La familia de los Herrera, en Parral, fueron señalados por ordenar la muerte del General Villa, luego de que éste, terminara con la vida de varios hermanos y uno de ellos sobreviviente de nombre Jesús Herrera Cano buscará la venganza.
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La familia Herrera Cano, de Parral, jugó una importante y trágica participación en la Revolución Mexicana que se desarrolló al norte de México; por una parte, en Chihuahua trataban de que, como en todos los tiempos, hubiera más personas militantes de un partido o ideología política; en este contexto del siglo XIX, una masa política intentaba ganar confianza a Venustiano Carranza y reunir más simpatizantes con este movimiento; en este caso, la familia Herrera coincidía con este movimiento, por lo que impulsaba desde Parral que a Carranza pudiera ser reconocido como Presidente Constitucional.
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En este caso, Francisco Villa, como algunos más revolucionarios, estaban en total desacuerdo con el mandato de Venustiano Carranza, pues señalaban irregularidades que se presentaban, como la muerte de Francisco I. Madero. No obstante, la familia Herrera intentó negociar acuerdos con Villa, donde le proponían que se uniera al movimiento Carrancista, pero más que llegar a un acuerdo, se logró que el general amenazara de muerte a la familia.
Amenaza que poco tiempo después, Francisco Villa cumplió, pues asesinó a cinco de los seis integrantes varones de los Herrera Cano, quienes eran: José de la Luz (el padre), Jesús, Luis, Maclovio, Melchor, Concepción y Zeferino, quienes fueron abatidos por el Centauro del Norte, dejando como sobreviviente solo a Jesús Herrera Cano, a quien se le señala por fraguar la muerte de Villa.
De acuerdo a la historia, Jesús Herrera tuvo la manda de buscar a Villa y hacerlo perder la vida, por lo que planeó una emboscada, pero, por fortuna o desgracia, el general Villa se enteró por Alfredo Chávez, quien le advirtió sobre el hecho y éste no dudó en hacerle frente, por lo que se enfrentó a los bandidos logrando dejar sin vida a más de uno.
Esto ocurre entre los años de 1915 y 1920 en el Parral, donde de acuerdo a otros autores, los cuerpos de los cinco Herrera fueron colocados al exterior del Panteón Municipal en Parral.
No obstante, en 1923, el 20 de julio, Francisco Villa fue víctima de un atentado en la calle Benito Juárez y Gabino Barreda, donde varios hombres se encontraban esperándolo para accionar sus armas, y que, al grito de una pista como: “¡Viva Villa!”, emprendieron fuego contra el general.
Francisco Villa fue velado y sepultado en Parral; velado en la casa de la familia Stallforth y sepultado en el Panteón de Dolores, unos metros delante de la entrada principal, sin embargo, tiempo después, un grupo de personas decapitó el cuerpo del general llevándose la cabeza, sin que hasta la fecha, se tenga conocimiento de su paradero.
Nota publicada en: El Sol de Parral