Memorias de Chihuahua
Probablemente hemos cargado alguna vez entre nuestras manos, bolsas o billeteras, con algún billete falso, incluso, en el peor de los casos, hemos utilizado aquel papel impreso como intercambio para otros bienes. Si bien, el avance tecnológico nos ha brindado las herramientas para reconocer si aquel papel de moneda ha sido falsificado, entre ellos ya contamos hasta aplicaciones digitales que escanean los grabados de los billetes. En el caso de Parral en el año de 1914, se tiene registrado cerca de diez denuncias sobre billetes falsos, que empezaron circular por la ciudad.
El dinero representa uno de los acuerdos más efectivos de la humanidad que parte de un constructo psicológico como menciona el antropólogo Yuval Noah Harari. Este medio de intercambio cuenta con una interesante historia, la tiene hasta una rama de estudios llamada numismática, en el cual un tema de interés no es sólo la producción por medios institucionales o legales del dinero sino cómo ha sido falsificado a lo largo de la historia.
En el Archivo Histórico Municipal de Parral, existe distintos documentos que hablan sobre la falsificación de monedas y billetes desde la época Colonial hasta las primeras décadas del siglo XX. Desde 1724, existen denuncias de fraudes por guardar reales o escudos falsos, que provenían de minerales robados por esclavos. En ese tiempo, es importante considerar la enorme actividad minera que había y que Parral ya tenía el nombramiento de Real de Minas.
De igual modo, en siglo XIX, encontramos que hubo un hombre en 1829, quien había robado “unas burras” y además había vendido tejas de estaño como si estas fueran de plata y otras monedas falsas. Recordemos que Chihuahua capital contó con una Casa de la Moneda desde la primera década del siglo XIX y que se construyó otra en Guadalupe y Calvo durante la cuarta década de este siglo, en donde se acuñaban las monedas. A pesar de estas instalaciones industriales más sofisticadas, continúo existiendo la falsificación de estas piezas de metal.
La historia de la falsificación del dinero continuó todavía en siglo XX. La diferencia es que ahora se falsificaban principalmente billetes en vez de monedas. En el año de 1914, la tesorería emitió un comunicado sobre este problema, en ese expediente se explica que empieza a existir una circulación de papel moneda ilegal, tanto de billetes de un peso, de cinco, diez hasta cincuenta pesos.
En esa advertencia, la Tesorería de Parral enlista las principales diferencias entre un billete falso y uno original. El papel de moneda legal contaba con una tipografía mejor definida, con figuras más simétricas que los falsificados, otra de las características eran los sellos con los cuales eran marcados por la Tesorería del Estado de Chihuahua; aunque incluso esta marca se intentó emular en los billetes falsificados; además estos grabados eran de acero, mientras que los otros eran imitados con goma vulcanizada.
Lo más seguro es que ese comunicado debió haber sido emitido a raíz de diversas denuncias que ya se habían realizado en torno a la circulación de billetes falsos. En 1914 encontramos cerca de diez reclamos sobre este tipo de fraudes, entre ellos se encuentra una acusación de un miembro de la familia de ganaderos Ontiveros, de los Rentería, de descendientes de chinos como Enrique Woo e incluso contra un miembro de esta comunidad proveniente de Oriente.
Este tema, es importante considerarlo principalmente dentro de la numismática, en la cual también habría que preguntarnos tanto para los aficionados a las monedas como a los coleccionistas, qué tanta estimación se tendrá a estos billetes ya que, a pesar de que fueron ilegales dentro de los intercambios comerciales en su momento, actualmente deben de contar con un gran valor histórico.
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