elaboración de Yumari se basó en la obra literaria del políglota Enrique Servín; luego de traducir e interpretar, la llevó a la plástica por medio de maquetas multiplicables.
En su estudio, Luis Aragón cuenta con un acervo invaluable de obras, entre ellas, destaca el cuadro de 80 x 100 cm, pintado sobre lienzo en blanco y negro al acrilato, óleo y carbón; el artista ofrece la descripción del mismo “éste presenta una pareja de ángeles regordetes con botitas enriscadas, puntiagudas, rostros inexpresivos, vinculados con lo metafísico, rodeados de perros levitantes que los acompañan entre quejidos, ladridos, aullidos para que traten de abrir las puertas de la prisión por cuyos postigos asoman ojos desorbitados, rabiosos, furibundos, que quieren escapar zarandeando las rejas; se trata de Eris, la deidad de los ángeles de la discordia, sembradores de odio de la mitología grecorromana”.
Continúa con lo que para él, simboliza este cuadro, “al enterarnos de la proliferación de raptos, feminicidios, suicidios y asesinatos como los de los periodistas en nuestro país, imaginamos que estamos asistiendo al renacimiento de Eris, que desplaza a las deidades, ángeles de la armonía y la paz”.
Como “Eris” cada cuadro y mural del maestro Aragón tiene su propia historia, su trabajo ha recorrido Europa y América, es miembro y consejero del Salón de la Plástica Mexicana y desde los inicios de su carrera en 1959 con la exposición individual “El Repartidor de Símbolos” se convirtió en un ícono del arte; su trabajo más reconocido es en forma de murales con elementos escultóricos que se encuentran en ubicados en diferentes partes de México y el estado de Chihuahua.
Avalan su trayectoria múltiples reconocimientos y participaciones en encuentros nacionales e internacionales, por mencionar algunos: la Primera Bienal de Escultura del INBA en 1969, donde ejecutó el grupo escultórico “Madre agua” para el Centro Saddle Back en California, Estados Unidos; luego fue invitado por el país europeo Bélgica para exponer en la muestra colectiva “Nueva pintura mexicana" la cual recorrió Beirut, Bruselas y París; en 1965 expuso en Bruselas, Francia, España y el norte de África para continuar con presentaciones ininterrumpidas de exposiciones individuales y colectivas.
“Escultura al educador latinamericano” y “Plaza de los Jaguares”, en Toluca, “Los Tlacuilos” en el centro de Naucalpan, “Da Mishy” en el centro ceremonial Otomí, “Los Orígenes de Irapuato” y “El Caracol de Corte Transversal” en Guanajuato son parte del trabajo del muralista ganador de la Medalla Tlacuilo en el 2002 por el Instituto Nacional de Bellas Artes y el CONACULTA; Medalla Víctor Hugo Rascón Banda en el 2009, premio Gawi Tonara el cual él mismo diseñó y que se otorga a los chihuahuenses que destacan en el ámbito de la cultura y las artes.
En su tierra natal se exhiben murales como: “Los Diálogos del Sol y de la Luna” en el nuevo campus de la UACh, “La Música de los Números” en la biblioteca de Ingeniería, “Los Atlantes Lúdicos” en el estadio universitario y “El Areópago” en las facultades de Ingeniería y Química de la UACh.
En los últimos años, el maestro Luis Aragón realizó –por encargo del padre Angelo Scolozzi- la escultura de la Pachamama, deidad Inca y la Virgen María; en el 2021 presentó la exposición “Las Madonas de Aragón” en el Museo Casa Chihuahua y el más reciente proyecto, previo al lanzamiento de libro autobiográfico y la apertura de su fundación, el mural “Yumare” que se exhibe en el CERESO No. 1 y para el cual trabajó en colaboración con internos del centro de rehabilitación.
Nació para el arte
Luis Ygnacio Aragón Valladares, nació en Chihuahua en el año de 1930, comenzó estudios en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” donde compartió aula con Manuel Rodríguez Lozano, Raúl Anguiano, Pablo O’Higgins y Caros Alvarado Lang.
Críticos del arte describen al maestro Aragón como un hábil operador del pincel y los colores; su trabajo ha dejado huella en Latinoamérica, Europa y Estados Unidos donde a través de la plástica ofrece una constancia de su calidad como artista.
Especialista en obras monumentales a lo largo de su carrera ha impartido múltiples talleres compartiendo sus conocimientos con artistas emergentes y consagrados sobre la realización de obras de gran duración partiendo de maquetas multiplicables.
Cada cuadro y mural de Aragón obedece a lineamientos estéticos que fusionan la historia con el arte y presentan el dominio y habilidad del pintor y escultor que durante más de siete décadas se ha dedicado a plasmar su talento alrededor del mundo en especial, en su ciudad natal.
Dato
En su estudio en Chihuahua, destaca un acervo cultural invaluable, ejemplo de ello es “Eris”, el cuadro de 80 x 100 cm, pintado sobre lienzo en blanco y negro al acrilato, óleo y carbón