Hace casi un año, la comunidad de Cusihuiriachi amaneció con la desaparición de una de sus campanas. El hecho movilizó a sus pobladores, quienes se organizaron para recuperarla y, posteriormente, lograr que fuera restaurada y devuelta al lugar donde se encontraba, lo que sucedió hace unos días.
Gracias a la organización comunitaria y la atención del gobierno municipal y de la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y su delegación en Chihuahua, la campana ha regresado a la comunidad, luego de su restauración.
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En marzo de 2023, la Fiscalía de Distrito Zona Occidente recuperó este bien sacro en Cuauhtémoc, robado del templo Santa Rosa de Lima. Estaba dañado por golpes de marro y esmerilado; sin embargo, se rescató y gracias a la protección del seguro federal se realizaron los trabajos de restauración.
El director del Centro INAH Chihuahua, Jorge Carrera Robles, declaró sobre este bien patrimonial: “El valor principal es el significado que tiene este objeto, ya que la comunidad que la recibió hace más de 160 años, es la misma que la ha cuidado y conservado, en un esfuerzo que involucra varias generaciones. Y, en realidad, fueron ellos quienes lograron que este bien se recuperara”.
Gracias a la activación del seguro de siniestros del INAH y tras la selección del proyecto de restauración de la especialista en metales Daniela Lira Pacheco, y el museógrafo Raymundo Martínez, se pudo lograr la restauración de este bien.
Lira Pacheco comentó que “la campana fue hecha en dedicación a Santa María de Guadalupe el 3 de septiembre de 1863, lo que indica un momento de bonanza para mandar a hacer esta pieza, la cual más que un instrumento musical fue un objeto de gran significado para la comunidad”.
“Se utilizaron soleras metálicas para unir las piezas, se fijaron con tornillos y machuelos, esto quiere decir que en el orificio que se hizo se colocó una cuerda con el objetivo de ser reversible. Donde se le pasó el esmeril se resanó con pasta cerámica y se integraron pedazos pequeños con adhesivo especial. Por desgracia, algunas de las fracturas que presenta no se pudieron reintegrar”, explicó el proceso la restauradora.
“Las campanas son elementos consagrados al interior de los templos y se asemejan a la importancia que puede llegar a tener un santo, ya que a final de cuentas se utilizaba para llamar a la comunidad a misa, pero también ante emergencias y contingencias. Que la comunidad haya tenido toda esta atención para recuperarla, habla muy bien de este trabajo y proceso. Nos emociona cómo se logró la reintegración de este elemento, ya que muchas veces no pasa. Es muy gratificante ser parte de este acontecimiento”, manifestó por su parte Raymundo Martínez.
El historiador Marcelino Martínez agrega: “Cusihuiriachi es un gran baúl del patrimonio de Chihuahua, y la recuperación de la campana nos recuerda los últimos momentos de bonanza de esta comunidad”.