El proyecto que emprendió Luisa Fernanda Martínez Ortega en el 2019, Sinibí Jípe (siempre hoy en rarámuri), ha rendido más frutos y se extendió hasta la Sierra Tarahumara, en Norogachi, municipio de Guachochi, donde ya estableció un taller ocupando mano de obra y generando con ello fuentes de trabajo para las mujeres que viven en esa comunidad y sus alrededores, siendo seis trabajadoras actualmente y conforme haya demanda irá creciendo el número de empleos.
“Hemos ido reafirmando los diseños, creciendo en ventas en la parte digital, aprovechamos la pandemia y se creó una tienda en línea para las personas que no desean interactuar directamente con otras, esta es una buena opción y para cubrir esa demanda precisamente se llevó el proyecto a la Sierra, que era uno de las ilusiones desde un principio y hoy es una realidad, y lo que nos identifica y nos hace fuerte es que el producto que hacemos es completamente a mano, quienes con hilo y aguja hacen obras de arte”, señaló Luisa.
Indica que Norogachi está rodeado de varios ranchitos y comunidades como Pilares, Santa Cruz, Cienénega, Cocoyome, entre otros más, por lo cual es un punto importante y estratégico para este nuevo plan laboral, donde desea dar a conocer la mano de obra de las rarámuris a nivel internacional, asimismo, dijo, que debido al turismo las carreteras se han vuelto caminos muy seguros
Por otra parte, anunció que las rarámuris se ganaron un vuelo en la línea Volaris a la Ciudad de México, siendo un trayecto de intercambio cultural donde compartirán experiencias con asociaciones que las han contactado para colaborar en otras áreas, el cual está pendiente y están a la espera que transcurra más de tiempo para que las medidas de salud sean más relajadas y puedan ir todas en un solo viaje y vivan la experiencia en equipo.
“También tuvimos la oportunidad de trabajar con la revista ‘México Desconocido’ que promueve el turismo, quien nos tomó en cuenta para elaborar algunos premios que otorgó a varios pueblos mágicos en toda la República Mexicana”, finalizó Fernanda Martínez.
DATO:
La mano derecha de la propietaria, Marcelina, fue quien eligió la comunidad de Norogachi para establecer el nuevo taller