Memorias de Chihuahua
A lo largo de los profundos procesos de crecimiento de la región de Casas Grandes han surgido distintos personajes como lo es el caso del ingeniero Frederick Stark Pearson, constructor de grandes obras en todo el mundo, tan solo en México fue el principal constructor de las obras ferrocarrileras de las cuales resaltan la Mexican North Western Railway, la Mexican Tramway Company y la Mexican Light and Power Company en México.
Además, de los sistemas ferroviarios, la empresa obtuvo importantes derechos madereros sobre los bosques de la Sierra Madre. Aproximadamente 2,4 millones de acres y en 1909 el consorcio de Frederick Stark Pearson también adquirió las empresas de Greene, en el estado de Chihuahua se creó el Ferrocarril Noroeste de México, el cual conectó Casas Grandes con el aserradero de Ciudad Madera directamente por la sierra del noroeste Chihuahuense, esto provocó la creación de otro aserradero muy importante en las empresas de Pearson, el aserradero y estación que llevaría su nombre.
Para poder desempeñar las funciones de Ingenieros Inspectores de las obras ferrocarrileras y el aserradero de Casas Grandes, los ingenieros mexicanos tuvieron que tener sólidos conocimientos de física y mecánica.
La mayor parte de los ingenieros que participaron en las obras de la estación Pearson lo hicieron como Ingenieros Inspectores o, simplemente, como ingenieros contratados para revisar planos, rehacer cálculos sin mencionar la cantidad exorbitante de obreros que contrató para sus magnas obras.
El más interesado en las obras de Pearson fue el cacique de Chihuahua, Luis Terrazas, quien en el año de 1909 gracias a un amigo había obtenido información sobre las rutas de la zona de Casas Grandes y las cuales aprovechó para embarcar sus cabezas de ganado desde la hacienda de San Diego hasta Estados Unidos por medio del ferrocarril logrando así tener su propia estación.
Para 1903, Pearson había adquirido reconocimiento mundial por sus trabajos de ingeniería y sus empresas que estuvieron dirigidas hacia la explotación de la industria eléctrica, los ferrocarriles, del gas, la minería, la madera y de la agricultura y con esto logró impulsar el crecimiento que, desde la época del virreinato, se había estancado en el pasado de las antiguas misiones franciscanas, los presidios, conventos y haciendas no se habían hecho en Casas Grandes, obra de más alta tecnología que la obra de la estación Pearson.
Lamentablemente la sucesión de gobiernos inestables en México, coincidente con la creciente corrupción en los funcionarios públicos, le causaron grandes daños. El gobierno del presidente Venustiano Carranza ordenó la nacionalización de su compañía Mexican Tramway Company y finalmente llegó a perder casi todo lo invertido en México.
Pero, con el crecimiento acelerado alcanzó a convertir el aserradero en un éxito, el cual lo posicionaron a nivel internacional como uno de los más completos y más grandes del mundo, esto hizo merecedor del reconocimiento de la población y de Casas Grandes en honrar a Frederick Stark Pearson, al poner su nombre a un poblado de este municipio, fue bautizado durante un breve periodo, 16 años solamente; actualmente ese lugar se llama “Juan Mata Ortiz”, nombre que fue cambiado en la etapa del nacionalismo revolucionario. Curiosamente este nombre corresponde a uno de los principales aniquiladores de apaches de la región de Casas Grandes.
Algunas notas sobre su vida y su obra de Pearson lo describen como un genio de la industria y es por ello que podemos considerar a Pearson como parte de un selecto grupo de empresarios que sustentan toda una tendencia literaria, un género de obras de motivación para la búsqueda de los secretos del éxito, al lado de Rockefeller y Ford.
Frederick Stark Pearson nació el 3 de julio de 1866 en Lowell, Massachusetts, en Estados Unidos y el 7 de mayo de 1915 mueren junto con él, mil 198 personas en el desastre del que fue objetivo el trasatlántico Lusitania, cuyo navío era de la talla del Titanic, el cual fue bombardeado y se terminó en el fondo del Atlántico, en una de las jornadas de la Primera Guerra Mundial.
Aunque el reconocimiento de que un poblado llevará su nombre fue breve y finalmente perdió todo en México fue poco en comparación a la grandeza de un genio y, aunque no queden más que ruinas de lo que en algún momento fue un complejo industrial sin precedentes, en la memoria histórica de las personas de esta región sigue otorgándole el nombre de Estación Pearson a pesar de que ya no pase ningún ferrocarril. Esto representa un recordatorio del primer nombre del poblado actualmente, Juan Mata Ortiz.
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